Enlaces accesibilidad
Elecciones en Estados Unidos

Trump acusa sin pruebas a Biden de querer "robar" las elecciones: "Queremos transparencia, sin votos ilegales"

Por
Trump, sin pruebas, señala: "Con los votos legales gano con facilidad"

Donald Trump no se da por vencido. Apenas un día después de autoproclamarse ganador de las elecciones en Estados Unidos, el presidente ha acusado a los demócratas del "robo y amaño" electoral por la ventaja de su rival, Joe Biden, en la recta final del escrutinio. "Ha sido un proceso injusto, tal y como predije, está destruyendo nuestro sistema y es un sistema corrupto", ha señalado en rueda de prensa desde la Casa Blanca.

Tal y como hizo el martes, el mandatario se ha vuelto a decir "ganador" con los votos "legales", pero no ha aportado ninguna prueba de que el voto anticipado sea fraudulento. De hecho, Trump atribuye el vuelco en estados arrebatados por el demócrata, como Wisconsin o Michigan, a votos "misteriosos o ilegales", que son en realidad fruto del histórico récord en la participación anticipada en un año marcado por la pandemia del coronavirus.

A lo largo de la jornada, los representantes electorales de estados decisivos como Pensilvania, Arizona o Nevada han advertido del peligro que supone que el propio presidente de Estados Unidos ponga en tela de juicio el estado de la democracia de la primera potencia mundial. Muchos han confesado que han tenido que aumentar la seguridad en los centros de recuento ante la creciente tensión social y todos han lanzado el mismo mensaje: el sistema actual es seguro y no ha habido ningún intento de manipulación.

Batalla política por el recuento de votos en Estados Unidos

En la misma línea se han expresado varios altos cargos republicanos, que se han distanciado de las mentiras de Trump. Uno de ellos es el líder en el Senado, Mitch McConnell, que ha recordado que "el recuento de cada voto está en el corazón de nuestra democracia". "Tengan fe en la democracia, la Constitución y en el pueblo estadounidense", ha escrito en Twitter. Más críticos, otros han reclamado evidencias del supuesto fraude y respeto al proceso

Incluso algunas cadenas estadounidenses como la MSNBC o ABC News han interrumpido la comparecencia del presidente por sus declaraciones infundadas.

El presidente cree que ganará en los tribunales

Trump llevaba meses cuestionando la fiabilidad del voto por correo ante el previsible aumento de ciudadanos que han optado por esta vía, pero nunca ha llegado a aportar ninguna prueba. De hecho, los observadores de la OSCE consideran que sus comentarios son propios de un "abuso de poder flagrante".

Con la maquinaria legal a pleno rendimiento -ya ha presentado varias demandas para frenar el recuento en los estados pendientes donde se ve cercado por el demócrata-, el presidente sigue confiando en que ganará las elecciones con una larga batalla judicial antes de que se hayan declarado los resultados oficiales.

232
Partido Republicano 232 votos electorales Candidato a la presidencia: Donald Trump Nº Votos obtenidos: 73.789.238 votos (47,2%)
306
Partido Demócrata 306 votos electorales Candidato a la presidencia: Joe Biden Nº Votos obtenidos: 79.819.502 votos (51%)

Pero la realidad de la recta final del escrutinio es muy volátil y no dibuja una victoria para el presidente. Biden acumula 253 de los 270 compromisarios necesarios para arrebatarle la Presidencia y solo necesita confirmar su liderazgo en Nevada (seis delegados) y Arizona (11 delegados), pero sigue recortando distancias en Pensilvania o Georgia, territorios que por ahora se inclinan del bando republicano. Trump, por su parte, tiene 214 votos electorales, pero está perdiendo fuerza en el recuento de Georgia.

"No quieren que tengamos observadores en los centros de recuento aunque hemos ganado en los tribunales. [...] Creemos que ganaremos con facilidad, tenemos tantas pruebas que habrá muchos litigios porque no podemos permitir que nos roben así", ha señalado. De momento, dos jueces de Pensilvania y Georgia han desestimado sus demandas y uno sí ha permitido el acceso de observadores de su campaña al recuento en Filadelfia.

Pero la realidad de la recta final del escrutinio es muy volátil y no dibuja una victoria para el presidente. Biden acumula 253 de los 270 compromisarios necesarios para arrebatarle la Presidencia y solo necesita confirmar su liderazgo en Nevada (seis delegados) y Arizona (11 delegados), pero sigue recortando distancias en Pensilvania o Georgia, territorios que por ahora se inclinan del bando republicano. Trump, por su parte, tiene 214 votos electorales, pero está perdiendo fuerza en el recuento de Georgia.

Biden llama a la calma ante las críticas de Trump

Horas antes, el aspirante demócrata ha vuelto a pedir calma en un país cada vez más tensionado por las críticas del presidente y el retraso en el cuento de papeletas, que requiere de un proceso minucioso, lento y complejo.

"El voto es sagrado, ha ayudado a la gente a expresar su deseo y es el deseo de los votantes, de nadie más, el que elige al presidente, por eso hay que contar todas las papeletas. Así es como tiene que ser. La democracia a veces es complicada, en ocasiones requiere de paciencia, pero esa paciencia lleva viéndose recompensada desde hace más de 240 años", ha señalado en Wilmington (Delaware).

Aunque no habla de derrota, el presidente sigue empeñado en cuestionar al mismo sistema que hace cuatro años le llevó a la Casa Blanca. Y lo hace con una nueva teoría: las encuestas, la prensa y las empresas tecnológicas se han aliado con los demócratas para "amañar" los comicios.

En 2016, ningún sondeo acertó con su inesperada victoria, pero llevan más de un año dando a Biden como ganador. Ahora, "las proyecciones de los medios prueban la interferencia electoral de los intereses poderosos. Estas encuestas falsas fueron diseñadas para que nuestros votantes se quedaran en casa, son sondeos de represión", según el presidente. Nada más lejos de la realidad: Trump ya ha recabado más votos que en 2016.

El mundo espera ansioso el desenlace de unas elecciones históricas y broncas que retratan a un país profundamente dividido. Los dos candidatos se ven ganadores, todavía queda mucho por resolver y, sobre todo, mucho en juego: la democracia.