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Elecciones presidenciales en Guatemala

Guatemala vuelve a las urnas en medio de la inestabilidad institucional y las dudas sobre el proceso electoral

  • Bernardo Arévalo de León, del progresista Movimiento Semilla, parte como favorito según los sondeos
  • La ex primera dama Sandra Torres Casanova lucha por evitar la que sería su tercera derrota electoral

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Guatemala elige presidente en unos comicios polémicos

Los guatemaltecos tienen su segunda cita con las urnas este domingo en unas disputadas elecciones presidenciales en las que la ex primera dama Sandra Torres Casanova, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y el exdiplomático e hijo del exmandatario Bernardo Arévalo de León, del progresista Movimiento Semilla, se enfrentan en una atípica segunda vuelta marcada por el cuestionamiento del proceso electoral.

Tras la primera ronda, en la que Arévalo de León consiguió un sorprendente segundo puesto, Guatemala se ha visto sumida en una crisis política e institucional iniciada por el intento de la Fiscalía de suspender a toda costa la participación en las elecciones del Movimiento Semilla, una formación nacida en 2015 de la lucha anticorrupción en el país.

De candidato sorpresa a líder en los sondeos

Pese a que los sondeos preveían un séptimo u octavo puesto para Arévalo en la primera ronda, el candidato progresista, de 64 años, se alzó con el 12,2% de los votos, frente al 15% cosechado por la candidata de UNE. El apoyo de áreas urbanas fue trascendental en el resultado.

Ahora, Arévalo lidera la mayoría de encuestas que lo sitúan con en torno al 60% de intención de voto, frente al 40% de su contrincante.

El hijo del exmandatario Juan José Arévalo, con la lucha anticorrupción como bandera, busca emular el gobierno de su padre, que lideró el país entre 1945 y 1951, cosechando avances en materia de libertades y derechos sociales.

La tercera oportunidad de Sandra Torres

Representando a la política tradicional del país, la candidata Sandra Torres lucha para evitar el resultado que predicen las encuestas y no repetir la derrota electoral que ya protagonizó en los dos últimos comicios que ha celebrado Guatemala.

Acusada de financiación ilícita en 2019, la exmujer de Álvaro Colom, que gobernó el país entre 2008 y 2012 y que falleció este año, ya tiene experiencia como candidata. Se presentó en 2015 y en 2019, y en este último logró llegar a la segunda vuelta, aunque perdió con una amplia diferencia de votos.

Esta vez, la que un día llegó a ser vicepresidenta de la organización Internacional Socialista (IS) ha adaptado su discurso para intentar cautivar a los votantes más conservadores. Su campaña ha estado centrada en el rechazo a la diversidad sexual y a prácticas como el aborto y en la promesa de llevar a cabo políticas contra la pobreza.

La confianza en la democracia, en el punto de mira

En la primera vuelta, los votantes demostraron en las urnas su desencanto a través del voto nulo, que se convirtió en el gran ganador de la jornada electoral. Un 17,41% de los votos fueron nulos, un porcentaje mayor que el alcanzado por cada uno de los candidatos a la presidencia.

De hecho, según una encuesta publicada a principios de agosto por la Fundación Libertad y Desarrollo, el 73% de la población de Guatemala cree que la democracia del país está amenazada y en peligro.

Parte de la población ha plasmado este descontento en las calles, en protestas celebradas desde el pasado junio en defensa de la democracia y para exigir al Ministerio Público Guatemalteco (Fiscalía), sancionado por Estados Unidos por corrupción, que respetara el proceso electoral.

La criticada intervención de la Fiscalía

Desde que el candidato de Movimiento Semilla consiguió colarse en la segunda vuelta, la Fiscalía guatemalteca pasó a ser protagonista por sus reiterados intentos de detener la candidatura de Arévalo.

Primero fueron los partidos tradicionales, que lograron paralizar durante 20 días la publicación de los resultados electorales al denunciar un supuesto fraude en la primera vuelta.

Después, en una acción catalogada por diversos sectores de "golpe electoral", un juez avaló una orden penal de la Fiscalía para suspender a Movimiento Semilla por la presunta falsificación de firmas de sus afiliados.

La comunidad internacional, liderada por EE.UU. y la UE, advirtió sobre la amenaza a la democracia que suponían estas prácticas y, finalmente, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, máximo tribunal del país, dejó sin efecto el dictamen que anulaba a la formación de Arévalo.

Los retos de la nueva legislatura

Además de un sistema democrático deteriorado y cuestionado, el ganador que surja de la votación del próximo domingo heredará una Guatemala atravesada por cifras elevadas de pobreza, una creciente crisis migratoria y un sistema de salud pública muy debilitado.

Según Oxfam, el hambre amenaza a 4,6 millones de guatemaltecos en un país en el que viven 18 millones de personas. De hecho, la pobreza es uno de los motivos que empuja cada año a 300.000 personas a emigrar rumbo a Estados Unidos, según estimaciones del ministerio de Exteriores.