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Jaione Camborda: "Vivimos momentos en los que acecha la vuelta al control de la mujer"

  • La directora estrena O Corno, ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián

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Jaoine Camborda, con la Concha de Oro del Festival de San Sebastián.
Jaoine Camborda, con la Concha de Oro del Festival de San Sebastián.

Vasca, afincada en Galicia y protagonista de una imagen histórica: la de la primera directora española ganadora de una Concha de Oro en San Sebastián. Jaione Camborda, 40 años, sosegada y reflexiva, es la cineasta del momento. O Corno, su segunda película, rodada en gallego y parte en portugués, se estrena en cines el 11 de octubre, con la participación de RTVE en la producción.

El saco que a veces se quiere crear de mujeres cineastas que han revolucionado el cine español en la última década, es en realidad un caleidoscopio heterogéneo al que Camborda aporta su fuerte carga autoral: una mirada telúrica, humanista y de una poesía austera. O Corno es la odisea de María (Janet Novás), una mujer independiente en un tiempo oscuro, que ayuda en partos y en abortos clandestinos. La opresión de la época (que tiene ecos en la nuestro) le lleva a un viaje como fugitiva apoyándose en una serie de mujeres. De estructura circular, O Corno se hila sobre nacimientos, interrupciones, sexo o amamantamientos.

Pocas películas quedan definidas de manera tan nítidamente como O Corno en sus primeros minutos: un parto en el que la cámara y el ritmo se recrean en el dolor y esfuerzo del rostro de la mujer. Sin mostrar en realidad ninguna imagen fuerte, Camborda logra un poderoso fuera de campo en el que se experimenta el alumbramiento. “El parto se ha mostrado históricamente en el cine de una manera psicológica o con mujeres histéricas fuera de su cuerpo. Quería retratar ese tempo suspendido de las contracciones, la parte de mamífero que se despierta y nos recuerda el animal que somos”, describe.

También es una declaración de intenciones. O Corno se sitúa en un tiempo y espacio muy concreto, la provincia de Pontevedra y la frontera con Portugal en 1971, pero parece de algún modo fuera del tiempo. Un limbo que reposa en realidad sobre mucha autoridad: para elaborar el guion, Camborda investigó y entrevistó a mujeres sobre ese tiempo histórico. “Muchas me han iluminado con historias reales que son inspiraciones de muchas escenas. Diría que la película es una recopilación, aunque han adquirido una forma más cinematográfica”.

Un triunfo de la sororidad

Camborda dice que le interesa las resonancias de su película en un presente de reacción contra derechos de la mujer. “Es una época tardofranquista, pero que nos remite a la actualidad. Me parece que también estamos viviendo momentos en el que puede acechar algo también de prohibición, en el que podemos volver a cuestiones sobre el control de la mujer”.

La apuesta de Janet Novás como protagonista es otro de los triunfos de la película. “Es bailarina de danza contemporáneo, había visto parte de su trabajo y me parecía muy fascinante su presencia en escena. Me pareció que ahí podía encontrar esa parte física de presencia que estaba buscando para el personaje. Y Janet era una apuesta fuerte porque era su primera experiencia”, recuerda.

Camborda lleva quince años en Galicia, pero como donostiarra reconoce que su educación en el cine de autor viene de ser espectadora del festival. La película salió de San Sebastián bendecida, pero en parte surgió del propio certamen, donde la productora María Zamora (Alcarràs) se sumó al proyecto en el que ya participaba la productora Andrea Vázquez (O que arde): una producción que también tiene algo de esa sororidad y cadena de mujeres de la propia trama. “Es un momento de celebración que también llega tarde. No se nos estaba dando la oportunidad: ahora salen buenas películas de mujeres porque antes no nos dejaban hacerlas”, concluye.