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Premios Quirino

'Nayola', el amor y la fuerza de tres generaciones de mujeres angoleñas contra la guerra

  • La película de José Miguel Ribeiro es una de las finalistas a los Premios Quirino 2023
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Fotograma de 'Nayola'
Fotograma de 'Nayola'

Nayola, del portugués José Miguel Ribeiro, es una de las grandes películas de animación de este año, que fue seleccionada para Annecy y opta a dos Premios Quirino de la Animación Iberoamericana: Mejor Largometraje y Mejor Desarrollo visual. Una crítica contra las guerras a través del amor y la fuerza de tres generaciones de mujeres angoleñas: Lelena (la abuela), Nayola (la hija) y Yara (la nieta).

Una película que se basa en la obra teatral A Caixa Preta, de Mia Couto y José Eduardo Agualusa, que muestra las terribles consecuencias de la guerra civil angoleña. “He querido adaptar esta obra –asegura José Miguel-, porque contaba cómo esa guerra afectaba a tres mujeres y cómo el amor de esas tres mujeres conseguía sobrevivir a esos terribles efectos de la guerra”.

“Es un tema que me toca mucho –añade-, porque, aunque no haya estado en la guerra, conozco sus efectos, ya que mi padre participó en la de Guinea Bissau y se trajo esa guerra a nuestra casa. Por eso conocía los efectos de la guerra en la gente y sus efectos destructores en las relaciones entre la gente”.

“Para los angolanos es muy difícil hablar sobre la guerra civil”

José Miguel asegura que la idea de la película surgió durante un viaje a África: “He hecho varios viajes de trabajo a África y fue en uno de ellos, a Luanda, la capital de Angola, cuando un amigo que vive allí desde hace 30 años y está casado con una angoleña, me enseñó esta obra de teatro. Y me pareció que era un poco la historia que yo quería contar, pero desde el punto de vista de las mujeres angolanas”.

“Para mí eso fue fundamental, porque esa visión de los angoleños es lo que necesitaba –añade-. Porque los portugueses tenemos una visión de la historia de las colonias que está muy lejos de la verdad. Por eso, para mí ha sido una oportunidad única poder contar la historia desde la perspectiva de esas mujeres angolanas, que vivieron las mismas cosas que los soldados portugueses, pero desde un punto de vista completamente diferente”.

La película está narrada en dos líneas temporales. Una transcurre en plena guerra, en 1995, y la otra en 2011, casi una década después de su finalización, pero donde todavía están patentes sus consecuencias.

“Hay que distinguir –asegura José Miguel-, entre la guerra de independencia que libraron los angoleños contra los portugueses (1961-1975), que nosotros definimos como una guerra colonial, pero que para ellos fue una guerra de liberación. Y que es uno de los momentos más negros de la historia de Portugal, porque no sirvió para nada y solo trajo sufrimientos a la gente. Pero para los angolanos es una guerra que les dio su autonomía, la independencia. Y por eso la miran de una forma positiva”.

“Hay que distinguir entre esa guerra –continúa-, y la Guerra Civil Angoleña (1975-2002) que vino después y de la que para ellos sigue siendo difícil hablar. Ya que duró 27 años y dividió al país en dos. Por eso quería usar la animación para hablar sobre esa guerra civil y sus efectos, porque creo que le da una dimensión poética y animista. Creo que los ayuda a ver ese pasado tan reciente con mayor distanciamiento que si estuviera hecha con actores. Cuando mostramos el film en Angola, los angolanos se conmovieron y lloraron, porque estaban viendo una parte importante de su historia de la que les sigue resultando muy difícil hablar”.

Fotograma de 'Nayola'

“Tenemos una gran responsabilidad con las antiguas colonias”

Preguntamos a José Miguel qué responsabilidad cree que tenemos países como España y Portugal con las antiguas colonias. “Tenemos la grandísima responsabilidad de reconstruir la verdad –asegura-. Porque la narrativa que se se sigue usando en Europa para este tema sigue siendo muy paternalista, muy distante, muy imprecisa. Por ejemplo, siempre destacamos la épica de los descubrimientos de un país pequeño, como Portugal, pero siempre obviamos que eso iba ligado a la esclavitud. Y eso es un error enorme, porque olvidamos la dimensión humana. No podemos presumir de haber hecho esos descubrimientos olvidando que trajeron el sufrimiento a más de cuatro millones de angolanos que fueron convertidos en esclavos y llevados a la fuerza a las Américas. Fueron 400 años de comercio de esclavos que reducimos a ‘la historia de la esclavitud’”.

