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El Tribunal Electoral de Brasil pide explicaciones a la Policía por los retenes en carreteras durante la votación

  • Los dos aspirantes se muestran convencidos de la victoria al depositar su voto
  • Un total de 156,4 millones de brasileños están llamados a las urnas | Especial: elecciones en Brasil 2022

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Lula y Bolsonaro se enfrentan en una ajustada segunda vuelta en Brasil

El presidente del Tribunal Superior Electoral ​(TSE) de Brasil, Alexandre de Moraes, ha dicho que los retenes policiales en diversas carreteras del país en medio de las votaciones de la segunda vuelta de los comicios presidenciales no han impedido que los electores ejerzan su derecho.

"En algunos casos eso retardó la llegada de los electores, pero en ningún caso impidió que puedan votar", ha dicho el magistrado en rueda de prensa, en referencia a una denuncia de la campaña del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para ganar frente al presidente, Jair Bolsonaro.

Según la campaña de Lula, esos retenes policiales fueron sobre todo en el noreste del país, el mayor fortín político del candidato progresista, lo cual fue documentado por numerosos vídeos que circularon en las redes sociales.

De Moraes ha conversado con la prensa tras una reunión con el director general de la Policía Federal de Carreteras, Silvinei Vasques, sobre quien ha dicho que le garantizó que las operaciones serían suspendidas y le aclaró que estaban centradas en asuntos vinculados al Código de Tránsito brasileño.

"Explicó que eran autobuses con problemas en los neumáticos, en las luces o con otras cosas contempladas en el Código de Tránsito", ha dicho De Moraes, quien ha insistido en que, aún en los casos de ómnibus fiscalizados, "ninguno fue retenido" y "todos los electores pudieron llegar a los centros de votación".

De todos modos, ha aclarado que el TSE investigará la situación y ha asegurado que, "si hubiera alguna responsabilidad" por parte de las autoridades policiales, se adoptarán "las medidas correspondientes".

Jornada sin incidentes

Unos 156,4 millones de brasileños estaban llamados a las urnas en esta segunda vuelta. En la primera, celebrada el 2 de octubre, Lula, abanderado de un amplio frente progresista al que se han sumado fuerzas de centro y centroderecha, fue el candidato más votado con el 48,4% de los votos, frente al 43,2% que obtuvo Bolsonaro, capitán retirado del Ejército, de derecha radical y que aspira a un nuevo mandato de cuatro años.

La votación de este domingo ha tenido lugar en las 5.570 ciudades del país y en 181 localidades del extranjero. Además de presidente y vicepresidente, los brasileños de 12 estados han votado para elegir a su gobernador en segunda vuelta, entre ellos el de São Paulo, la región más poblada y motor de la economía del país.

A diferencia de la primera vuelta, cuando largas filas fueron el común denominador, este domingo la jornada ha transcurrido sin incansables esperas para acceder a las urnas. La gente, sin embargo, ha sido precavida y ha preferido llegar temprano y esperar por más de media hora a que abrieran las mesas.

La segunda ronda electoral ha transcurrido con "absoluta tranquilidad, seguridad y paz", según las autoridades electorales.

Los dos candidatos depositaron su voto en el inicio de la jornada electoral y ambos se mostraron convencidos de la victoria.

El más madrugador fue Bolsonaro, quien pocos minutos de la apertura de las urnas votó en su colegio electoral en la Villa Militar de Río de Janeiro y aseguró que espera salir "victorioso" de estos comicios.

"La expectativa es de victoria, solo temos buenas noticias en los últimos días. Si Dios quiere, saldremos victoriosos hoy por la tarde. O mejor, Brasil va a salir victorioso hoy por la tarde", dijo el mandatario en breves declaraciones a la prensa.

El jefe de Estado iba vestido con una camiseta amarilla similar a la de la selección nacional, con la palabra "Brasil" estampada en el pecho en verde, bajo la cual llevaba un chaleco antibalas. El líder de la ultraderecha brasileña había pedido a sus seguidores que acudieran a votar usando los colores de la bandera nacional, verde y amarillo.

El candidato a la reelección en Brasil, Jair Bolsonaro, deposita tras depositar su voto en un colegio electoral de Río de Janeiro.

