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Cine | Arabia Saudí

'La candidata perfecta': la revolución firme y tranquila de la mujer en Arabia Saudí

  • Se estrena La candidata perfecta, una ficción sobre una doctora que se presenta a alcaldesa
  • Haifaa Al-Mansour: "Me gustaría ver más mujeres saudíes sin velo y que vivan con confianza"

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Haiffa Al Mansour refleja los avances en los derechos de la mujer en Arabia Saudí, en su nueva película

El cine saudí es Haifaa Al-Mansour. En 2012 rodó La bicicleta verde, la primera película de la historia de un país sin salas de cine hasta 2018. Tras dos películas estadounidenses, (Mary Shelley y Nappily Ever After), regresa a su país con una premisa utópica de momento: la historia de una doctora que se presenta para alcaldesa en La candidata perfecta.

Arabia Saudí es una de las sociedades más segregadas del mundo y en la que las mujeres tienen menos derechos, pero Haifaa Al-Mansour quiere iluminar lo que considera los primeros brotes verdes. En 2012, tenía que rodar escondida dentro de una caravana para evita el escándalo público y ahora –asegura- el clima ha cambiado. Un ejemplo: su película muestra los problemas de su protagonista para viajar en avión sin el permiso de su padre. Un requisito que se eliminó hace apenas ocho meses.

Al-Mansour apunta también a su actriz protagonista, Mila Al Zahrani, como paradigma del cambio: protagoniza en televisión un show sobre una mujer que quiere ser boxeadora. Mujeres, cultura y deportes eran tres conceptos estancos hasta antes de ayer. “Lo más importante es llevar el arte a la calle, es lo que cambiara la sociedad”, asegura. “La única vida pública hasta hace nada era ir a la mezquita”.

PREGUNTA: ¿Cómo de difícil es para una mujer que se escuche su voz en una sociedad como la saudí?

RESPUESTA: Arabia Saudí es, sin duda, una sociedad tradicional y conservadora, pero está cambiando. Y la película captura esa sociedad en transformación. Las mujeres no podían conducir y ahora lo hacen. Ya dirigen negocios y pueden votar. Las leyes cambian, pero todavía estamos rodeados de las mismas mentalidades y lleva tiempo que la gente cambie. Espero que películas como esta, que tiene humor, música y mujeres fuertes contribuya a cambiar esos valores.

P.: Las leyes cambian, pero el camino para la igualdad parece largo.

R.: Es muy difícil. Es difícil incluso para mí como cineasta, que siempre voy al rodaje y todo el equipo son hombres. Es difícil para las mujeres. Y no solo en Arabia Saudí. Cuando trabajé en Hollywood, en mi tercera película, recuerdo que tenía un asistente que me anunció cuando llegué al plató y me hizo sentir importante. Pero cuando llegué la gente seguía intentando adivinar dónde estaba el director porque no respondo a la imagen de autoridad que tienen en su cabeza, que es la de un hombre blanco de mediana edad. Eso está cambiando.

Es difícil para las mujeres y no solo en Arabia Saudí, también en Hollywood

P.: La película muestre un empoderamiento firme, como una revolución tranquila.

R.: Las mujeres de Arabia Saudí son muy atrevidas, tienen mucho sentido del humor. Siempre pensamos en las mujeres musulmanas con la imagen del velo, pero no son así. Son como las hermanas de la película, que quieren trabajar, ganar dinero, divertirse. Son fuertes. Y quería celebrar y que se vean esas mujeres, no hablar solo de mujeres sumisas.

Y también para cambiar todos esos estereotipos y clichés que tenemos, como que los hombres de Oriente Medio son 'machos'. También es importante mostrar hombres que hablan suave, amables, que ayudan y tienen sueños. Es importante para los hombres que se vean a sí mismos y celebrar ese nuevo tipo de masculinidad.

P.: ¿Esa nueva masculinidad se replantea el patriarcado?

R.: No tenía sentido que una mujer no pudiera viajar sin el permiso de su padre, que tenía que pedir hasta el pasaporte. Pero está cambiando y las mujeres tienen más poder. Y, efectivamente, quitar esa carga permitirá a los hombres crecer como individuos.

R.: ¿Tenemos en occidente una visión distorsionada de Arabia Saudí?

