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Los otros trabajadores humanitarios

  • 130 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para vivir
  • Sobre el terreno no sólo trabajan médicos, enfermeros o bomberos
  • Entrevistamos a tres cooperantes españolas en el Día Mundial de la Ayuda Humanitaria

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Los otros trabajadores humanitarios

Imaginad un país con 130 millones de habitantes. Sería el décimo país más poblado del planeta. E imaginad que el país entero, esos 130 millones de personas, sólo podría sobrevivir con ayuda de otros. Ahora dejad de imaginad porque ese país, aunque sin fronteras físicas, existe. Alrededor del mundo, 130 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para vivir un día más. A todos ellos se dedican en cuerpo y alma miles de trabajadores humanitarios. Y a ellos recordamos especialmente hoy, cuando se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.

"Las situaciones de emergencias o las asistencias humanitarias cada vez se prolongan más en el tiempo y además van surgiendo nuevas demandas asistenciales. De ahí que los perfiles de los trabajadores humanitarios también sean cada vez más variados", explica a RTVE Rosa Otero, de ACNUR España.

Rosa Otero, portavoz adjunta de ACNUR España.

Rosa Otero, portavoz adjunta de ACNUR España. ACNUR/Juan Ramón Peña

Hace mucho tiempo que sobre el terreno no sólo trabajan médicos, enfermeros o bomberos. "Nosotros trabajamos con refugiados, pero entre los 10.000 trabajadores que hay en ACNUR, hay mucho personal sanitario, pero también hay arquitectos, que diseñan los campos de refugiados; logistas, que son especialistas en organizar esos campos; abogados, que son esenciales para dar protección legal. Tenemos también educadores, ingenieros, periodistas...", detalla Otero.

En organizaciones internacionales o en pequeñas ONG, son muchos los que impulsados por un espíritu solidario han dado el paso adelante y gracias a sus conocimientos técnicos hoy son trabajadores humanitarios. RTVE ha entrevistado a tres de ellos, en este caso a tres españolas que han puesto sus especialidades al servicio de los más vulnerables. Tres ejemplos de carreras profesionales que, a priori, no suelen asociarse con la ayuda humanitaria.

Marta Dabbas, ingeniera de Telecomunicaciones

A Marta Dabbas el sueño de erradicar el hambre le surgió siendo muy joven. Pronto se involucró en distintas organizaciones como voluntaria. Después llegó la pasión por las telecomunicaciones y más tarde la ingeniería. Cuando llegó al Programa Mundial de Alimentos de la ONU consiguió aunar todo.

Marta Dabbas pone su conocimiento como ingeniera de Telecomunicaciones al servicio de la ayuda al desarrollo.

Marta Dabbas pone su conocimiento como ingeniera de Telecomunicaciones al servicio de la ayuda al desarrollo. WFP/Sudán del Sur

"Lo mejor es poner mis conocimientos para mejorar los proyectos humanitarios. La tecnología la usamos para ponerla al servicio del desarrollo, para cambiar la realidad. Por ejemplo, desde hace un tiempo trabajamos con SCOPE, una plataforma digital desarrollada por el Programa Mundial de Alimentos que, entre otras cosas, permite entregar a la población cupones electrónicos o dinero en efectivo a través de una tarjeta inteligente, permitiendo que ellos mismos elijan y adquieran sus alimentos en comercios locales a lo largo del país", explica Marta.

Un proyecto presente en más de 40 países, con diversos escenarios como Irak y Jordania, donde se proporciona asistencia a refugiados sirios y otra población. Un sistema flexible y que controla la entrega de ayuda de principio a fin, ya que los beneficiarios están registrados.

Olga Sarrado, periodista

Olga había pasado, como otros muchos periodistas, por distintos medios de comunicación. Recaló un tiempo en la Comisión Europea y en la Fundación Vicente Ferrer. Ya apuntaba a la ayuda humanitaria cuando llegó a ACNUR.

Olga Sarrado en el campamento de refugiados de Azraq, en Jordania.

Olga Sarrado en el campamento de refugiados de Azraq, en Jordania. ACNUR/Mohammad Hawari

“La comunicación es esencial. Aún más en cualquier crisis o asistencia. Los periodistas tenemos la obligación de explicar lo que está pasando. En este caso, yo desde el campamento de Azraq, ayudo a otros periodistas a entender las condiciones en las que viven los refugiados, cuál es el trabajo de ACNUR. A veces, ese trabajo de pedagogía es con políticos, donantes e incluso celebridades. Todos son importantes para conseguir que el mundo mire y se conciencie con lo que están padeciendo los refugiados. En este sentido, los periodistas tenemos un papel muy destacado en la cadena humanitaria, como lo tienen los médicos, psicólogos o ingenieros”.

Pero hay más, porque la información no sólo busca el foco exterior: “Lo más gratificante es ayudar directamente a las familias de refugiados. No sólo contando sus historias cargadas de sufrimiento. También les transmitimos información de cómo funcionan los campamentos, les ayudamos con pequeños trámites”, añade Olga.

Alba Collazos, matemática

“Veo a las personas a través de los números”. Así resume su trabajo, Alba Collazos, una matemática que siempre quiso trabajar en África y en situaciones de emergencias.

“Lo he conseguido trabajando en Sudán del Sur para el Programa Mundial de Alimentos”, nos explica desde Uganda, donde ha sido evacuada debido a la situación crítica que atraviesa el país. “Mucha gente se pregunta qué hace una matemática trabajando en asistencia humanitaria. Yo monitoreo que el reparto de comida o de cupones se haga a las personas que tiene que llegar; que no se pierda nada por el camino; que no se quede nadie con nada que no le corresponde”.

Otros de sus compañeros matemáticos sobre el terreno van a los mercados y hacen estadísticas de cómo fluctúan los precios de los productos básicos o de la carestía de los mismos. Con esos informes se elaboran los programas de reparto de alimentos. “Lo mejor de mi trabajo es cuando estoy en el terreno y veo lo que los números consiguen, lo que estamos consiguiendo”, asegura.

Alba Collazos es el ejemplo de que una licenciada en Matemáticas tambien puede dedicarse a al ayuda humanitaria.

Alba Collazos es el ejemplo de que una licenciada en Matemáticas tambien puede dedicarse a al ayuda humanitaria. WFP/Uganda

La ayuda humanitaria, un parche.... necesario

"Evidentemente, la asistencia humanitaria no es la solución a los problemas, pero permite poner un parche muy necesario. De lo contrario, se seguirán perdiendo vidas", concluye Rosa Otero. Los trabajadores humanitarios lo saben bien. Conocen de primera mano los retos y también todo lo que se puede conseguir. Y son conscientes de lo que ello implica en dedicación y, en más de una ocasión, en riesgo. Porque este 19 de agosto, Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, fue institucionalizado por el brutal atentado contra la sede la ONU en Bagdad en 2003. Murieron 22 personas, entre ellas el representante especial de Naciones Unidas para Irak, Sergio Vieira de Mello.

Sólo en 2015, 287 trabajadores humanitarios han sido víctimas de ataques violentos. En los últimos 20 años, casi 4.000 han sido asesinados, heridos o secuestrados mientras realizaban su trabajo.

Alba, Olga y Marta conocen las cifras y los riesgos, pero las tres anteponen sus ganas de ayudar al miedo.