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Mejora el estado de salud de Navalny mientras aumentan las tensiones con Rusia

  • Moscú considera "inaceptables" las acusaciones de EE.UU. que apuntan a altos cargos rusos responsables de envenenamiento
  • Alemania y Rusia se han acusado mutuamente de no cooperar entre sí para esclarecer los hechos

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El líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, habla con periodistas después de ser liberado de un centro de detención en Moscú, Rusia.
El líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, habla con periodistas después de ser liberado de un centro de detención en Moscú, Rusia.

Mientras el oponente ruso, Alexei Navalny, se recupera favorablemente, Berlín y Moscú se han acusado mutuamente de no cooperar entre sí para esclarecer los hechos sobre el envenenamiento. Ha sido durante el Consejo de Seguridad de la ONU que este jueves se ha reunido por videoconferencia para discutir sobre armas químicas en Siria.

Alemania ha sido apoyada en particular por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Estonia para que Rusia responda a las sospechas alemanas.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ya mostró el pasado miércoles su apoyo a la teoría alemana sobre que el oponente ruso había sido envenenado y apuntó a funcionarios rusos como los posibles culpables, acusaciones que no han sentado muy bien a Moscú que las ha calificado de "intolerables".

Alexei Navalny, de 44 años, fue trasladado en agosto a cuidados intensivos en un hospital de Siberia tras encontrarse mal en un avión, donde los médicos alemanes dicen haber encontrado rastros de envenenamiento con una sustancia del tipo Novichok, diseñada en la época soviética con fines militares.

Rusia rechaza las acusaciones de EE.UU.

Moscú ha rechazado las acusaciones que EE.UU. hizo el pasado miércoles en las que no solo reconocía la teoría de que Navalny haya sido envenenado, sino que además ha apuntado a altos cargos de Rusia como posibles responsables del delito.

"Consideramos inaceptable cualquier referencia directa o indirecta en la implicación de responsables rusos en este caso", ha declarado a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en referencia a las afirmaciones de Pompeo.

Peskov ha añadido que Rusia todavía no había recibido de Alemania "la respuesta al pedido de nuestro fiscal general", que reclamó a finales de agosto las informaciones sobre la salud de Navalny, hospitalizado en Berlín, según ha informado la agencia de noticias AFP.

"Desgraciadamente, seguimos sin conocer los resultados de los análisis que permitieron a nuestros compañeros alemanes concluir que se trataba de un envenenamiento del ciudadano de Berlín", ha señalado Peskov que, como el presidente Vladimir Putin, se niega a pronunciar el nombre del principal opositor al Kremlin.

Tensión entre Alemania y Rusia

"Somos la parte más interesada en saber qué pasó", ha señalado el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia. "No hemos recibido ninguna prueba de Alemania que nos permita concluir que se trata de un delito con intento de envenenamiento, lo que desencadenaría una investigación", ha agregado."¿Cómo podemos avanzar si la parte alemana se niega a cooperar?", ha insistido.

El diplomático ruso también ha destacado que este tema no tiene nada que ver con el tema de la discusión del Consejo -público a petición de Moscú- que era Siria. "Lo que hemos escuchado sigue siendo una cortina de humo", ha repondido su homólogo alemán, Christoph Heusgen.

"El gobierno alemán ha informado al embajador ruso en Berlín" sobre este asunto que "no es un asunto bilateral" entre Alemania y Rusia, sino que "se relaciona con el tema que se debate hoy, las armas químicas y uso de armas química", ha argumentado. "Es un tema de preocupación internacional", ha insistido el diplomático alemán, subrayando que debe ser tratado por la OPAQ (Organización para la Prohibición de las Armas Químicas).

La sustancia Novichok ya había sido utilizado contra el ex agente doble ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en 2018 en Inglaterra. El principal sospechoso es el GRU, la inteligencia militar rusa, según las autoridades británicas. Este asunto resultó en sanciones contra Rusia, que había negado cualquier participación.