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CDC considera que se le podría reclamar por lucro 2,4 millones como máximo en el caso Palau

  • En caso de que la Audiencia declare la responsabilidad lucrativa del partido
  • Alega que no le pueden reclamar lo que se llevó el fallecido Carles Torrent

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Queda visto para sentencia el juicio por el presunto saqueo del Palau de la Música

La defensa de CDC como responsable a título lucrativo del expolio del Palau de la Música cifra en 2,4 millones de euros, como máximo, la cantidad que se le podría reclamar por presuntas comisiones recibidas de la constructora Ferrovial, en el caso de que se considere probada su financiación irregular.

En su informe final en el juicio por el expolio del Palau, el abogado de CDC, Xavier Melero, ha sostenido que, si la Audiencia acaba declarando la responsabilidad lucrativa del partido en el expolio, éste debería ser obligado a pagar un máximo de 2,4 millones, frente a los 6,6 millones que le exige la Fiscalía.

Melero ha invocado la jurisprudencia para alegar que los millones de euros que el extesorero de CDC Carles Torrent recibió supuestamente en efectivo del Palau de la Música en comisiones ilícitas de Ferrovial no se pueden reclamar al partido, puesto que el desvío habría sido materializado por una persona que murió sin ni si quiera haber sido investigada.

Como planteamiento inicial, la defensa de CDC mantiene que el partido no se financió ilegalmente mediante el cobro de comisiones de la constructora Ferrovial, por lo que se opone al decomiso de los 6,6 millones de euros que la Fiscalía pide al partido, que tiene 15 de sus sedes embargadas para garantizar ese pago en caso de condena.

Sin embargo, en el caso de que la Audiencia dé por probado que CDC se financió irregularmente a través del Palau, Melero ha argumentado que Torrent, al que la Fiscalía atribuye un papel clave en el cobro de comisiones, "murió seis años antes de que comenzara la investigación", por lo que no se le puede exigir a CDC el dinero que supuestamente desvió una persona que ni siquiera estuvo imputada en el caso.

Según la defensa, no hay pruebas

Además de las cantidades presuntamente recibidas en metálico por Torrent, que la Fiscalía cree que sumaban 3,3 millones, Melero sostiene que no hay "la más mínima prueba" de que los 382.243 euros que su sucesor al frente del tesorería de CDC Daniel Osàcar percibió supuestamente en efectivo del Palau fueran a parar al extinto partido.

Melero sí ha reconocido como posible responsabilidad lucrativa los 600.000 euros que CDC recibió mediante convenios anuales de colaboración con la fundación Trias Fargas -actual Catdem- y que la Fiscalía cree que enmascaraban "mordidas" de Ferrovial, aunque el abogado ha recordado que esas cantidades han sido devueltas al Palau y ello debe comportar "efectivos positivos" para Osàcar.

Respecto a las facturas falsas emitidas por empresas proveedoras del Palau que supuestamente sirvieron para hacer llegar 2,3 millones de euros en comisiones ilícitas a CDC, la defensa admite en último extremo un desvío de 1,7 millones. "Esto da como sumatorio, en la peor de las hipótesis, un total de 2,4 millones de euros", ha apostillado Xavier Melero.

Como ya hiciera en su informe final como defensa de Daniel Osàcar, Melero ha restado valor a las delaciones de los exresponsables del Palau de la Música Fèlix Millet y Jordi y Gemma Montull en que incriminaron a CDC, porque a su parecer ninguno de ellos describió "el mecanismo causal" por el que la formación habría recibido comisiones a cambio de la "adjudicación irregular de obra pública".

Osàcar se proclama "honesto, íntegro y honrado"

En su derecho al uso de la última palabra en el juicio por el saqueo del Palau de la Música, el extesorero de CDC Daniel Osàcar ha tildado este viernes de mera "elucubración" la tesis de la Fiscalía de que cobró comisiones de la constructora Ferrovial y, tras proclamarse "honesto, íntegro y honrado", ha lamentado: "¿cómo puede alguien imaginar que yo haya podido participar en el saqueo del Palau?".

Osàcar ha blandido sus creencias religiosas -"soy creyente, católico practicante y hombre de iglesia", ha dicho- y se ha jactado de que podría haber llevado a la vista a 80 testigos "no militantes de Convergència" que habrían acreditado su honestidad.

Mientras los exresponsables del Palau de la Música Fèlix Millet y Jordi Montull han declinado dirigirse al tribunal en su último turno de palabra, la exdirectora financiera Gemma Montull ha intervenido para denunciar los "insultos" y el desprecio social de que cree ha sido víctima durante los ocho años del proceso, hasta el punto de haber acudido a los Mossos a denunciar alguno de esos episodios.

En un discurso trufado de alusiones a la Biblia, el tesorero de CDC ha confesado su amor a la música y al propio Palau, al que ha definido como "cuna y faro de referencia de la musicalidad, la cultura y la catalanidad".

Osàcar ha recordado que desde que era un adolescente hasta ahora, a sus 81 años, ha estado vinculado al Palau y formado parte de varias corales con las que recientemente ha participado en "conciertos del más alto nivel". "Son cosas que me han marcado, el Palau ha sido siempre para mí una referencia estimada. Siempre lo he llevado en el corazón", ha insistido el extesorero de CDC, que ha expresado su indignación preguntándose: "¿cómo pueden imaginar que yo haya podido participar en el saqueo del Palau?".

Osàcar, que se ha quejado de que a sus casi 82 años se haya tenido que ver por primera vez "gravemente acusado" ante un tribunal de justicia, ha reivindicado que su papel en la presunta trama corrupta ha sido "muy secundario" y ha criticado que no haya tenido ocasión de defenderse suficientemente porque el fiscal acortó su interrogatorio, "quizá porque no iba por donde él quería".

Gemma Montull se queja de lo que ha "sufrido"

Las últimas palabras de Gemma Montull, por su parte, se han centrado en relatar a la sala lo que tanto ella como sus padres han "sufrido" desde que en 2009 estalló el escándalo del Palau, lo que asegura le ha obligado a cambiar de domicilio en dos ocasiones y a soportar pintadas en su casa en una situación que ha definido como "insostenible".

Según Gemma Montull, en 2016 tuvo que dejar la tienda que había abierto "para hacer algo ya que en la sociedad no se puede", un establecimiento que asegura fue denigrado con "escupitajos" y "gente haciendo sus necesidades" y donde entraban personas a advertirle: "Yo de ti cerraría, estás socialmente muerta".

"Como guinda del pastel", Montull ha explicado que, una vez el juicio ya se había iniciado el pasado mes de marzo, un cliente de un bar le insultó y gritó "ladrona", al tiempo que le impedía acercarse a la puerta de salida, lo que motivó que acudiera a presentar una denuncia ante los Mossos, que le indicaron que en todo caso interpusiera una demanda civil en los juzgados.