El candidato a la reelección en Brasil, Jair Bolsonaro, deposita tras depositar su voto en un colegio electoral de Río de Janeiro. Bruna Prado/Pool via REUTERS

Lula da Silva votó una hora y veinte después de la apertura de las urnas en una escuela en Sao Bernardo do Campo, ciudad metropolitana de Sao Paulo, y afirmó que estaba ante el "día más importante" de su vida y mostró su convencimiento en que el pueblo brasileño va a reespaldar su proyecto.

"Creo que es un día muy importante para el pueblo brasileño porque hoy el pueblo está definiendo el modelo de Brasil que desea, el modelo de vida que quiere", dijo en una declaración a la prensa.

Vestido con una camisa blanca, Lula señaló que el país "ha llegado a un límite y lamentablemente ha ido hacia atrás" y que su intención es que "toda la sociedad brasileña" dé "un paso hacia adelante".

El candidato presidencial Luiz Inacio Lula da Silva vota en un colegio de Sao Paulo.

El candidato presidencial Luiz Inacio Lula da Silva vota en un colegio de Sao Paulo. REUTERS/Amanda Perobelli

Campaña encarnizada

Los dos candidatos a la Presidencia, que han dividido al electorado como no se había visto en la historia reciente de Brasil, apuraron hasta el último instante del sábado para cerrar una encarnizada campaña que se ha prolongado por dos meses y medio.

En la víspera de la votación se produjo un grave incidente cuando la diputada Carla Zambelli, una aliada muy próxima a Bolsonaro, persiguió a un hombre a punta de pistola en mitad de una calle de Sao Paulo.

Zambelli, que fue reelegida diputada en las legislativas del 2 de octubre, afirmó en sus redes sociales que actuó de esa forma porque supuestos simpatizantes de Lula da Silva la "rodearon" y "agredieron" cuando salía de un restaurante.

Una diputada bolsonarista persigue a un hombre a punta de pistola en la calle

En un video divulgado en redes sociales, se observa cómo Zambelli cruza una calle apuntando un arma hacia un hombre, al que persigue hasta acabar en el interior de otro bar, donde la diputada entró con las dos manos en la pistola, a pesar de la presencia de otras personas en el local.

"Fui agredida hace poco, me empujaron al suelo. Un hombre negro, usaron a un hombre negro, para ir contra mí. Eran varias personas. Estaba saliendo de un restaurante y varios hombres se aproximaron. Había una mujer con una camiseta roja al lado", describió Zambelli, todo un símbolo del bolsonarismo más radical.

Sin embargo, otro video del suceso que también circula por Internet parece desmentir la versión de Zambelli. En él se ve a un grupo de personas, entre ellas la diputada, al parecer en medio de una discusión en mitad de la calle.

En un momento determinado, Zambelli parece tropezar y cae el suelo, momento a partir del cual ella y otro hombre, también con un arma de fuego en mano, inician una persecución contra el afrobrasileño acusado por la parlamentaria.

Las banderas toman protagonismo en las elecciones brasileñas

Lula, favorito

El favoritismo de Lula, que recuperó sus derechos políticos el año pasado después de pasar 580 días en prisión por procesos de corrupción que fueron posteriormente anulados, se ha mantenido constante a lo largo de la campaña.

En estas últimas semanas, Lula y Bolsonaro se han centrado en convencer a los indecisos y absentistas, que en la primera vuelta llegaron al 20%, pese a que en Brasil el voto es obligatorio. Sin embargo, las posiciones de uno y otro están prácticamente fijadas.

El margen para ganar nuevos apoyos es mínimo y, de hecho, no ha habido grandes oscilaciones en las intenciones de voto en los sondeos más recientes. Lula sigue con una amplia ventaja en la región nordeste, histórico granero de votos del PT, y entre la población más pobre, que representa prácticamente la mitad del electorado.

Bolsonaro, por su parte, despunta entre los más ricos y el influyente electorado evangélico, al que Lula ha intentado seducir con la divulgación de una carta donde se declaró contra el aborto y afirmó que la familia es "una cosa sagrada".