Frances Haugen, exempleada de Facebook: "Me preocupa que haya más sensores en nuestras casas" con el metaverso

• La estadounidense que sacó a la luz las prácticas internas de la compañía advierte ante el Parlamento Europeo
• Zuckerberg pretende crear un universo de realidad virtual en el que los usuarios puedan interactuar a través de un "alter ego"

La denunciante de Facebook Frances Haugen, este lunes en el Parlamento Europeo

"Me preocupa que haya más sensores en nuestras casas". Así ha hablado este lunes la exempleada de Facebook Frances Haugen, que ha sacado a la luz las prácticas internas de la compañía, sobre el cambio de nombre a Meta de la empresa. Para Haugen, el anunciado metaverso de Mark Zuckerberg "demuestra que quieren darle prioridad al crecimiento y al beneficio".

"Con 10.000 ingenieros más van a hacer videojuegos, pero no pueden tener 10.000 ingenieros para trabajar en la seguridad. Me parece indefendible", ha dicho en una intervención en el Parlamento Europeo. El metaverso que plantea Zuckerberg pretende crear un universo paralelo de realidad virtual en el que los usuarios puedan interactuar a través de un "alter ego", algo para lo que se necesitarían unos sensores que inquietan a la exempleada: "Los usuarios tienen que exponer mucho y Facebook ha demostrado que miente cada vez que le conviene".

“Llenar oficinas y casas con sensores que no son transparentes es una pésima idea“

"Llenar oficinas y casas con sensores que no son transparentes es una pésima idea", ha continuado durante su comparecencia la estadounidense, que ha añadido que, en lo que respecta al mundo laboral, los trabajadores "no pueden controlar la tecnología que utiliza el empleador" en el lugar de trabajo. No obstante, Haugen ha visto elementos positivos como que "va a funcionar de forma más humana" porque lo hará "con grupos de hasta diez personas", de tal manera que "nos podemos reunir con alguien que tiene ideas extremas, pero todos le conocemos, sabemos cómo es".

Así es el metaverso, un universo virtual e interconectado

"Perjudican a los niños, atizan la división y debilitan la democracia"

Haugen, de 37 años, comenzó a trabajar en Facebook porque "pensaba que tenía la posibilidad de sacar lo mejor que llevamos dentro", no obstante pronto descubrió que los productos de la compañía "perjudican a los niños, atizan la división y debilitan la democracia". "Facebook es distinta de otras empresas. Es menos transparente que otras grandes plataformas", entre las que ha señalado a Google y Twitter.

"No creo que el problema de Facebook sean malas personas (...) sino amplificar los contenidos más divisivos o más extremos", contó haciendo hincapié en el insuficiente funcionamiento de los algoritmos en lenguajes distintos al inglés, motivo por el que es difícil contener discursos de odio en otros idiomas: "Hay muchos idiomas en Europa para los que el sistema de seguridad es mínimo", porque "los sistemas de supervisión que no están en inglés no funcionan bien".

Antes de su intervención en la Eurocámara, Haugen se ha reunido con el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, y con la ponente de la ley de servicios digitales, la eurodiputada socialdemócrata Christel Schaldemose. Con ellos ha conversado también sobre la ley de servicios digitales, una normativa que obligará a las plataformas digitales a proporcionar información a las autoridades sobre cómo funcionan los algoritmos y a someterse a auditorias independientes y que ha nombrado como "un grito de alerta".

Facebook dice que los discursos de odio solo representan el 0,05% del contenido

Según ha manifestado la vicepresidenta de la Política de Contenido de Meta, Monika Bickert, los discursos de odio representan solo el 0,05 % del contenido que ven los usuarios. Además, la compañía elimina el 97 % de esa información "antes de que alguien lo denuncie". La empresa asegura haber destinado este año 5.000 millones de dólares a combatirlos, con una plantilla de 40.000 personas destinada a este objetivo.

“Inevitablemente se extenderá el contenido que provoca fuertes emociones“

"Evidentemente, como una plataforma construida alrededor de gente compartiendo cosas sobre las que están interesadas, inevitablemente se extenderá el contenido que provoca fuertes emociones. Pero es profundamente ilógico el argumento de que para obtener beneficio promovemos de forma deliberada el contenido que enfada a la gente", ha insistido.

Sin embargo y de acuerdo con la exempleada, casi nadie ajeno a la empresa sabe lo que pasa dentro de ella, donde se "engaña repetidamente" al público sobre los efectos nocivos de sus plataformas.