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La guerra golpea a la población de Ucrania: "Una cosa es si te matan a ti y otra si matan a tu hijo"

  • Muchos ucranianos han decidido posponer la creación de una familia hasta después del conflicto
  • El país deberá afrontar los retos de una población envejecida en 2050
  • Guerra Rusia-Ucrania, en directo

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Niños ucranianos atienden una clase sobre cómo protegerse de las minas en una escuela en Krivói Rig, en Ucrania, en una imagen de archivo. Foto: Roman PILIPEY / AFP
Niños en una escuela en Ucrania.

La guerra de Ucrania es un golpe a la población que vive hoy en el país, pero también para las próximas generaciones y para su futuro demográfico.

El 1 de enero de 2022, a menos de dos meses de la invasión rusa, la población estimada era de casi 41 millones de personas, según Eurostat, aunque los censos y las cifras asociadas no son totalmente fiables. Hoy es aún más difícil saber cuál es la población total de Ucrania, que puede estar cerca de en torno a los 35 millones.

Las proyecciones de evolución futura, que tienen en cuenta fertilidad, natalidad, mortalidad y migración, apuntan, en el mejor de los casos, a que Ucrania será un país envejecido y con menos población durante varias décadas, lo que puede suponer un problema para la reconstrucción y para el desarrollo económico y social.

Un país en crisis demográfica desde la independencia

Ucrania vivía una crisis demográfica ya antes del conflicto, siguiendo una tendencia común a las repúblicas exsoviéticas.

Según un estudio patrocinado por la Unión Europea del pasado julio, la población decreció durante casi tres décadas desde la independencia (1991), debido a una baja fertilidad, una mortalidad relativamente alta y altos niveles de emigración. Durante los noventa, los jóvenes preferían marcharse, en especial hacia Rusia o Polonia.

La tendencia al decrecimiento se revirtió con la mejora de condiciones socio-económicas en la primera década del siglo XXI, pero resurgió a partir de 2013-2014, con el aumento de la inestabilidad política (anexión rusa de Crimea y guerra en el Donbás). En 2021, la fertilidad era de 1,2 nacimientos por mujer, y en 2022 había ocho millones menos de ucranianos que en los noventa.

Anna Korbut, de 38 años, vino a España en 2019, tras un año en Londres. Sus motivos no fueron económicos, sino personales (su cónyuge es español, y tienen una hija de dos años). Periodista y analista de medios, desde el comienzo de la invasión visita su país cada dos meses, y se considera más "expatriada" que "emigrante".

"No salí por desesperación, sino por cambiar mi entorno, por razones personales, salir de la zona de confort. Pero no lo veía como una decisión perpetua", explica a RTVE.es, aunque reconoce que ya detectaba "el riesgo de una guerra a gran escala".

Anastasia Zabiyaka tiene 32 años y lleva 18 en España. Tras la independencia, las condiciones económicas forzaron a sus padres a emigrar, primero a Israel y, tras un periodo de regreso en 2000-2005, a España. Visita una vez al año su país de origen, y le gustaría "vivir allí una temporada larga", aunque no se plantea establecerse definitivamente y formar una familia. "Allí la gente se casa joven, a mi edad normalmente tienen 2 o 3 hijos", asegura.

La guerra, un golpe a la población

Todas la guerras suponen un descenso de población y de esperanza de vida. El efecto en el caso ucraniano es difícil de medir, por la poca fiabilidad de los datos.

Según la ONU, hasta el 24 de septiembre habían muerto 9.701 civiles, aunque el número real es "considerablemente más alto".

Las bajas militares se mantienen en secreto, y solo pueden inferirse de estimaciones externas. Según el diario The New York Times, que cita fuentes anónimas de la administración estadounidense, en agosto habían muerto cerca de 70.000 soldados.

A esto hay que sumar el número de refugiados, 6.197.200 según la última actualización del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La mayoría se encuentran en Rusia, Alemania y Polonia, y en su mayor parte son mujeres y niños: al comienzo del conflicto, Ucrania prohibió la salida de los hombres, para enviarlos al frente.

"Si comparamos el año en curso con el periodo análogo anterior a la guerra en 2021, la reducción en el número de nacimientos es de aproximadamente el 28 %. La guerra a gran escala indudablemente daña la mortalidad y la salud de la población", confirma a RTVE.es, vía correo electrónico, Irina Kurylo, jefa del departamento de Proceso y Políticas Demográficas en el Instituto Ptouja para Estudios Demográficos y Sociales de Ucrania.

Kurylo explica que la guerra ha influido no tanto en las "orientaciones reproductivas" de los ucranianos, como en "las condiciones para su realización, creando riesgos de seguridad y complicando la situación económica".

En muchos casos, posponen tener hijos hasta que la guerra termine. Otros eligen ser padres, ya que los tiempos mejores puede que no estén próximos

"En muchos casos, posponen tener hijos (especialmente el segundo o tercer niño) hasta que la guerra termine. Otros, por el contrario, eligen ser padres y no lo retrasan, ya que los tiempos mejores puede que no estén próximos. Algunos deciden tener descendencia ahora, por temor a perder a su pareja o la capacidad para tener hijos durante la guerra. La experiencia previa de la pérdida durante el embarazo o la pérdida de un hijo puede ser otro argumento para no posponerlo", explica la demógrafa.

