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Llega el solsticio de verano, el momento del año en el que el sol se detiene

  • Este fenómeno astronómico, que marca el inicio de la nueva estación, se producirá este miércoles 21 de junio a las 16:58 horas
  • Está asociado a las fiestas de San Juan, que nacieron como rituales agrícolas más tarde adaptados por la religión cristiana

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Solsticio de verano 2023: Monumento megalítico de Stonehenge, en el sur de Inglaterra.
Monumento megalítico de Stonehenge, conocido como "El Templo del Sol", en el sur de Inglaterra.

La llegada del verano es uno de los momentos más esperados del año, y el fenómeno astronómico que marca el cambio de estación es también uno de los más celebrados. El solsticio, que se corresponde con el día más largo y la noche más corta en el hemisferio norte, se producirá este miércoles 21 de junio a las 16 horas y 58 minutos, para dar paso al verano, que durará 93 días, hasta el próximo 23 de septiembre, según el Observatorio Astronómico Nacional (OAN).

¿Por qué se produce el solsticio de verano?

El término solsticio proviene del latín sol -Sol- y sistere -permanecer quieto-. Cuando se produce este fenómeno, el astro solar alcanza la máxima altura del año en el cielo al mediodía, situándose directamente sobre el Trópico de Cáncer. Una posición que apenas cambia durante varias jornadas, por lo que ofrece esa apariencia de inmovilidad.

A partir de entonces, los días comienzan a acortarse gradualmente, hasta el equinoccio de otoño, en el que la duración del día y de la noche es similar. El cambio de ciclo coincidirá con el solsticio de invierno, que este año está previsto para el 22 de diciembre en el hemisferio norte, a partir del que los días volverán otra vez a ganarle minutos a la noche.

La explicación de este evento astronómico se encuentra en la coincidencia de dos factores: la inclinación de la Tierra sobre su eje -aproximadamente 23,5 grados- y su movimiento en órbita alrededor del sol. El solsticio de verano en uno de los hemisferios de la Tierra ocurre cuando esta mitad del globo está inclinada lo más cerca posible del sol, por lo que recibe la máxima luz diurna.

En el hemisferio norte, el solsticio de verano generalmente ocurre el 20 o el 21 de junio, aunque muy raramente también puede suceder el 22 de junio -el próximo que coincide con esta fecha será en 2203-, y el 19 de junio -el próximo será en el año 2488-.

Celebraciones en todo el mundo

La noche más corta del año se conmemora prácticamente en todo el mundo, aunque su interpretación varía según las diferentes culturas. En todo caso, la mayor parte de las celebraciones nacieron como rituales asociados a la regeneración y a la fertilidad, que después fueron adaptados en la cultura occidental por la religión cristiana. "No es casual que los solsticios nos hayan servido para marcar momentos especiales del año, ya que son las fiestas del sol. Tanto el día más corto del año, el solsticio de invierno, que nos pilla justo antes de Navidades, como el día más largo del año, el solsticio de verano, que nos pilla justo antes de San Juan", explica a RTVE.es Javier Armentia, divulgador científico y director del Planetario de Pamplona.

Los ciclos agrarios están vinculados a los del sol, por lo que, desde el Neolítico, las sociedades agricultoras han encontrado en el solsticio de junio el punto de referencia para determinar cuándo comenzar a cosechar sus cultivos. La cultura cristiana adoptó esta tradición de origen pagano y la convirtió en la conmemoración de San Juan Bautista, que según la Biblia nació el 24 de junio. No fue la única, ya que el solsticio de invierno coincide con la Navidad, la Semana Santa está determinada por la primera luna llena tras el equinoccio primaveral, y el día de Todos los Santos es el punto intermedio entre el equinoccio otoñal y el solsticio de invierno.

"Ahora ya no, porque nuestra actividad está determinada principalmente por el calendario laboral, pero en las sociedades agrarias, que dependían mucho más de los ciclos de la naturaleza, el solsticio de verano indicaba el momento de empezar a cosechar. Todas estas fiestas desde las primeras cosechas hasta la vendimia, que son las últimas y coinciden con el comienzo del otoño, marcan ese calendario festivo de todos los meses de verano. Y el arranque, el disparo de salida, es el solsticio. Por eso es un motivo de celebración", señala Armentia.

La Noche de San Juan es la tradición más importante en España relacionada con el solsticio de verano.

La Noche de San Juan es la tradición más importante en España relacionada con el solsticio de verano. GETTY IMAGES

Noche de San Juan

La Noche de San Juan, o las Hogueras de San Juan, que se celebra la noche del 23 al 24 de junio, es la tradición más importante en España relacionada con el solsticio de verano, y está basada principalmente en el fuego. En un primer momento, esta fiesta estuvo asociada a ritos de fecundidad y purificación, ya que se sacrificaban animales y se danzaba alrededor de las llamas para pedir buenas cosechas.

"Al final, los seres humanos somos criaturas diurnas, y hacer hogueras por la noche no es más que una manera simbólica de decir que podemos ganar a la noche. El sol se ha ido comiendo a la oscuridad durante varios meses, y nosotros ponemos hogueras simbólicas para terminar de hacer esto mismo", asegura Javier Armentia, quien aclara que esta utilización festiva del fuego durante el solsticio es muy habitual "en todas las zonas medias del mundo". Aunque no entre los habitantes de regiones ecuatoriales, donde el día y la noche duran 12 horas todo el año y apenas hay variación. "Para ellos es una fiesta menos importante, y se rigen más por los ciclos relacionados con la lluvia, como las temporadas secas y las húmedas", indica.

En España, la Noche de San Juan se celebra a lo largo y ancho del país. En algunos lugares se salta sobre las llamas, en otros se camina sobre las ascuas, se lanza pirotecnia, se queman artículos viejos... Junto con el fuego, el agua es el otro elemento básico utilizado para dar la bienvenida al verano, ya que en muchas localidades costeras las hogueras suelen acompañarse de baños en el mar que en un primer momento pudieron tener también una intencion purificadora.

En otras regiones del norte peninsular, como Galicia o Asturias, predominan las tradiciones celtas, en las que el fuego se utilizaba originariamente para alejar a los malos espíritus, y tanto la música como el baile adquieren un protagonismo especial.

"La variedad de las festividades relacionadas con el solsticio de verano es muy amplia", asegura en este sentido el divulgador científico Javier Armentia, quien cree que, más allá de todo simbolismo, "los humanos utilizamos la primera excusa que se nos presenta para celebrar la vida y divertirnos".