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Varias asistentes al Madrid Arena coinciden en que el día de la tragedia no hubo control en las entradas

  • No hubo control de entradas, ni registros, ni sese pidió el DNI a los asistentes
  • Una amiga de Belén Langdon creyó que se moriría en la avalancha
  • Otra joven recuerda que oyó a Katia pedir que le dijera a su padre que le quería

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Varias asistentes al Madrid Arena coinciden en que el día de la tragedia no hubo control en las entradas

Varios jóvenes que resultaron heridos en la tragedia del Madrid Arena han coincidido este miércoles durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid en que no hubo ningún tipo de control en el acceso a la fiesta.

Este miércoles declaran seis jóvenes que se vieron implicados en la avalancha humana que se produjo alrededor de las 03.35 horas en un vomitorio de la pista central y que provocó la muerte de cinco jóvenes.

Una de las asistentes a la macrofiesta de Halloween del 1 de noviembre de 2012, Arancha Espinosa, ha asegurado este miércoles que ella y sus amigos "habrían pasado igual" al recinto municipal con un folio vacío que con una entrada porque nadie le miró el tiquet ni se lo pasaron por el lector.

No se controló la edad de los asistentes

Antes que Arancha Espinosa ha declarado Belén Sastre, que tenía 16 años en el momento de los hechos. Sastre ha sido la primera en subrayar que no pasó "ningún control" ni "ningún registro". La joven llegó a las 23.00 horas al recinto con una de las fallecidas Belen Langdon y un grupo de amigas, todas ellas menores de edad.

Nos dijeron que se podía pasar con mucha facilidad porque no había ningún tipo de seguridad

Habían comprado la entrada en el colegio a un relaciones públicas por 30 euros una semana antes de la fiesta de Halloween, aunque luego "dijeron que se podía pasar con mucha facilidad porque no había ningún tipo de seguridad".

Según Belén Sastre, tampoco pasaron la entrada por el lector que "las guardaron en cajas sin haberlas partido" ni les pidieron a ninguna el DNI cuando, ha recordado, todas eran menores de edad.

Amor López ha sido la segundo testigo en comparecer este miércoles en la Audiencia Provincial de Madrid y, al igual que la anterior, también era menor en el momento de los hechos. Tenía 17 años.

Ha señalado que adquirió la entrada por internet y que un relaciones publicas le comentó que "que estaba previsto que fuera muchísima más gente de la que habían dicho. No se si 20.000 o 23.000".

"No tuve que pasar ningún control en el evento", ha indicado. Solo tuvo que pasar unos tornos, pero no le pasaron la entrada por el lector. "Se quedaron la entrada las personas que estaban en los tornos", ha asegurado.

También Miguel Hernández, otro asistente a la fiesta, ha indicado que "no tuvo que acceder por ningún control", y que solo tuvo que salvar una fila para poder entrar al recinto.

Tampoco hubo requisas

Las personas que se encontraban allí les metían prisa porque había mucha gente. "Todo eran masificaciones, lo que había alrededor del Madrid Arena era una barbaridad; estaba todo el mundo bebiendo y no había Policía", ha asegurado Amor al tiempo que ha reconocido que no llevaba el DNI porque era menor.

Como todos los testigos que han comparecido, Amor no pasó ningún registro. Entró con una garrafa de cinco litros en la mano y dos botellitas ocultas en los pantalones.

También Arancha Espinosa ha afirmado que no hubo ningún tipo de requisa y que ni siquiera le registraron el bolso. Espinosa ha afirmado que acudió al recinto junto a unos amigos sobre la 1.00 horas.

Lo que se vivió en la avalancha

Uno de los momentos más intensos de la declaración ha sido cuando Belén Sastre ha relatado cómo vivió la tragedia. Ha relatado que se vio implicada en la avalancha cuando coincidiendo con el comienzo del espectáculo de Steve Aoki a las 03.30 trató de entrar a la pista para atravesarla e ir al baño con su amiga Belén Langdon por un vomitorio "pero los puertas las cerraron".

Entonces se dirigieron al otro vomitorio, aquel que resultó mortal. "Ahí fue cuando todo el mundo quería entrar y nosotras salir, los puertas empezaron a empujar y es cuando Belén y yo fuimos las primeras en caernos". Fueron los minutos más dramáticos, ha recordado.

