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Coronavirus

El plan de reactivación turística enfrenta al Govern balear con los ecologistas

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Imagen de archivo con una pintada en la que se puede leer "fuera turista" y "bienvenidos refugiados".
Imagen de archivo con una pintada en la que se puede leer "fuera turista" y "bienvenidos refugiados".

El debate sobre el modelo del turismo de masas en Baleares no es nuevo, pero la pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia las debilidades de una economía basada en un monocultivo y ha mostrado las flaquezas de las gallinas de los huevos de oro.

Como ha pasado en otros destinos turísticos del mundo, pintadas en las calles mandando a los visitantes a sus casas o actos de grupos de izquierdas han evidenciado en el pasado el malestar de los vecinos ante la llegada masiva de turistas.

El aumento desmesurado de los precios de la vivienda atribuido a la proliferación del alquiler vacacional ha exacerbado el problema del acceso a la vivienda, uno de los principales inconvenientes de la burbuja turística.

La peor cara del turismo de excesos es la de jóvenes muertos en la macabra estadística de los fallecidos por 'balconing'. Este mismo año el Govern aprobó un decreto para restringir el consumo de alcohol. El panorama ha cambiado radicalmente en los últimos meses.

De las cifras vertiginosas de visitantes hemos pasado a previsiones económicas de caída del PIB y aumento del paro que dibujan un horizonte de pobreza para familias enteras que dependen de la hostelería y la restauración. En un intento de salvar lo que se pueda de la temporada turística, el Govern ha aprobado un nuevo decreto que permite la ampliación de hoteles un 15% para adaptar las zonas comunes a la nueva distancia de seguridad.

El decreto también prevé convertir hoteles obsoletos en apartamentos de protección oficial. Para todo eso, y con el objetivo de agilizar los trámites, no se necesitará licencia municipal sino simplemente una declaración responsable que se podrá comprobar a posteriori.

Críticas de ecologistas y tensión entre socios de Govern

Las entidades ecologistas que abogaban por aprovechar el momento para hacer un cambio de paradigma han criticado con dureza las medidas aprobadas por el Govern para reactivar el turismo porque creen que intensifican la dependencia del turismo.

Organizaciones como el GOB o Terra Ferida se han mostrado estupefactos y piensan que usan para superar la crisis la misma receta, construcción y turismo, que los gobiernos de derechas. Opinan, igual que el Colegio de Arquitectos, que el decreto exime a los hoteleros de la normativa urbanística.

Los ecologistas de Baleares critican con dureza las medidas del Govern para reactivar el turismo

El decreto ha tensado también las relaciones entre socios de Govern. Los ecosoberanistas de Més per Mallorca, que forman parte del Ejecutivo, defienden que han negociado a la baja las ampliaciones y que solo un porcentaje muy pequeño de hoteles se podrán acoger a las medidas de ampliación. Más crítico es el grupo de Més per Menorca que da apoyo externo al Govern de coalición, formado por socialistas, Podemos i Més per Mallorca.

La presidenta, Francina Armengol, dice que las Baleares pueden presentarse al mundo como un destino seguro y que sabe controlar la enfermedad. Ha anunciado que a finales de junio se harán pruebas piloto con pequeños grupos de turistas.

De momento, solo puede viajarse a las islas por motivos justificados. De hecho, desde que se decretó el estado de alarma, la policía ha impedido la entrada a medio centenar de pasajeros al llegar a puertos o aeropuertos de Baleares y los ha devuelto a sus destinos de origen por no presentar una causa justificada para entrar.