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Premio Cervantes

Ida Vitale, una poeta entre el humor y la palabra exacta en la cuna de Cervantes

  • “Sigo buscando la palabra precisa en la poesía", afirma la autora uruguaya de poemarios simbólicos
  • Vitale, de 95 años, espontánea y humilde, ha recibido el Premio Cervantes en Alcalá de Henares

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La poeta uruguaya Ida Vitale en Alcalá de Henares
La poeta uruguaya Ida Vitale en Alcalá de Henares

Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Diez grados de temperatura y lluvia intermitente en un día plomizo. El tiempo desapacible no arruga a la Premio Cervantes, Ida Vitale. 95 años de pura energía en verso.

“Estoy helada de frío porque había preparado un ajuar de verano pero todo lo demás está siendo muy cálido”, despunta con ironía la poeta uruguaya vestida con un fino vestido verde, un fular y un abrigo para enfrentarse al termómetro.

Confiesa que no está nerviosa antes de recibir el máximo galardón de las letras hispanas de manos de los reyes. Y desgrana la intrahistoria del “discursito” que ha escrito “a tropezones” y ha corregido trasnochando hasta las dos de la madrugada.

“Sí que miré el discurso que hizo otro Premio Cervantes y otro de mis referentes, Juan Carlos Onetti, porque no quiero ser ni la más larga ni la más breve”, afirma arropada por su hija Amparo y por sus nietas, Nuria y Emilia, que no han parado de llorar al escuchar a su abuela.

Una poeta humilde con voz poderosa

Al final las palabras de Vitale se han condensado en siete folios: metáforicos, abstractos y con marcado sabor juanramoniano, su padre literario. Sus líneas han volado casi como un trasunto de su propia poesía: existencial y destilada en el lenguaje. Y llueven referentes: Dante, Homero, Baudelaire y su abuelo italiano “muy culto” y que le abrió los ojos a los libros.

Una solemne ceremonia en la que la espontaneidad de la poeta se impone: arranca diciendo que tiene ganas de abrazar, termina pidiendo perdón con humildad por tener “la osadía” de hablar en la cuna de Cervantes.

Entrega del Premio Cervantes 2018 a Ida Vitale

Entrega del Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares

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  • Los reyes conversan con la poeta uruguaya Ida Vitale a su llegada a la Universidad de Alcalá de Henares.

    Los reyes conversan con la poeta uruguaya Ida Vitale a su llegada a la Universidad de Alcalá de Henares.

    Los reyes conversan con la poeta uruguaya Ida Vitale a su llegada a la Universidad de Alcalá de Henares.

  • Ida Vitale durante el discurso que pronunció tras recibir el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2018.

    Ida Vitale durante el discurso que pronunció tras recibir el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2018.

     Ida Vitale durante el discurso que pronunció tras recibir el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2018.

Después, ya más relajada, la escritora se abraza a los reyes con los que ha paseado del brazo. Le ronda la tuna y sonríe- la pintura y la música son otras de sus pasiones-. Vuelve el humor y la anécdota: “Pensé que me caía en espíritu al subir la escaleras hasta el atril”, bromea.“Aún no salgo de mi asombro. Soy una inconsciente”, afirma la autora de obras como Palabra dada, Mella y criba o La luz de esta memoria.

Los amigos como el poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, alaban el talento transparente de Vitale: “Es una voz personalísima y poderosa. El equilibrio en su obra entre el sentimiento y la razón”, desgrana entre escritores y personalidades del mundo de la Cultura como Soledad Puértolas y Clara Janés.

Un Premio Cervantes al que no ha acudido el presidente, Pedro Sánchez, que ha delegado en la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo. Ninguno de los líderes de los partidos ha estado presente en Alcalá de Henares, el día después del primer gran debate de la campaña y en vísperas de la segunda vuelta en el meollo de la vorágine electoral.

Por su parte, Ia poeta, quinta mujer en recibir el Cervantes en sus más de cuarenta años de historia, continúa incansable y atiende encantadora a los medios, que ahora la descubrimos masivamente para el público español.

Se inició en los versos con Gabriela Mistral. Mirada azul. Memoria prodigiosa. Y el retorno a la reverencia del lenguaje: “Sigo buscando la palabra precisa en la poesía. En el verso hay que atreverse y el trabajo del lector siempre ayuda”, se despide siempre en defensa del misterio de la literatura.