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Una especie de pez formada solo por hembras sobrevive a las teorías evolutivas

  • Vive entre Texas y México y se reproduce con crías clonadas de sus madres
  • Según las teorías evolutivas, esta especie ya no debería existir, pero no es el caso

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El Amazon molly se clona a sí misma de modo que cada cría es una copia genética exacta de su madre
El Amazon molly se clona a sí misma de modo que cada cría es una copia genética exacta de su madre.

Las especies que se reproducen asexualmente son raras entre los vertebrados, lo que hace que la Poecilia formosa, conocida también como Amazon molly, sea la gran excepción. Esta pequeña especie de pez pequeño, que es nativa de la región fronteriza de Texas y México, no produce descendencia masculina. Las hembras se reproducen asexualmente a través de la gineogénesis, convirtiendo a sus hijas en clones idénticos a ellas mismas.

Este tipo de reproducción también significa que necesitan esperma para activar el proceso de clonación. Entonces, estos peces se aparean con otras especies estrechamente relacionadas para obtener este esperma. Las células de esperma incluso penetran en la célula del óvulo; sin embargo, nada del ADN del macho se incorpora a estos. Al contrario, destruyen completamente los genes masculinos.

El Poecilia Formosa es un pez de agua fría y fue la primera especie asexual de vertebrados descubierta en 1932. La población está compuesta exclusivamente por hembras, por ello se la conoce comúnmente como Amazon molly, en referencia a las 'amazonas', el grupo guerrero de la mitología clásica formado exclusivamente por mujeres.

"Según las teorías establecidas, esta especie ya no debería existir. Debería haberse extinguido durante el curso de la evolución", explica Manfred Schartl. El bioquímico ocupa la Cátedra de Química Fisiológica en el Biocentro de la Universidad de Würzburg.

Schartl, con un equipo internacional de investigadores, exploró cómo este pez ha logrado sobrevivir a pesar de esto. Para este propósito, los investigadores secuenciaron el genoma de las especies de estos peces y lo compararon con el de las especies relacionadas. Los resultados de su investigación se publican en la revista Nature Ecology & Evolution.

Razones contra la supervivencia de especies asexuales

Hay dos razones principales que argumentan contra especies que se reproducen asexualmente y que sobreviven a largo plazo: "En algún momento se producen cambios dañinos en cualquier genoma. En las criaturas cuyos descendientes son clones puros, estos defectos se acumularán durante generaciones hasta que no haya más individuos sanos", explica Schartl.

Las especies que se reproducen sexualmente pueden eliminar fácilmente tales defectos cuando el número de cromosomas se reduce a la mitad durante la formación de óvulos y espermatozoides para ser recombinados posteriormente durante la fecundación de la mitad de los cromosomas maternos y paternos, respectivamente.

Hay otro argumento en contra de la larga supervivencia de una especie cuyos descendientes son todos clones de sus madres: "Estas especies no suelen ser capaces de adaptarse a los cambios ambientales tan rápido como sus contrapartes de producción sexual", dice Schartl. Entonces dentro de unas pocas generaciones, deberían estar en el lado perdedor de la evolución que exige la "supervivencia del más apto".

Presenta pocas mutaciones dañinas

Para responder a la pregunta de por qué esta teoría no se aplica a la molly amazónica, los científicos estudiaron su genoma, así como el de dos especies de peces relacionados que se reproducen sexualmente.

La idea principal es que se encontró "poca evidencia de degeneración genética en Poecilia formosa, sino más bien una variabilidad genética única y signos claros de un proceso evolutivo en curso", dice Manfred Schartl, quien continúa explicando que especialmente los genes relevantes para el sistema inmune exhiben un alto nivel de variabilidad genética en el genoma de estos peces.

A partir de esto, los autores del estudio concluyen que esta variabilidad combinada con una amplia respuesta inmune contribuye esencialmente al hecho de que Poecilia formosa no comparte el destino de muchas otras especies que se reproducen asexualmente, es decir, ser víctimas de patógenos.