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Detenidas 89 personas y liberadas 39 mujeres en una operación contra la mafia nigeriana en Europa

  • Se trata de una operación contra la trata de seres humanos y la explotación sexual
  • Las mujeres, algunas menores de edad, eran obligadas a prostituirse bajo ritos de vudú

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89 Detenidos y 39 mujeres liberadas en golpe a la mafia nigeriana en Europa
Imagen de la operación contra una rama de la mafia nigeriana en España en la que han liberado a 39 mujeres obligadas a ejercer la prostitución.

La Guardia Civil ha asestado uno de los mayores golpes a la mafia nigeriana en Europa, en una operación en la que por primera vez ha colaborado sobre el terreno la policía de ese país africano y que se ha saldado con 89 detenidos, 43 de ellos ya en prisión, y 39 mujeres liberadas obligadas a prostituirse.

De los detalles de la Operación Nanga-Parbat contra la trata de seres humanos y la explotación sexual, que ha coordinado Europol con la colaboración también de la agencia británica contra el crimen (NCA), han dado sus responsables, encabezados por el teniente coronel Javier Rogero, jefe de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

La operación, una de las más importantes desarrolladas en Europa contra los grupos criminales vinculados a las denominadas Confraternidades Nigerianas, se ha desarrollado en Vizcaya, Navarra, Cantabria, Madrid, Guadalajara, Toledo, Alicante, Málaga, Murcia, Sevilla, Almería y Barcelona, con 41 registros en la mayoría de esas provincias, así como en Manchester (Reino Unido).

Coaccionadas bajo ritos de vudú

Las mujeres liberadas, varias de ellas menores de edad, eran coaccionadas por las organizaciones bajo ritos de "Vudú-Juju"; algunas de ellas, como las localizadas en la localidad almeriense de Cuevas de Almanzora, eran explotadas en casas-cueva en condiciones de extrema precariedad y todas eran obligadas a ejercer la prostitución para saldar una deuda con la red de unos 30.000 euros.

Tratadas como "mercancía", las mujeres, en muchos casos aún menores de edad, eran captadas en su país por redes de inmigración irregular y recorrían 4.200 kilómetros por África hasta llegar a las costas de Libia, desde donde partían por mar hasta los campos de inmigrantes de Lampedusa (Italia) y desde allí la organización las repartía por varios países europeos.