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Ciencia

Una cuarentena llevada al extremo: encerrados en una cueva sin referencia temporal ni luz natural

  • La pandemia ha motivado al investigador Christian Clot a estudiar cómo es un confinamiento bajo una situación límite
  • Pretende comprender cómo los humanos pueden enfrentarse, colectivamente, a condiciones de vida de encierro absoluto

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Un grupo de científicos se encierra 40 días en una cueva para experimentar el confinamiento extremo

Christian Clot es un investigador franco-suizo que lleva más de 20 años explorando ambientes extremos y conviviendo con las personas que los habitan. Pero su objetivo no es solo el de acumular experiencias, sino el de utilizarlas para actuar y mejorar el mundo. Con ese fin ha creado el Instituto de Investigación para la Adaptación Humana, en el que se trabaja para preparar mejor a hombres y mujeres en el "mundo del mañana".

La crisis de la COVID-19 y el confinamiento global llevó a Clot a preguntarse hasta qué punto el ser humano se iba a adaptar a realidades como la pandemia. Como experto en adaptación al cambio y gestión de crisis, decidió estudiar a un grupo de voluntarios en una situación de confinamiento extremo.

De ahí ha salido el proyecto DeepTime (tiempo profundo), un experimento que comenzará el próximo 7 de marzo. Catorce voluntarios, siete mujeres y siete hombres, de edades entre los 27 y 50 años, entrarán en la cueva de Lombrives, en Francia, para no salir de ella durante 40 días.

No tendrán referencia de tiempo; estarán sin reloj y sin luz natural. Se estudiará la capacidad del cerebro para adaptarse a la nueva situación, los cambios físicos y la habilidad del grupo para organizarse e interactuar entre sus miembros. Deep Time será una exploración poco común que va a permitir comprender cómo los humanos pueden enfrentarse, colectivamente, a condiciones de vida de encierro absoluto.

¿Cómo les afectará la estancia en la cueva?

Junto al grupo de voluntarios, habrá treinta científicos de doce campos de investigación que intentarán responder a preguntas como estas:

  • ¿Cómo gestionar la desorientación, cuando estamos sometidos a una situación totalmente nueva, como el confinamiento por la pandemia?
  • ¿Cómo nuestro cerebro concibe y gestiona el tiempo al margen de cualquier indicador?
  • ¿Cómo se las arregla un grupo humano para sincronizarse y funcionar juntos en condiciones de vida totalmente nuevas?

Los voluntarios llevarán electrodos y se someterán a distintos escáneres y pruebas antes y después del experimento. Todos ellos son personas "comunes y corrientes", según ha explicado a RTVE el propio Christian Clot. "No hemos querido superhombres ni supermujeres. La única condición es que tengan un estado de salud físico y mental óptimo", afirma.

Al término de los 40 días, se analizarán todos los datos recogidos y se tardará al menos dos años en terminar el informe con las conclusiones. Pero antes, Clot, que también estará en la cueva, ha prometido explicarnos su experiencia en cuanto salga de ella. Así que pronto, escribiremos aquí la segunda parte de este artículo.