R.: Arabia Saudí lleva siendo conservadora mucho tiempo. Tiene una interpretación religiosa muy conservadora y el islam es muy poderoso en la sociedad. Solo desde 2019 las mujeres pueden viajar al extranjero sin el permiso de un guardián masculino. Necesitamos abrirnos más y ser más progresistas. Y están pasando cosas: la música está volviendo, por ejemplo. La cultura no formaba parte de la sociedad y la estamos trayendo de vuelta. Y eso cambiará cómo la gente se ve a sí misma y al exterior. Películas como esta son importantes para cambiar la perspectiva. Tender puentes al resto del mundo.

Me gustaría ver más mujeres saudíes que vivan su vida pública con confianza

P: La protagonista comienza vistiendo un niqab del que se va liberando.

R.: También el código de vestimenta está evolucionando. Cuando era joven no podía ir al centro comercial sin estar totalmente cubierta, hasta las manos. Toda de negro. Pero ahora las mujeres se atreven a no cubrirse el rostro. A trabajar con hombres y moverse del rol tradicional. Por supuesto hay familias que no se mueven un milímetro, que se cubren y creen en el honor, pero, en general, no hay ya policía religiosa en el centro comercial vigilando que se cubran las cabezas. No sucede más. Ahora es una decisión de cada joven y es muy importante que afirmen su identidad. Ella al principio está cubierta y hacia el final se va descubriendo porque su identidad es importante. Me gustaría ver cada vez más mujeres saudíes que no se cubren y viven su vida pública con confianza.

P.: La bicicleta verde tuviste que rodarla en 2012 dentro de una caravana. La situación ha mejorado, pero ¿te has encontrado alguna dificultad?

R.: La diferencia con La bicicleta verde es que entonces la sociedad estaba más segregada y teníamos que rodar desde una caravana, pero cualquier persona religiosa, aunque no tuviera ningún cargo, podía llegar, gritarnos y ponernos nerviosos porque tenía más poder. Ya no sucede. Había un tipo religioso que no quería tener un rodaje cerca -y mucho menos a una mujer como yo dando órdenes- y nos interrumpía. Llamamos a la policía, vieron nuestros permisos, y le dijeron que si nos molestaba más, le detendrían. Es muy importante tener cobertura legal. Las autoridades a veces nos mandaban coches de policía para que no hubiera problemas. Es como si estuviéramos aquí, en España. Hay que normalizar Arabia Saudí.

P.: ¿Llegará el país a tener mujeres dirigentes?

R.: Tenemos ahora una mujer embajadora en EE.UU, que es una puesto muy importante. Y en el Parlamento tenemos mujeres, pero siempre designadas. Si una mujer se presentara a unas elecciones no sé cómo reaccionarían los poderes públicos. Pero hay un debate sobre la implantación de las mujeres en la política. Es importante cambiar los valores de la gente. En Egipto se presentan mujeres al Parlamento y no son elegidas porque son mujeres. Pero mira EE.UU.: lo de Hillary Clinton fue devastador. Era una mujer increíble con una buena campaña y es triste que no tuviera éxito. O ahora Elizabeth Warren. Las mujeres se enfrentan a muchos grupos de gente que piensan que solo los hombres pueden triunfar.

Nunca estás en el lado equivocada de la historia si inviertes en mujeres y arte.

P.: ¿Crees que Occidente no ponemos el foco en los problemas de Arabia Saudí porque es un aliado comercial?

R.: La gente no le da mucho crédito a Arabia Saudí, pero hay cambios fascinantes. La sociedad se está abriendo de un modo que nunca he visto. Vivo el EE.UU. y al regresar ahora había mujeres trabajando en la calle, la sociedad es vibrante. Nadie está hablando se eso y es importante. Siento que es importante ayudar a Arabia Saudí porque es un país líder en la región que puede cambiar cómo la gente percibe la espiritualidad y la religión en el mundo islámico. Y Arabia Saudí está mirando más allá de la religión. Se están alejando de la religión política y acercando el arte y la cultura. La sociedad es más relajada. Es muy importante apoyar esto: nunca estás en el lado equivocada de la historia si inviertes en mujeres y arte. Es la base para a crear un civilización de la que valga la pena formar parte.