"Nos caímos de la mano las dos al suelo, le dije vamos a levantarnos pero estábamos boca arriba. De repente nos empezó a caer gente, fue tan rápido que no te da tiempo a reaccionar, nos empezó a caer muchísima gente encima, no veía nada, estábamos cogidas de la mano en el suelo y tenia el brazo completamente torcido. No sentía las piernas por toda la gente que había encima", ha explicado.

Ella (Belén) gritaba me muero no puedo respirar. Y yo me dije, me muero ahora mismo, no puedo respirar

Pero lo peor estaba por llegar pues en un momento dado la joven ha reconocido que llegó a verse muerta. "Ella (Belén) gritaba me muero no puedo respirar. Y yo me dije, me muero ahora mismo, no puedo respirar, nadie me ayuda, era horroroso. Llegó un momento en el que dije si me tengo que morir aquí me muero. Me puse a rezar y me quedé inconsciente" hasta que, como ella ha dicho, "revivió".

Una sensación que ha explicado de la siguiente manera: "Es como cuando sales de la piscina y estas sin respirar muchísimo tiempo. No entendía nada de lo que había pasado, todo el mundo estaba gritando y llorando". Nadie la ayudó después, ha añadido.

"Dile a mi padre que le quiero"

Amor López ha afirmado que una vez en la avalancha dentro del vomitorio escuchó a una chica que estaba "detrás" de ella decir "no puedo más, no puedo más, dile a mi padre que le quiero", y que después se enteró que era Katia Esteban, una de las cinco fallecidas en la tragedia.

No puedo más, no puedo más, dile a mi padre que le quiero

Cuando la testigo llegó a la pista "no había excesiva gente" sino que la masificación se produjo cuando quisieron salir. Les dijo a sus amigos que quería salir de la pista. "Todo eran empujones, no se podía andar, no se podía casi ni respirar en el recinto entero", ha apuntado.

Pero todavía no había empezado el concierto del DJ Steve Aoki. "Me empecé a agobiar porque mis pies no tocaban el suelo, salimos y no se cómo nos vimos encajados", ha explicado.

"Sé que suena muy mal pero pisé a tres o cuatro personas para salir de la avalancha", ha apuntado la testigo, que fue rescatada por dos amigos. "Vieron que me estaba muriendo y alguien me cogió de los brazos y me sacaron", ha añadido. Y ha concluido: "No tengo conciencia del tiempo que pase ahí, para mí fue eterno"

Arancha Espinosa ha explicado también que accedió junto a sus amigos a empujones a la pista, y se quedaron en ella "lo que duró la fiesta". Ella quería ir al baño y para ello entró al vomitorio. Allí se quedó "acorralada", y se cayó al suelo, pero rápidamente volvió a entrar a la pista porque "no pudo salir hacia delante". "Era una situación que no te podías mover", ha puntualizado.

La defensa de Kontrol 34, Oskar Zein, ha criticado que los testigos que ya han declarado puedan hablar con los que todavía no han entrada en la sala. Por ello ha preguntado a Espinosa si ha hablado con la testigo Amor López, a lo que esta ha indicado que sólo les había comentado que su padre la iba a recoger al garaje.

Le pisaron por "todas las partes del cuerpo"

Otro de los jóvenes atrapados en el tapón humano, Miguel Hernández, ha afirmado que una vez se cayó entre la multitud que dio forma a la avalancha, la gente que tenía encima le pisó "todas las partes del cuerpo".

Una vez dentro del pabellón se dirigió a la pista central. Vio los "tres o cuatro primeros minutos" de la actuación del dj estrella de la noche, Steve Aoki y salió de la pista por el agobio junto a "unos cuantos amigos". Se quedaron atrapados a la mitad del mismo. Una vez que logró liberarse de la avalancha, él ayudó a salir a otras personas atrapadas.

La quinta testigo en declarar durante la jornada de este miércoles, Sandra Fuentetaja, ha afirmado que acudió al recinto municipal sobre las 0.30 horas con un grupo de amigos "bastante grande". Todos ellos llevaban entrada.

"La pista estaba a rebosar, no entraba un alfiler", ha afirmado. Una vez se quedó atrapada por la avalancha, ha indicado que se le salió una rótula y tras colocarla como pudo, logró salir de allí.