Enlaces accesibilidad

Laurent Cantet: "El aburrimiento y la falta de esperanzas lleva a los jóvenes a la radicalización"

  • El director de La clase nos habla su nueva película, El taller de escritura
  • Un apasionante retrato de la juventud actual que se estrena este viernes, 18 de mayo

Por
Tráiler de 'El taller de escritura', de Laurent Cantet

En 2008 Laurent Cantet nos sorprendió con La clase, una fabulosa película en la que narraba las vivencias de un joven profesor de literatura en un colegio conflictivo. Un film con el que consiguió 5 Premios César, la Palma de Oro en el Festival de Cannes y una nominación al Oscar. En El taller de escritura, su nueva película que se estrena este viernes (18 de mayo), vuelve a tratar el tema de la educación, pero desde un punto de vista muy diferente.

Cantet asegura que, en estos diez años que han pasado desde La Clase, la situación actual y las esperanzas de futuro de los jóvenes son mucho más complicadas: “Los problemas a los que se enfrentan son cada vez mayores y sus perspectivas cada vez más difíciles. Eso los está llevando al aburrimiento, que se ha instalado en nuestra sociedad y está cobrando un peso enorme”.

“Por eso -añade- me interesaba mostrar a jóvenes que no tienen esperanzas, que no saben qué hacer con sus vidas y que, como Antoine (el protagonista), se vuelven muy sensibles a la atracción que ofrecen los extremismos. Creo que actualmente hay una radicalización de extrema derecha, yihadista, e incluso de extrema izquierda, aunque sean menos. Todos estos extremismos funcionan más o menos de la misma forma, ofreciendo soluciones más o menos simplistas que parecen dar un objetivo a estos jóvenes que no tienen esperanza. Un lugar a donde llegar”.

Una imagen de 'El taller de escritura'

Una imagen de 'El taller de escritura'

La literatura como método de integración social

La película cuenta la historia de una escritora, Olivia (Marina Foïs, nominada al Premio César a la Mejor Actriz por este papel), que acepta dar un taller de escritura a unos jóvenes, como parte de un programa de integración social. Pronto, uno de los alumnos, Antonine (Matthieu Lucci) se opondrá al resto del grupo con una violencia que alarmará pero que también seducirá a la novelista.

“Lo que me interesaba -comenta Cantet- es partir de un grupo indeterminado en el que van apareciendo individualidades hasta que la historia se centra en Olivia y Antoine. Esa relación es el ejemplo perfecto de lo que se está discutiendo en el taller. Lo que me gusta es que la película acaba centrándose en el deseo de ficción de Antoine, esa ficción que le permite escapar de su complicado mundo real”.

“En la película –asegura Cantet- el asesinato es una figura literaria que nos puede llevar al Extranjero de Camus (donde el protagonista se vuelve indiferente a la realidad porque le resulta aburrida). Lo importante para Antoine es encontrar las palabras correctas para expresar la violencia que lo carcome. Gracias a ese taller de escritura Antoine consigue hablar de su aburrimiento, de la opresión que significa para él esa ciudad, y también de la violencia que lleva dentro”.

Matthieu Lucci en un momento de la película

Matthieu Lucci en un momento de la película

“Antonie -añade- intenta vivir personalmente esas escenas violentas que escribe, para saber cómo se siente uno cuando está metido en esa violencia. Y Olivia acepta este juego que la asusta, pero que también la fascina. Y Antoine acabará viviendo una experiencia violenta pero también poética, que le permitirá madurar. Lo conseguirá, no sólo con palabras, sino viviendo una experiencia muy íntima”.

“Ese –continúa el director- es el primer paso para que el personaje consiga ir más allá y evolucionar. Para empezar a tomar decisiones sobre su vida. Por eso creo que la película es muy optimista. En el momento en el que la cultura puede lograr ese cambio en un joven que parecía condenado a la violencia, piensas que puede haber una solución para otros muchachos en su misma situación”.

Pero -añade Cantet- no es fácil llega a esa solución. Y creo que Olivia encarna ese sentimiento de impotencia de los artistas, escritores, creadores e intelectuales actuales que no consiguen comunicar con el mundo, con los jóvenes, con la auténtica vida”.

