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'El último tahúr', el misterioso jugador de cartas que sentó las bases de la cartomagia

  • Rodrigo Sopeña y Juande Pozuelo debutan en el cómic con este sorprendente western
  • Se basan en hechos y personajes reales para jugar con la historia
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Detalle de la portada de 'El último tahúr'
Detalle de la portada de 'El último tahúr'

Rodrigo Sopeña Costales (Gijón, 1977) es un director y guionista español, conocido por escribir y dirigir programas como La Hora de José Mota o El Club de la Comedia, y Juande Pozuelo (Córdoba, 1966) lleva años trabajando en grandes proyectos de animación como la mítica serie de Batman de los 90 o las películas de Tadeo Jones (para las que ha realizado los storyboards). Ahora ambos debutan en el mundo del cómic con El último tahúr (Dolmen), un sorprendente western protagonizado por un misterioso personaje histórico.

“El protagonista es un tahúr apodado S.W. Erdnase -nos comenta Rodrigo-. Vivía de hacer trampas con cartas para desplumar a incautos. Hasta que un día decidió revelar los trucos que conocía -y los que se había inventado- en un manual, que se editó en Chicago en 1902. Detallaba cómo barajar las cartas y dejarlas ordenadas a conveniencia o cómo repartirse las cartas buenas a uno mismo”.

“A partir de ese momento -añade-, todos los tramposos del Oeste quedaron en evidencia y quisieron acabar con él. Por eso yo lo considero "el último tahúr", que es como se titula el cómic, porque después de Erdnase todos los tahúres quedaron al descubierto”.

“Es un western muy original, fuera de los clichés del género –asegura Juande-, aunque también tenemos atracos a bancos, tiroteos y robo de trenes. Nos centramos en el mundo del póker con las trampas en las partidas mostradas al detalle, algo que no se había hecho hasta ahora. También rompemos algunos tópicos que hemos visto en las películas con mucha frecuencia, por ejemplo, un tahúr borracho era impensable en un mundo donde las trampas te podían costar la vida”.

Viñetas de 'El último tahúr'

Su libro se convirtió en la base de la cartomagia moderna

Lo más sorprendente de todo es que el libro de este tahúr, que no fue ningún éxito en su momento, se convertiría en la base de la cartomagia.

“Como el anillo llegó a Frodo: eso sucedió de la forma más inesperada -nos comenta Rodrigo-. Resulta que ese manual repleto de trampas pasó de moda. Pero cayó en las manos de un niño canadiense de 12 años, David Verner, quien se entusiasmó con la manipulación de cartas. Aquel chaval creció adaptando las trampas a la magia, y acabó convirtiéndose en Dai Vernon, el gran cartomago del siglo XX. Los ilusionistas consideran que el manual de Erndase es la base de la cartomagia moderna, porque explica todas las manipulaciones que existían hasta el siglo XIX”.

Pero… ¿Qué sabemos de ese misterioso personaje? “El verdadero Erdnase desapareció sin dejar rastro –asegura Rodrigo-, por eso en El último tahúr siempre nos referimos a Erdnase como una leyenda. Sabemos que tenía las manos pequeñas, que era bajito y poco más”.

Pero gracias a esos pocos datos, ambos han construido un irresistible timador del que nos habla Juande: “Rodrigo se basó en el personaje real de Erdnase, pero rodeándolo de un halo de misterio. Nuestro Andrews es un tipo avispado que aprende el “oficio” desde muy pequeño. Joven y de aspecto agradable, aunque no tiene problemas en desplumar al primer incauto que se le ponga delante. Le seguiremos en su periplo de jugador por las principales ciudades del Oeste y también en su evolución personal, que le hará plantearse dudas acerca de la honorabilidad de su profesión”.

Viñetas de 'El último tahúr'

Cameos a lo ‘Forrest Gump’

Una de las cosas más divertidas del libro es que mezcla los hechos históricos, perfectamente documentados, con las peripecias de ese tahúr, al estilo de una famosa película: “Me encanta el recurso de Forrest Gump de hacer coincidir al protagonista con hechos y personajes históricos de la época –confiesa Rodrigo-. Así que nuestro "último tahúr" se encuentra con John Wesley Hardin, con los hermanos Dalton, con los padres de Buster Keaton, con Harry Houdini...

“Por ejemplo –añade el guionista-, nuestro prota decide fingir su propia muerte para despistar a los forajidos que le persiguen. Pide ayuda a un húngaro que actúa en una compañía de circo. Ese tipo es Harry Houdini, que ayuda al tahúr creando el truco del "enterrado vivo", un número que Houdini creó realmente”.

