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Detenidas 34 personas tras la desarticulación de una banda criminal que realizaba estafas informáticas

  • Según la Policía Nacional, llevaron a acabo actividades fraudulentas por valor de casi tres millones de euros
  • Usaban técnicas como las campañas de vishing o pishing y la estafa del hijo en apuros

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Una persona utiliza un ordenador en una imagen de archivo
Una persona utiliza un ordenador en una imagen de archivo

La Policía Nacional ha detenido a 34 personas tras la desarticulación de una organización criminal que realizaba estafas informáticas. Según han informado las autoridades, la banda disponía de datos de más de cuatro millones de usuarios y llevó a acabo actividades fraudulentas por valor de casi tres millones de euros.

Durante la investigación los agentes han efectuado 16 registros en las provincias de Madrid, Málaga, Huelva, Alicante y Murcia. En ellos se han intervenido dos armas de fuego simuladas, una catana, un bate de béisbol, 80.000 euros en efectivo, cuatro vehículos de alta gama, una base de datos con información cruzada de cuatro millones de personas y material informático y electrónico valorado en miles de euros.

Los líderes del entramado utilizaban documentación falsa, haciendo uso de técnicas de spoofing (suplantación) para ocultar su identidad, e invertían sus ganancias en criptoactivos.

La investigación comenzó a principios de este 2023, cuando se identificó un entramado criminal que accedía de manera ilegal a base de datos de diversas entidades financieras y crédito, ingresando en las cuentas de los clientes diferentes cantidades de dinero procedente de la entidad. Acto seguido, contactaban con esos clientes informando de que, por error informático, habían ingresado un préstamo y debían devolverlo.

Los principales líderes de la banda han ingresado en prisión provisional y se han esclarecido más de 1.000 denuncias, aunque la Policía no descarta la identificación de más autores y víctimas.

Así son las estafas que utilizaban

La información obtenida de forma fraudulenta se utilizaba para realizar campañas de vishing, simulando la identidad de empresas de suministro eléctrico, y campañas de phishing, en las que se suplantaba la identidad de distintas entidades bancarias

Empleaban, además, la estafa del hijo en apuros y la estafa a una mercantil tecnológica, pues uno de los miembros de la organización ocupaba un puesto estratégico en una multinacional tecnológica y podría desviar mercancía de los proveedores hacia la organización sin pasar por la empresa que realmente había adquirido los productos.

La banda también obtuvo beneficios que rondaban los tres millones de euros vendiendo a otras organizaciones criminales las webs programadas por sus hacker (como webs falsas de entidades bancarias, programas de envíos masivos de mensajes o bases de datos cruzadas) a través de foros especializados.