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En España hay 18.000 niñas expuestas a la mutilación genital

  • Hasta 200 millones de mujeres en el mundo han sufrido esta grave violación de los derechos humanos
  • Aunque la mutilación se realice en otro país la ley española castiga con cárcel y retirada de la custodia

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Desde España contra la mutilación genital femenina

"Si tú vas a una aldea de Nigeria y les dices que hay una ley que lo prohíbe, te dirán que no saben ni quién es el presidente del país y que esta es su costumbre y que tienen que cumplirla", explica Hodan Sulaman, mediadora de Médicos del Mundo a las cámaras del canal 24 horas de TVE desde la concentración convocada en la madrileña Puerta del Sol para denunciar la ablación en el Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina (MGF).

Hasta 200 millones de mujeres en el mundo han sido sometidas a mutilación genital, una grave violación de los derechos humanos que debe ser erradicada, explica Tarik Jasarevic, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"No tiene justificación médica, sólo causa dolor y nunca debe ser practicada", ha afirmado Jasarevic con motivo de la celebración de este Día Internacional que se conmemora cada 6 de febrero.

Este miércoles se celebra el Día Internacional Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina 2019, considerada por Naciones Unidas una violación de los derechos humanos de mujeres y niñas, una forma de violencia contra la mujer y una discriminación por razón de género porque es un acto que se ejerce contra mujeres y niñas por el hecho de serlo. Es una tradición entre comunidades de 30 países. En muchos de ellos está prohibida. En España también es delito. Aquí, además se intenta prevenir que se realice fuera del territorio, si los padres llevan a las niñas a sus países de origen.

España lo castiga con cárcel y pérdida de la custodia

Naciones Unidas considera la MGF una violación de los derechos humanos, una forma de violencia contra la mujer y una discriminación por razón de género porque es un acto que se ejerce contra mujeres y niñas por el hecho de serlo.

Además, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, Igualdad de género, incluye entre sus metas "Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina".

Esta práctica es un delito castigado con entre 6 y 12 años de cárcel para quien la practique en España y, además, puede acarrear para los padres la pérdida de la custodia de la menor, aunque la mutilación se haya producido en otro país.

En España viven en torno a 70.000 mujeres procedentes de países donde se practica la MGF y, de todas ellas, unas 18.000, son niñas menores de 14 años, según un estudio realizado por la Fundación Wassu de la Universidad Autónoma de Barcelona, publicado hace un año con datos de 2016. Cataluña es la comunidad autónoma que encabeza la lista de población femenina originaria de países donde se somete a la ablación, con 21.298 mujeres y 6.295 niñas de 0 a 14 años.

Graves consecuencias para la salud

La MGF abarca todos los procedimientos que conllevan una ablación parcial o total de los genitales femeninos externos por motivos no médicos, según la OMS, que advierte de que esta práctica tiene consecuencias graves en la salud de las mujeres y las niñas, inmediatas y de largo plazo.

Las víctimas de estas prácticas, entre las que se incluye la ablación, suelen ser niñas menores de 15 años, que tras ser sometidas a este tipo de procedimientos pueden sufrir dolor crónico, infecciones, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad e incluso la muerte.

La mutilación genital femenina aún se practica en una treintena de países de África, Oriente Medio y Asia, donde aún es considerada una costumbre cultural o religiosa, aunque la OMS alerta de que se dan casos en otras regiones del mundo, en particular entre comunidades inmigrantes

Infografía con datos sobre mutilación genital femenina en el mundo.

Naciones Unidas considera la MGF una violación de los derechos humanos, una forma de violencia contra la mujer y una discriminación por razón de género. ARCHIVO

Países en los que se practica, aunque esté prohibida

Esta práctica se concentra en 29 países de África y de Oriente Medio, pero también es común en algunos países asiáticos como la India, Indonesia, Iraq y Paquistán, así como entre algunas comunidades indígenas de Latinoamérica, como la de Emberá en Colombia.

Los países con la prevalencia más alta entre niñas y mujeres de 15 a 49 años son Somalia (98%), Guinea (97%), Djibouti (93%) y Egipto (87%). Además, persiste en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda.

La ablación está prohibida ya en 26 estados africanos, aunque Kenia y Uganda son los más estrictos con el cumplimiento de la ley al respecto. Sierra Leona ha sido el último país en unirse a la prohibición, una decisión aplaudida por la comunidad internacional, ya es uno de los lugares con mayor prevalencia, pues el 90% de su población femenina está mutilada.

La muerte de una niña de diez años como consecuencia de las hemorragias sufridas tras una ablación en Sierra Leona el pasado mes de diciembre reavivó los llamamientos a las autoridades para acabar este ritual, que un mes después han prohibido.

Un ritual iniciático, cultural y religioso

Naciones Unidas indica que la MGF es una manifestación de una desigualdad de género "profundamente arraigada" que sigue practicando por diversos motivos: en algunas sociedades se considera un ritual iniciático; en otras es un requisito para el matrimonio, y hay comunidades cristianas, judías y musulmanas que atribuyen a esta práctica una base religiosa.

"La mutilación puede considerarse un elemento importante de una cultura o identidad, por lo que es difícil para las familias optar por no someter a sus hijas a la ablación. Los que rechazan esa práctica pueden ser condenados o quedar abocados al ostracismo.

Varias personas participan en una concentración en contra de la mutilación genital femenina ante la puerta de Brandeburgo en Berlín

Varias personas participan en una concentración en contra de la mutilación genital femenina ante la puerta de Brandeburgo en Berlín. EFE / ARCHIVO

Lazos azules en Egipto

Los médicos de dos hospitales de El Cairo han acordado poner lazos azules en la ropa de las niñas recién nacidas para concienciar a las familias y que "digan 'no' a la mutilación genital femenina", en un país que aún tiene una de las tasas de prevalencia de esta práctica más altas del mundo.

Los padres recibirán el lazo, en el que figura la palabra 'no' en árabe, a cambio de que firmen un documento en el que se comprometen a no someter a sus hijas a la ablación. Pese a que la práctica fue prohibida en 2008 y desde 2016 es un delito, para muchas familias sigue siendo una obligación religiosa y una forma de preservar la pureza.

Según datos de la ONU, casi nueve de cada diez mujeres egipcias han sufrido la retirada parcial o total de sus genitales externos y, como ocurre en otros países, hay una tendencia al alza en cuanto a la medicalización. La presencia de profesionales, sin embargo, no basta para proteger a niñas y mujeres.

"Hay chicos jóvenes que ya se posicionan en contra", declara Hodan Sulaman desde la concentración contra la MGF en el corazón de Madrid. "No sólo hay que trabajar con el padre y la madre, también con los jóvenes varones", explica la mediadora de Médicos del Mundo entrevistada por el Canal 24 horas de TVE.