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Coronavirus

El primer descenso de contagios apunta al pico de la sexta ola, pero aún tardará en llegar

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Varios pasajeros esperan en un andén del metro de Barcelona.
Varios pasajeros esperan en un andén del metro de Barcelona.

La incidencia acumulada de coronavirus ha descendido por primera vez en esta sexta ola, lo que podría indicar que se está acercando a su pico, después de haber dejado más de tres millones de contagios en apenas mes y medio. De manera desigual entre las difererentes comunidades autónomas, el incremento de infecciones ya había mostrado un cierto agotamiento durante los últimos días, aunque no se prevé alcanzar el máximo de contagios hasta la próxima semana.

Los expertos coinciden en apuntar a que esta sexta ola del coronavirus, caracterizada por la contagiosidad explosiva de la variante ómicron, efectivamente está perdiendo velocidad, pero también advierten de que el actual recuento de casos no ofrece una fotografía real de la situación, por lo que habrá que esperar a indicadores más sólidos, como el número de hospitalizaciones o el de fallecimientos, para poder certificar ese cambio de tendencia en la onda epidémica.

"El 22 de diciembre se acordó una nueva estrategia nacional de vigilancia de la COVID-19, en la que se limitan las pruebas diagnósticas, que es probablemente uno de los elementos que está detrás de esas diferencias entre comunidades autónomas y territorios, y también de esa ralentización que podemos estar observando. Quizá ahora estemos viendo el cambio que se produjo a finales de diciembre, y esa ralentización podría deberse a que estemos haciendo menos test diagnósticos, no a que haya menos contagios", apunta a RTVE.es Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).

"Es muy posible que estemos infraestimando, infranotificando lo que realmente hay. Se ha producido una ralentización en el incremento de los contagios, eso es objetivo, pero tenemos que ser prudentes. Los contagios son un parámetro que ahora mismo nos da mucha menos información que antes, por el infradiagnóstico, por los cambios de definiciones y probablemente por la propia saturación de atención primaria de salud pública que hace que las notificaciones también se retrasen en el tiempo", continúa.

El Ministerio de Sanidad se prepara para un nuevo escenario cuando se alcance ese pico de contagios. En el último Consejo Interterritorial, las autoridades sanitarias españolas indicaron la posibilidad de avanzar hacia un nuevo cambio en el sistema de recuento y análisis de los casos de COVID-19, relajando la vigilancia para centrarse principalmente en los casos graves. Este objetivo de "gripalizar" el coronavirus, como se ha denominado, no ha estado exento de polémica, puesto que muchos especialistas consideran que aún es demasiado pronto para hablar de una "enfermedad endémica".

Caída abrupta o meseta

Una vez alcanzado el máximo de contagios, la incidencia comenzará a remitir, aunque entonces se abrirán dos escenarios: una caída abrupta o que la curva epidémica entre en una meseta, y los contagios desciendan pero se mantengan en niveles elevados durante muchas semanas. "Teniendo en cuenta el cómputo global del país, ya que las circunstancias no son iguales en todas las comunidades autónomas, creo que el pico máximo se va a alcanzar entre esta semana y la próxima, pero a partir de ahí ya no sabemos si habrá una meseta, con una estabilización de contagios; aunque probablemente si se entra en esta meseta no será muy prolongada, porque es ómicron, y ómicron contagia o no contagia", asegura a RTVE.es Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza.

"Las informaciones que se han recibido de Sudáfrica, el país donde se detectó ómicron por primera vez, es que allí cinco semanas más tarde del comienzo de la subida rápida se ha comenzado a bajar. Es difícil comparar, pero al fin y al cabo la variante es la misma, y creo que el descenso que se ha visto en Sudáfrica también se va a ver aquí, aunque las circunstancias son diferentes. En otros países europeos como Reino Unido está sucediendo algo parecido", prevé este catedrático de Patología Animal.

En esta misma línea, Salvador Peiró, investigador de la Fundación de Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio), apunta a RTVE.es que "la caída debería ser relativamente brusca, parecida a la subida", y añade que "hay tanto contagiado que quedan muy pocos susceptibles, y ya tenemos porcentajes importantes de terceras dosis, que se defienden bastante bien frente al riesgo de contagio, por lo que cada vez hay menos opciones para ómicron".

Este doctor en Medicina Preventiva y Salud Pública augura que, en el mejor de los casos, el final de esta sexta ola no se producirá hasta la segunda quincena de febrero. "Llevamos ya cuatro semanas subiendo con ómicron, desde mediados de diciembre, y probablemente descenderemos durante otras cuatro o cinco semanas", declara, aunque matiza que hay que tener en cuenta que la capacidad de contagio es muy diferente entre los distintos grupos de población: "la gente que tiene muchas interacciones sociales se contagia muy rápidamente y son los primeros, pero la gente mayor se contagia menos y más tardíamente porque se protege mejor. Cuando se contagia toda esta gente que tiene mucha interacción, que lo hace relativamente rápido, se crea una cierta barrera que dificulta la transmisión; y a partir de ahí empezaríamos a tener más brotes localizados, que es un tipo de crecimiento diferente, y se puede estirar más". Sin embargo, su pronóstico es que la sexta ola "bajará de manera muy parecida a la subida".

Estabilidad después de la sexta ola

A partir de ese momento, cuando finalice la sexta ola, los especialistas coinciden en que se iniciará un periodo de cierta estabilidad, aunque ninguno de ellos se plantea ese escenario como el final de la pandemia. "Lo esperable en los próximos meses es que vamos a salir muy cargados de anticuerpos, de haber pasado tanta ómicron o de haber recibido tantas terceras dosis de la vacuna; por lo que lo normal es que tengamos una primavera bastante tranquila, y unos cuantos meses bastante tranquilos. A partir de entonces, si la inmunidad decae con la tercera dosis como lo ha hecho tras la segunda dosis, y aparecen nuevas variantes, podríamos tener complicaciones otra vez durante el verano o un poco más tarde", valora Salvador Peiró.

Para el catedrático de la Universidad de Zaragoza Juan José Badiola "ómicron tiene los días contados, como lo han tenido todas las variantes", y se pregunta que "qué ocurrirá cuando ya no sea un problema relevante, algo que presumiblemente sucederá a partir del mes de febrero". "Desgraciadamente, la llamada 'gripalización' no va a ocurrir en este mundo globalizado como el que tenemos, con la mayoría de los países con tasas verdaderamente bajas de inmunización vacunal. Lo que va a pasar es que aquí en Europa cederán los contagios, pero en otros muchos países el virus seguirá trabajando como hasta ahora, porque allí no hay barrera, y en esos procesos de contagio permanente es donde surgirán las variantes", pronostica, y apunta a que la única salida es "ayudar a estos países a incrementar sus porcentajes de vacunación".

Jonay Ojeda, portavoz de SESPAS, cree que una vez superada la sexta ola se iniciará un periodo de calma, aunque también alerta del riesgo potencial de las mutaciones. "Hasta la quinta onda epidémica estábamos acostumbrados a una enfermedad con una importante letalidad, y por lo que estamos observando en esta nueva onda epidémica, aun sabiendo que tenemos una infradetección, confiamos en el que al final el resultado sea el de una enfermedad epidémica con un impacto mucho más leve. Sin embargo, nosotros podemos llegar a esa fase de la pandemia, pero otros países no, con lo cual siempre vamos a tener el riesgo de que aparezcan nuevas variantes", contempla.