Matthieu Lucci y Marina Föis en un momento de la película

Matthieu Lucci y Marina Föis en un momento de la película

Un estupendo grupo de jóvenes actores debutantes

Cantet cree que el rodaje ha sido una experiencia muy positiva para estos jóvenes actores que estaban en peligro de exclusión social: “Si, sin duda. Rodar la película fue para ellos como una inyección de optimismo. Al terminar el rodaje uno de ellos me dijo que en toda su vida jamás había comunicado tanto. Que nunca había hablado de cosas tan profundas ni había prestado tanta atención a las opiniones de los demás. Y que por eso había disfrutado tanto. Creo que si logramos hacer que los jóvenes se comuniquen de la misma forma habremos logrado un avance social importante”.

“Otro de los grandes problemas que tenemos hoy en día -continúa- es que los adultos seguimos mirando a los jóvenes muy por encima. Y espero que esta película nos permita mirarlos de tú a tú. Hacer un verdadero intercambio de opiniones con ellos. Para mí, la comunicación entre jóvenes y adultos tiene que ir en ambos sentidos, no tiene que ser una imposición sino una conversación. Tenemos que tener en cuenta lo que piensan las personas a las que queremos enseñar. Tenemos que comprender su forma de ver el mundo. Sólo así podremos comunicarnos. Y es algo que creo que no hacemos bastante”.

Destacar, como ya pasaba en La Clase, la naturalidad de los jóvenes actores de la película, Cantet asegura que: “Son jóvenes de orígenes muy diferentes, que escogimos en un casting al que se presentaron más de 400. Lo que me interesaba del grupo que constituimos es que creo que se parecían bastante a los jóvenes sin demasiadas perspectivas de futuro de los que quería hablar. Y que representan a un número elevado de jóvenes de hoy en día”

La profesora y los alumnos visitando los antiguos astilleros

La profesora y los alumnos visitando los antiguos astilleros

“También creo -añade el director- que la película habla de la dificultad que hay entre las distintas comunidades para convivir y respetarse mutuamente. Y ese es uno de los problemas esenciales que tenemos desde hace años y que cada vez cobra mayor importancia, sobre todo después de los atentados. Porque hay una estigmatización, cada vez mayor, de esos jóvenes que proceden de países extranjeros. Una gran parte de Francia los tiene miedo y por eso en la película intentamos darles la palabra, que puedan hablar para mostrar que su relación con el mundo es tan complicada como la de cualquiera y que, sobre todo, que hablar y escuchar a los que son diferentes a ti es la única forma para cohabitar, de vivir juntos. Por eso hemos buscado un reparto tan multicultural”.

Cantet ha vuelto a escribir esta película con su colaborador habitual, el guionista y montador Robin Campillo (La clase). “Intentamos basarnos en el mundo que nos rodea. Aunque cuando escribamos siempre son hipótesis. Por eso me gusta trabajar con actores jóvenes y no profesionales, porque aportan sus propias experiencias a los personajes. Durante los ensayos hablamos muchísimo y pudimos acercar la idea que yo tenía de los personajes a la de sus jóvenes intérpretes. Y, a partir de ahí, hemos desarrollado el guion definitivo. Creo que trabajar con jóvenes no profesionales es tremendamente enriquecedor”.

Laurent Cantet en un momento de la entrevista en Madrid

Laurent Cantet en un momento de la entrevista en Madrid

Basado en hechos reales

Lo curioso es que la historia se basa en un documental en el que Robin Campillo colaboró, en 1999, y que trataba sobre una novelista inglesa que dirigía un taller de escritura para jóvenes en La Ciotat. Una población que aún no se había recuperado del reciente cierre de los astilleros (1988) que cambió por completo la vida de la zona.

“Si hubiéramos rodado la película hace 20 años habría sido muy diferente de esta -asegura Cantet- Pero lo que no ha cambiado es la idea de que el taller de escritura me parecía, y me parece, idóneo para escuchar a los jóvenes que hablan entre sí, y crear enfrentamientos”.

“En esa película de hace 20 años –añade- se habría hablado mucho más de la relación que los jóvenes tenían con el mundo obrero. Hoy, esa relación queda casi como un recuerdo de esa cultura obrera. Pero, por otra parte, el mundo al que se enfrentan actualmente los jóvenes, es mucho más complicado y violento que el de hace 20 años. Su futuro es un callejón sin salida y sus posibilidades de prosperar mucho menores que hace dos décadas. Y eso es de lo que habla esta película”.

El taller de escritura se estrena este viernes, 18 de mayo.

Cartel de 'El taller de escritura'
Cartel de 'El taller de escritura'

Cartel de 'El taller de escritura'