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El Tribunal de Moscú rechaza la apelación a la pena de prisión contra Navalny

  • El tribunal precisa que el mes y medio que permanece arrestado el líder opositor será descontado de la pena
  • Navalny pasará en prisión un total de dos años, seis meses y dos semanas mientras sus seguidores anuncian protestas

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El opositor ruso Alexei Navalny antes de la audiencia en el Tribunal de Moscú
El opositor ruso Alexei Navalny antes de la audiencia en el Tribunal de Moscú

El Tribunal de Moscú ha rechazado este sábado la apelación a la sentencia que convirtió en efectiva la pena suspendida de 3,5 años de prisión a la que el líder opositor ruso Alexéi Navalny fue condenado en 2014, en un juicio calificado de "arbitrario" por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El dictamen judicial confirma así la sentencia dictada el pasado 2 de febrero por el tribunal distrital Babushkinski, y precisa que el mes y medio que permanece arrestado el líder opositor será descontado de la pena. "Rebajaron un mes y medio, algo es algo", ha dicho Navalny con cierta ironía tras el fallo citado por el medio independiente digital Meduza.

En total, el líder opositor tendría que pasar en prisión dos años y seis meses y dos semanas, ya que de la pena se descuentan también, según la sentencia anterior, los diez meses que estuvo en arresto domiciliario durante el juicio de 2014.

Cabe recurso con remotas posibilidades

La defensa de Navalny aún puede presentar un recurso de casación, aunque son extremadamente remotas las posibilidades de que prospere. El opositor respondió sarcásticamente al fallo desde la jaula de vidrio de la sala de audiencias: "Me han reducido la pena en mes y medio. ¡Genial! ". Navalny declaró ante el juez que no es culpable de violaciones de la libertad condicional como falló en su contra un tribunal anterior.

"No quiero presumir mucho, pero el mundo entero sabía donde estaba", ha dicho al juez. "Una vez que me recuperé, compré un billete de avión y regresé a casa ", aclaró en referencia a su convalecencia en un hospital de Alemania, por lo que no pudo presentarse en la prisión de Moscú.

Regresó a Rusia el pasado enero desde Alemania, donde había estado recuperándose del envenenamiento del que fue víctima en Siberia en agosto de 2020, denunciado por occidente como resultado de un agente nervioso y que estuvo a punto de costarle la vida.

Navalny afirmó que no se arrepiente de regresar a Rusia, que fue su fe en Dios la que le ayudó a sostenerse. "Nuestro país está construido sobre la injusticia- añadió- pero decenas de millones de personas quieren la verdad y tarde o temprano la conseguirán". Acusa a Putin de ordenar su intento de asesinato y afirmó que este pasará a la historia como "Vladímir el Envenador".

El presidente ruso por su parte niega estas acusaciones, alegando que Navalny es parte de una campaña de trucos sucios respaldada por Estados Unidos para desacreditarlo.

Un caso basado en la calumnia

Navalny debe comparecer ante el tribunal en lo que se espera sea la culminación de un caso de calumnia en su contra y en el que está acusado de difamar a un veterano de la Segunda Guerra Mundial que participó en un video de apoyo a las reformas constitucionales ahora permiten a Putin postularse por dos nuevos mandatos a partir de 2024.

Describió a las personas en el vídeo como traidores y lacayos corruptos. Sin embargo, aclaró que dichas críticas no estaban dirigidas específicamente contra el veterano. La fiscalía pública solicita al tribunal que multe a Navalny a pagar 950.000 rublos, unos 10 mil quinientos euros, por difamación.

El arresto y encarcelamiento del opositor desató las mayores protestas callejeras de los últimos años en Rusia, en el curso de las cuales más de 10.000 personas fueron detenidas, entre ellas su esposa. Sus aliados dicen que ahora las grandes manifestaciones se han detenido pero se reanudarán en primavera.