"En mi entorno personal, la gente sigue formando familias y teniendo hijos", relata Anastasia Zabiyaka, que tiene familia en Svitlovodsk y Kremenchuk, en el centro-este de Ucrania, y en Kiev. "Hay gente que tiene la posibilidad de salir y no lo hace. Dentro de la anormalidad, la gente intenta hacer vida normal", añade.

El difícil regreso

La guerra acabará y muchos refugiados volverán. Según una encuesta de ACNUR, un 62 % de los refugiados espera regresar "algún día", mientras un 18 % están indecisos y un 6 % no tiene intención de volver.

Anastasia Rozlutska tiene 37 años y una hija de 5. Regresó a Kiev en agosto tras un año en Alemania. "Para mí ir al extranjero no fue una decisión racional ni completamente independiente, se trataba más bien de la salud y la seguridad de mi hija" explica a RTVE.es. Decidió volver porque "extrañaba mucho mi hogar y el sentimiento de culpa me estaba destrozando. Culpa por estar fuera mientras mi familia y mis allegados estaban en Ucrania".

Casi todos los hombres de su familia, excepto su padre, han sido movilizados. "Cuesta sentirse seguro cuando casi todas las mañanas a las tres o las cuatro de la madrugada se activa la alerta aérea y vuelan misiles rusos destruyendo la normalidad, cobrándose vidas. No puedes adaptarte al miedo".

Aún así, añade, los ucranianos siguen formando familias y teniendo hijos, subraya Rozlutska. Su hermano se ha casado recientemente.

Un misil puede caer en cualquier momento en cualquier sitio. Una cosa es si te matan a ti, y otra si matan a tu hijo

La familia de Anna Korbut vive en el oeste, lejos de la línea del frente. "Cuando llego a mi pueblo, que está cerca de Lviv, y me quedo con mi hermana, que tiene dos hijos, y mi madre, parece que tenemos seguridad, pero un misil puede caer en cualquier momento en cualquier sitio". "Una cosa es si te matan a ti, y otra si matan a tu hijo", subraya.

Zabiyaka, que gestina una ONG de ayuda a los refugiados (Ukrainian Lives), asegura que "la gente quiere volver". "Muchos lo han hecho ya. Los que regresan es porque tienen algo a lo que regresar, algún tipo de apoyo familiar. La gente cuya casa o ciudad está destruida no vuelve, porque no tienen dónde, o las personas que tenían una condición precaria y han encontrado mejor situación aquí". También hay quien ha encontrado pareja en España, y ha formado su familia aquí, añade.

La Ucrania del futuro: un país envejecido y menos poblado

El futuro demográfico es gris para Ucrania. Según el informe de Perspectivas de Población Mundial de la ONU de 2022, el país habrá perdido al menos el 20 % de su población para 2050. El estudio de la UE ya citado asegura que el escenario más pesimista apunta a un descenso del 30 %.

"La perspectiva demográfica de Ucrania depende de cuándo termine la guerra - explica, en una respuesta por correo electrónico a RTVE, Dmytro Shushpanov, doctor en Economía y miembro también del Instituto Ptouja - Cuanto más dure, menos probable es que regresen los emigrantes, más gente morirá y más baja será la tasa de nacimientos".

"La situación respecto a la edad y la estructura de género será más crítica", advierte Shushpanov. Según las proyecciones que él maneja, para 2034, la proporción de población por debajo de los 18 años puede reducirse hasta el 12-13 por ciento (en 2022 era el 17,9 %); mientras la de mayores de 65 puede incrementarse hasta el 20-21 % (desde el 17,7 %).

El envecimiento de la población afectará significativamente a la sociedad y la economía

"El envecimiento de la población afectará significativamente a la sociedad y la economía", señala el economista, que menciona, entre otros efectos, el incremento en los costes sanitarios y de pensiones, y la reducción de la población activa.

Al mismo tiempo, se reduce el número de jóvenes, "que constituyen el segmento de población más creativo y adaptable, capaz de adquirir nuevo conocimiento, habilidades y profesiones".

Oleksiy Sobolev, viceministro de Economía ucraniano, ha situado, en unas declaraciones recientes, el regreso de los refugiados como un "prerrequisito" para la recuperación económica, junto a la integración en la UE y la adhesión a la OTAN .

El gobierno ha puesto en marcha un Plan Ucrania que incluye medidas en educación, sanidad acceso a la vivienda y protección social. "Nos esforzamos por crear las condiciones para una vida digna en Ucrania - aseguraba Sobolev. - Para que la gente quiera vivir en Ucrania y tener la oportunidad de desarrollarse, construir una carrera, criar hijos y tener confianza en el futuro".

"Quiero más hijos, siempre lo quise - asegura Anastasia Rozlutska - No es tan importante cuándo ocurra. Los niños tienen que ver con el futuro, nos hacen más amables, nos alientan a aprender".

Anna Korbut cree que las autoridades deberían dar más apoyo económico a las familias, pero reconoce que será difícil por el daño que el conflicto ha infligido a la economía. A pesar de eso, piensa volver "en algún momento", y su decisión no dependerá solo de la guerra. "Ahora son los años más productivos de mi vida, de mi desarrollo profesional, personal. No quiero que la guerra y Rusia determinen lo que tengo que hacer en estos años".