Viñetas de 'El último tahúr'

John Wesley Hardin fue un famoso forajido en torno al que circulan numerosas leyendas. “Hay un momento en que nuestro tahúr tiene que comprar un arma –nos cuenta Rodrigo-. Como no tiene ni idea de revólveres, el vendedor le aconseja que compre el mismo que John Wesley Hardin, un forajido al que se le atribuyeron más de 40 asesinatos. El hecho de que el tahúr y Hardin tengan el mismo revólver provoca un terrible equívoco en la trama del cómic, que no puedo contar sin destriparlo”.

“El verdadero Hardin murió con 42 años –continúa Rodrigo-. Contando con que cometió su primer asesinato a los 15 años y pasó 17 años en la cárcel, nos sale que cometió un asesinato por trimestre. Fue muy popular y Bob Dylan compuso una canción sobre él. Una noche, en un hostal de Abilene, Hardin no podía dormir por los ronquidos del vecino. Hardin disparó a la pared... y los ronquidos pararon. Se decía que había matado a seis o siete personas por roncar, pero él puntualizó: "por roncar sólo maté a uno".

Viñetas de 'El último tahúr'

Recreando el oeste americano

Destacar el detallismo con el que ambos autores recrean el oeste americano, algo para lo que se han documentado a conciencia: “Nos interesaba que el cómic fuese muy riguroso en las fechas y en la recreación de la época, por eso acudimos a la Historia y no al cine –puntualiza Rodrigo-. El gran inconveniente es que no hay mucha bibliografía que trate el Far West como una etapa histórica. La gran ventaja es que hay muchísimas fotografías, que hemos utilizado para recrear ambientes, trenes, arquitectura, urbanismo, paisajes, vestuario... Hemos adjuntado una selección como capítulo extra, para invitar al lector de El último tahúr a discernir entre historia y leyenda”.

“Hemos intentado, en la medida de lo posible, utilizar fotos de la época -añade Juande-. Tanto en personajes históricos como para los entornos (Coffeyville, Dodge City, El Paso, la colonización del Territorio Indio, etc). Sin olvidar mis principales referentes en el mundo del cómic son el Blueberry de Giraud, Comanche de Hermann o Bouncer de Bouq”.

En cuanto a su forma de trabajar, Juande nos comenta que: “La página a boceto era la base sobre la que trabajábamos y experimentábamos. El guion de Rodrigo es muy preciso y eso ayudaba a la hora de enfrentarse a la página en blanco. Contemplábamos nuevas ideas y posibles mejoras. Una vez consensuada, llegaba la fase de tinta y color. A partir de aquí ya estábamos totalmente de acuerdo y había pocos cambios”.

Destacar también que, aunque debute en el cómic, su larga experiencia en el mundo de la animación le ha venido muy bien a Juande: “El ritmo y la variedad de encuadres son herramientas que maneja el cine con soltura y son una valiosa ayuda. En este sentido, mi formación en storyboard para películas ha sido fundamental a la hora de intentar conseguir cierta fluidez narrativa. El cine y el cómic son lenguajes distintos pero pueden aproximarse en muchos aspectos”.

Por último, Juande nos confiesa que tenía su propia música para inspirarse: “La banda sonora de la trilogía de Sergio Leone era recurrente, así como playlists kilométricas de clásicos del western, incluso películas sonando de fondo creaban el estado de ánimo adecuado para el trabajo”.

Viñetas de 'El último tahúr'

Sus proyectos

Depués de este sorprendente debut esperamos que Rodrigo Sopeña y Juande Pozuelo saquen tiempo para hacer más cómics. Por eso les preguntamos por sus proyectos, empezando por Rodrigo: Tengo un guion de largometraje escrito a medias con Pablo Carbonell que me encantaría que viese la luz. En cuanto al cómic, Juande y yo estamos tan contentos con la recepción tan entusiasta de El último tahúr que estamos deseando sacar punta a los lápices y ponernos con otra aventura. Pero no en el Oeste, hay que cambiar de aires”.

En cuanto a Juande Pozuelo: “El tiempo que estuve dibujando El último tahúr lo alterné con trabajos en cine y series de televisión. Y en eso sigo. Y un proyecto de ilustración en modo autoedición que aparecerá en otoño”.

No os perdáis este sorprendente cómic sobre un personaje que habría hecho trampas al mismísimo Bret Maverick.

Portada de 'El último tahúr'