“Pero no podemos reducirlo a eso –continúa-, tenemos que contar todas esas pequeñas historias. Lo que no es fácil, porque la mayoría se han perdido y las que nos quedan están completamente alteradas. Reconstruir eso es trabajo de historiadores y yo no puedo hacerlo porque no lo soy. Pero si he intentado con esta película traer el presente de Angola a Europa. Ese presente representado por una joven rapera (Yara) que todos los días intenta cambiar su país, que defiende los derechos humanos, defiende a la mujer negra, e intenta cambiar esa sociedad machista. Eso es lo que he intentado hacer con la película, reflejar la realidad actual en Angola”.

Entonces… ¿Cuál es la situación actual de las mujeres angoleñas? “Lo que he visto es que la transformación de la sociedad está cada vez más ligada a una contribución y participación mucho más grande de las mujeres. Ellas están en los movimientos de transformación. Suelen ser chicas jóvenes, como Medusa, la rapera que hemos usado para el personaje de la nieta y que tiene 27 años”.

Hace seis años Medusa fue la primera mujer en participar en un combate de rap, algo que antes estaba vetado a las mujeres -continúa-. Y ahora ellas se han incorporado a estos eventos. Y ella es la que trajo ese cambio. Por eso siento que la sociedad angolana está en un momento de transformación decisivo. Y creo que nuestra responsabilidad, como occidentales, es apoyar esos cambios. La democracia no puede ser algo impuesto, tiene que nacer en el propio país, pero Europa puede contribuir a su construcción dando voz a personas como Medusa y ayudando a las asociaciones y movimientos que la defienden. Y presionando a los gobiernos para que escuchen a esas personas y sus ideas”.

Fotograma de 'Nayola'

Una película visualmente bellísima

Destacar la belleza de la película. Le preguntamos hasta qué punto se ha inspirado en el arte africano. “A nivel visual –confiesa-, me inspiro mucho en el pintor mozambiqueño Malangatana Valente Ngwenya, que trabajaba con colores muy fuertes y era muy intenso. También me han influido los tejidos africanos, los colores de la naturaleza y las nuevas generaciones de autores que están creciendo y también tienen una dimensión internacional, que son muy críticas y están intentando cambiar ese discurso colonial por un discurso más real”.

“Estos cambios se han ido produciendo en Angola al tiempo que, en el resto del mundo han ido apareciendo movimientos como el Me too. He tardado nueve años en hacer esta película y, en ese tiempo, el mundo ha experimentado grandes transformaciones. Sobre todo en cuanto a los derechos de las mujeres. Y por eso quise integrar en la película esas transformaciones, abrir la película a los angolanos y a las mujeres. Y también cambiar mi punto de vista sobre muchas cosas. Por eso yo hablé y debatí muchas cosas con mi equipo, para encontrar distintos puntos de vista”.

Y es que, como comentábamos, José Miguel Ribeiro ha trabajado con actores angolanos y con esa famosa rapera, Medusa, que ha inspirado al personaje de la nieta. “Una de las cosas de las que estoy más orgulloso de la película es de haber ayudado con ella a Medusa, porque cuando la estrenamos en Lisboa la invité a venir a la proyección y me dijo que quería intentar construir algo en Portugal y la estamos ayudando a adaptarse a vivir allí. La película terminó, pero la vida de Medusa continúa”.

Preguntamos a José Miguel, qué poder cree que tiene la cultura para cambiar la sociedad. “Estoy asombrado, no solo en Angola sino también en Mozambique, de la importancia que están teniendo los raperos en la transformación nacional. No solo por lo que comunican con sus canciones y sus letras, sino también porque son un ejemplo de personas íntegras, que tienen una idea y una visión y la siguen, al contrario que los políticos, que solo están interesados en el poder. Los raperos luchan por sus valores y la gente necesita referencias como ellos, para construir una idea de un país mejor”.

En cuanto a sus proyectos, José Miguel nos confiesa: “Después de nueve años con esta película ahora quiero hacer algo menos intenso, algo infantil, dirigido a los niños”.

Fotograma de 'Nayola'