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Nacer antes de tiempo, en plena pandemia

  • Las unidades de neonatología sacan adelante a los bebes cuya gestación no llega a término.
  • Cada 17 de noviembre se celebra el Día Mundial del Prematuro, bajo el lema "Trabajando juntos, cuidando el futuro"

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Fotografía del área  de prematuros del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander
Ärea de prematuros del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander

En la puerta de la Unidad de Neonatología de Valdecilla hay una guirnalda hecha con patucos. Uno de cada diez es más pequeño que el resto; es el porcentaje de personas que llegan antes de tiempo. En Cantabria son el siete por ciento.

Iria es una de ellas, nació el 24 de mayo, después de sólo 28 semanas en el vientre de su madre, Chantal, a quien se le vino el mundo encima cuando supo que su niña nacería de forma prematura: “Cuando llegamos al hospital me dijeron que corríamos peligro tanto la niña como yo, eso lo recuerdo como una auténtica pesadilla; los primeros días no podía verla, solo por las fotos que mandaba su padre, pero cuando pude verla no me caí de espaldas no sé por qué”.

Iria pesó 995 gramos, pero en seis meses ya está en más de tres kilos

Iria pesó 995 gramos. Ahora, a punto de cumplir seis meses ya está en más de tres kilos. Todo gracias a los cuidados de un equipo de profesionales que, además de las atenciones médicas a sus pequeños pacientes, tienen que hacer una labor casi de psicología con los padres. “Se enfrentan a muchos momentos de angustia, estancias muy prolongadas aquí en la unidad, acaban agotados porque están muy estresados, con situaciones muy cambiantes a lo largo del día, por eso tenemos que estar pendientes también de esa parte emocional”, explica Soraya Sañudo, la supervisora de Neonatología.

Contacto, pese a la pandemia

A todo lo que supone un parto prematuro, desde marzo hay que sumarle la pandemia, una circunstancia a la que, según Isabel de las Cuevas, jefa de Neonatología de Valdecilla han tenido que adaptarse sobre la marcha. “La pandemia llegó con mucho desconocimiento, con mucho miedo, con muchas precauciones para ir adaptándonos y reconduciendo hacia lo que es nuestra convicción intrínseca que es el contacto piel con piel, por supuesto la lactancia materna…”, afirma.

Las visitas se han restringido. Por ejemplo,  no pueden estar padre y madre a la vez, así que se turnan. Chantal espera poder empezar el año con su hija en casa, pero hace tiempo que decidió vivir día a día, disfrutar cada segundo que pasa con su hija, es otra de las cosas que también ella ha aprendido.