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La expansión de la inteligencia artificial no solo genera beneficios, sino que tiene también un precio: generar la cantidad de energía suficiente para almacenar millones de datos en la nube. Con esta idea en mente, los gigantes tecnológicos apuestan por la energía nuclear.

Google quiere abrir una central en Estados Unidos para abastecerse de energía y Microsoft quiere hacer lo mismo levantando otra planta en el Estado de Pensilvania. Por su parte, Meta y Amazon apuestan por pequeños reactores modulares que todavía están en fase de experimentación.

Algunos estudios calculan que en 2028 los centros de datos de Estados Unidos consumirán la misma energía que toda España o Italia. Se trata de un uso masivo que puede provocar cuellos de botella y obligará a ampliar las redes. Pese a ello, los expertos creen que no amenaza el suministro global.

Foto: Getty

La caída del servicio de la nube de Amazon, AWS, ha sido un aviso. Un puñado de grandes empresas tienen el control tecnológico. Amazon, Google, Microsoft, Apple y Meta, los gigantes, son las empresas más poderosas del mundo por su valor porque concentran los servicios indispensables en la era digital. La nube es un ejemplo de ello.

Según el autor de Utopías digitales, Ekaitz Cancela, "la nube es el conjunto de ordenadores donde el resto de las cosas pasan, cada vez que alguien pulsa un botón en su teléfono va directamente a la nube". Pero no solo es la nube. Microsoft, a través de Windows, también domina los sistemas operativos, el programa necesario para que funcione un ordenador. En el caso de los móviles, ocurre algo similar con Google o en menor medida Apple. Todas son empresas estadounidenses y su hegemonía pone en evidencia la debilidad europea.

Cancela afirma que "Amazon esté al servicio de lo que diga Trump es un riesgo para la seguridad de los europeos". Por otro lado, el director de innovación de LLYC, Miguel Lucas, explica que estas empresas "tienen un negocio importante en Europa al que no pueden renunciar de forma sencilla".

Hace más de un año también vimos cómo el fallo de un gigante tecnológico, Windows y su antivirus, puso en jaque infraestructuras tan esenciales como hospitales y aeropuertos.

Imagen: REUTERS / DADO RUVIC

El presidente estadounidense, Donald Trump, fiel a su estilo, amenaza con devolver el golpe a Bruselas tras la millonaria multa a Google. "Si alguien nos lo hace, nosotros deberíamos hacérselo también", ha dicho en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Según Trump, la UE está atacando a las grandes empresas estadounidenses. A a través de su red social, asegura que podría iniciar "un procedimiento de la Sección 301". Es decir, tomar represalias comerciales, posiblemente en forma aranceles o restricciones. Es el enésimo enfrentamiento Washington-Bruselas.

La Unión Europea acaba de sancionar a Google por abusos en el mercado de publicidad online. Según Bruselas, Google incumplió la ley porque favoreció sus propios servicios de publicidad en detrimento de sus rivales. La multa, de casi 3.000 millones de euros, es la segunda más alta que impone Europa. Google la va a recurrir.

Foto: Getty

La Comisión Europea ha multado a Google con 2.950 millones de euros por abuso de posición dominante en la publicidad digital, al favorecer sus propios servicios y perjudicar a competidores. La empresa tiene 60 días para presentar medidas correctivas o se enfrentará a sanciones más duras. Se trata de la segunda mayor multa de Bruselas contra Google, tras los 4.000 millones impuestos por Android. La vicepresidenta de Competencia, Teresa Ribera, ha advertido que el comportamiento fue “ilegal” y dañó a editores, anunciantes y consumidores.

Por su parte, Donald Trump ha tachado la sanción de “muy injusta”, amenazando con represalias comerciales bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974.

La investigación comenzó en 2021 y concluyó que, desde 2014, Google favoreció deliberadamente a su plataforma AdX, obteniendo ventajas competitivas frente a rivales en el negocio publicitario online.

Más de 16.000 millones de contraseñas de Apple, Google y Facebook han quedado expuestas en la mayor filtración de datos de la historia. Albert Cuesta, periodista experto en tecnología, nos cuenta en 'Las Mañanas de RNE' que este incidente es muy grave, pero que en realidad no es nuevo. "Son credenciales que ya se habían filtrado anteriormente. Lo que pasa es que ahora algún ciberdelincuente las ha recopilado, empaquetado y las revende al por mayor".

Con él repasamos las buenas prácticas para la gestión de nuestras contraseñas, que pasa por cambiarlas a menudo y no usar la misma en más de un servicio. "En realidad no es incómodo, porque puedes utilizar un programa gestor de contraseñas, donde vas acumulando las diferentes contraseñas". El periodista explica que estos gestores son "llaves maestras" que hacen que solo tengas que recordar una contraseña para acceder "a todas las demás puertas". Cuesta destaca que una medida muy importante es activar una capa adicional de protección como el doble factor, que es un código que recibes de confirmación por SMS o una clave de paso.

Sobre la investigación de la filtración de datos personales de ministros y excargos del PP en un canal de Telegram, Cuesta asegura que esto es "completamente ilegal y la ley debería caer con todo su peso sobre ellos" y subraya que "lo que es cierto es que ya no tiene remedio, porque no es reversible".

El cambio de nomenclatura ordenado por Trump para que el golfo de México se convierta en el golfo de América solo tiene efecto dentro de Estados Unidos. Google Maps ya ha confirmado que cumplirá la ley estadounidense y aplicará esa modificación, aunque de forma restringida, sólo dentro del país.

Para el resto del planeta, el golfo en cuestión seguirá siendo de México, tal como lo acuñó la historia. Los expertos en denominaciones geográficas explican al Telediario quién tiene la autoridad para aprobar un cambio así: ha de existir consenso internacional.