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Fiestas y tradiciones

El brujo y el vino de Bargota

  • Bargota celebra la XVI Semana de la Brujería en recuerdo a su ilustre hechicero Johanes de Bargota
  • Desfiles, mercadillo, actos infantiles y visitas guiadas a las bodegas "ocultas" de la localidad

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Vino y brujería en Bargota

Bargota celebra su Semana de la Brujería. Es la decimosexta edición de una fiesta muy curiosa y divertida que cada año tiene más repercusión y que fusiona los dos referentes de este coqueto pueblo de Tierra Estella: su vino y su brujo, Johanes de Bargota, un hechicero que nació a finales del siglo XV y del que se cuentan infinidad de historias increibles.

Una leyenda en el escudo

El escudo de Bargota es muy significativo. En él aparecen las dos señas de identidad del pueblo: un racimo de uva, el vino ha sido y es el motor de la economía de Bargota, y una imagen del brujo, de Johanes.

Cuenta la leyenda que Johanes subía al monte, aspiraba la niebla y se subía sobre ella para volar y desplazarse así a los akelarres. Otra de las historias que han pasado de padres a hijos es que en un tórrido 16 de agosto se presentó ante los vecinos en el atrio de la iglesia con el sombrero y el manto cubiertos de nieve.

Quizás la mejor de todas es ésta: "Una vez en San Fermín en Pamplona al no haber sitio para dormir compartió habitación con el Abad de Otiñaño. Aseguran que Johanes se desenroscó la cabeza dejándola en la mesilla".

Las leyendas han pasado de padres a hijos durante siglos porque son fantásticas, divertidas y graciosas

"Las leyendas, las anécdotas han pasado de padres a hijos durante siglos y siglos porque son fantásticas, divertidas y graciosas", comenta Fernando Llorens, historiador de Bargota que ha leido mucho sobre su paisano el hechicero. "En este mundo de la brujería, la parte más importante es la imaginación", destaca Llorens que reconoce que, obviamente, Johanes el brujo no era capaz de quitarse la cabeza ni de volar en la niebla, pero que "algo tenía de especial" para conseguir que su historia haya sobrevivido tantos años.

Parece ser que Johanes de Bargota era un adelantado a su tiempo y que tenía cierta habilidad para hacer pociones y unguentos con hierbas y otros productos que le proporcionaba la naturaleza.

Una semana de actividades

Las leyendas de Johanes han impulsado toda una semana festiva en su orgulloso pueblo, en Bargota, que durante siete días organiza la Semana de la Brujería con un montón de actos, mercadillos, pasacalles, actividades para niños y hasta un akelarre. Todo el pueblo se adorna con imágenes de brujas y hechiceras, banderas y estandartes medievales, paja y escobas que evocan vuelos imaginarios de brujas del pasado.

La fiesta quiere fusionar la brujería con la otra seña de identidad del pueblo, el vino, por eso uno de los actos estrella son las visitas guiadas a las bodegas "ocultas" del pueblo. Hay 55 de estas pequeñas bodegas en los bajos de los edificios de la localidad. Algunas de ellas, verdaderas joyas construidas con bóvedas de cañón. Más de 300 personas participan cada año en estas visitas.

Una de ellas, quizás la más especial, es la visita teatralizada para los más pequeños.  Don Estanislao y Ceferino, dos personajes famosos de Bargota, explican con mucho sentido del humor la historia de las bodegas y de su construcción.

Los niños, felices, mientras conocen de esta forma tan divertida las tradiciones de su pueblo, una pequeña localidad de Tierra Estella que durante una semana recuerda con vino y alegría las andanzas de su brujo, Johanes de Bargota.