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El médico César Velasco, reconocido por Forbes, reclama inversión para la salud pública

  • Encabeza la lista de los jóvenes europeos más influyentes en ciencia y salud
  • Este epidemiólogo es subdirector médico del Hospital Clínico de Zaragoza
  • Entre su experiencia, ha trabajado luchando contra el ébola en Sierra Leona

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César Velasco, en el centro hospitalario del que es subdirector.
César Velasco, en el centro hospitalario del que es subdirector.

El médico César Velasco, incluido en la lista Forbes como uno de los diez jóvenes de Europa más influyentes en su campo, se siente "profeta en su tierra" y confía en que este reconocimiento, que recibió con sorpresa, sirva para atraer inversión y poner un punto de atención sobre la salud pública.

La revista económica Forbes, famosa por las listas que publica sobre las personas más ricas o más influyentes del mundo, ha incluido a este joven epidemiólogo madrileño, subdirector médico del Hospital Clínico de Zaragoza, en el primer puesto de los diez menores de 30 años europeos más influyentes en el campo de la ciencia y la salud.

La inclusión, confiesa en una entrevista, le ha llegado por "sorpresa", aunque ya pudo tener alguna pista cuando desde la revista le pidieron un currículum antes de partir hacia Sierra Leona, donde trabajó en la división creada por la Organización Mundial de la Salud para contener el ébola.

Forma parte del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) de esta enfermedad, que asesora a la OMS en cuanto a los trabajos para conseguir una vacuna, y ha trabajado también en México, India y Mozambique.

Esta trayectoria sobre el terreno, que ha desembocado ahora en un puesto de responsabilidad en el Hospital Clínico de Zaragoza, ha podido ser el detonante para su inclusión en la lista.

Generación de "millennials"

Pero él apostilla: quizá sea porque representa a una generación de jóvenes que ha sacado el "máximo partido" de la universidad pública y de sus becas, que quiere salir de su "zona de confort" y que ha tenido la oportunidad de trabajar en instituciones internacionales. Según sus palabras, representa a esa generación de "millennials" (quienes nacieron en los años 80 y 90 del siglo XX) que tanto interesa a Forbes.

Este "premio" cree que puede servir para dar mayor divulgación al trabajo relacionado con la salud pública en España. Y aunque para los profesionales, este tipo de reconocimientos "no son tan importantes", sí que considera que son los que "más calan" en la sociedad, algo que le resulta, cuando menos, "curioso" a este médico, que enarbola con orgullo la bandera de la sanidad pública.

Enfatiza sobre la importancia de la divulgación científica y asegura que el hecho de que la salud pública que él representa esté en el primer puesto de la lista Forbes de Europa puede suponer una ayuda para atraer la atención de personas que tengan ganas de colaborar, especialmente de inversores.

Potencial de la sanidad pública

Está convencido del gran potencial de la sanidad pública, después de haber tenido "la suerte" de trabajar en países del otro lado del Atlántico y de África, e insiste en la "gran capacidad de innovación y emprendiduría" de los profesionales españoles, que hacen posible que en España se preste una atención "excelente", pese a los problemas con las listas de espera o la saturación de las urgencias, reconoce.

La sanidad pública es un privilegio que "hay que mantener" porque los españoles lo han ganado "a pulso", y es necesario defender su excelencia en todos los sitios, desde el quirófano hasta los despachos.

Velasco tiene un recuerdo emocionado y responsable hacia la tarea que desempeñó luchando contra el ébola en Sierra Leona, algo para lo que estaba entrenado, asegura. Apunta que "hizo todo lo posible" e intentó dar "lo mejor" de sí mismo para ayudar a la población.

Ahora está "encantado" con su puesto en la sanidad pública, pero no deja de colaborar con varias asociaciones científicas y proyectos de voluntariado y emprendiduría social, en su "poquito" tiempo libre.

Y manda un mensaje a esa generación desencantada, coetánea suya, a la que emplaza a "seguir esforzándose" de forma individual, a estudiar, aprender idiomas y salir de su "círculo de confianza". Aunque también lanza un requerimiento colectivo: es necesario, dice, que la gente con ganas de formarse y de superarse "tenga una oportunidad".