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En un lugar de la Mancha... reaparece el cigarrón, una especie que se creía extinta desde el siglo XIX

  • Sus redescubridores, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales
  • Recomiendan no dar por extintos a insectos que llevan años sin ser vistos

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Imagen de una cigarra devorando a una abeja.
Imagen de una cigarra devorando a una abeja.

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) acaban de encontrar una especie de cigarrón de cuya supervivencia se tenia dudas desde 1890. Esta especie pertenece a la familia de los tetigónidos (Tettigoniidae) y dentro de esta al género Roeseliana, que normalmente habita en entornos húmedos y más fríos que el centro peninsular.

"Encontrar esta poblacion ha sido una sorpresa aunque ya llevábamos varios años tras su pista. Además hemos podido validar la veracidad de las primeras averiguaciones sobre R. oporina", su nombre génerico, según explica Jorge Gutierrez Rodriguez, investigador del MNCN.

Además, ha añadido que se trata de una población que "vive en una zona muy reducida y cuya conservación pasa por la protección del entorno donde habita".

Qué le distingue del resto

El aspecto de este insecto es similar al de otras especies de cigarrones del mismo género que habitan en el norte de Europa, como R. azami y R. roeselii, pero tanto la forma de sus titiladores (aparato genital masculino) y de su último segmento abdominal es diferente. Esta poblacion es ademas capaz de vivir en unas condiciones ambientales de humedad y temperatura que sus 'familiares' europeos no soportarían.

"Este descubrimiento pone de manifiesto la importancia de no dar por extintas especies que llevan años sin ser vistas", ha añadido Mario García Paris, investigador del MNCN que también firma el artículo.

"Proponemos la consideración de especies en peligro crítico de extinción o posiblemente extintas para especies de insectos que llevan muchos años sin encontrarse antes de declarar un animal como desaparecido definitivamente. Al darlas por extintas sólo se consigue desalentar tanto a los investigadores como a la sociedad permitiendo que sus hábitats originales dejen de protegerse, como puede ocurrir con el de R. oporina", ha sentenciado Garcia Paris.

Nadie se equivocó en 1890

Pero, ¿qué pasó en el siglo XIX para que se concluyera que este cigarrón manchego había dejado de existir?

Según las publicaciones de la época, R. oporina fue encontrada por el entomólogo francés P. A. Blanchard, que en 1887 se la entregó a J. Pantel, del Monasterio de Ucles, quien a su vez se la envio a Ignacio Bolívar para su descripción. Bolívar, que pocos años después se convertiría en director del Museo Nacional de Ciencias Naturales, se encargó de describir, catalogar y depositar los ejemplares tipo en la coleccion de ortópteros del museo.

Sin embargo, cuando en 1890 Pantel y Blanchard trataron de localizar esta especie de nuevo, el cigarrón parecia haber desaparecido. Cincuenta años más tarde se revisó el material de este género de cigarrones pero, tras la guerra civil, el ejemplar tipo estaba dañado y no se pudo determinar la ubicación taxonómica de la especie que fue catalogada como 'incertae sedis' (es decir, incapaz de localizar).

El 'cigarrón fantasma' fue ignorado e incluso se llegó a pensar que el entomólogo francés que la encontró por primera vez pudo haberla traido desde el norte de Europa en lugar de haberla encontrado en La Mancha.

"Los nuevos datos recabados en el campo demuestran que nadie se equivocó en aquella época y sobre todo pone de relevancia la importancia de seguir haciendo trabajos de campo que nos permitan conocer el estado de los ecosistemas y protegerlos", ha concluido el investigador.