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Condenan a doce años al surcoreano que apuñaló al embajador de EE.UU. en Seúl

  • El tribunal surcoreano considera que intentó acabar con la vida del agredido
  • Kim Ki-jong apuñaló en la cara al embajador Mark Lippert el pasado marzo

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Imagen de archivo del activista surcoreano Kim Ki-Jong reducido por la policía tras atacar al embajador de Estados Unidos en Seúl, Mark Lippert el pasado 5 de marzo.
Imagen de archivo del activista surcoreano Kim Ki-Jong reducido por la policía tras atacar al embajador de Estados Unidos en Seúl, Mark Lippert el pasado 5 de marzo.

Un tribunal de Corea del Sur ha condenado este viernes a 12 años de cárcel a Kim Ki-jong, el activista que el pasado marzo apuñaló en la cara al embajador de EE.UU. en Seúl, al considerar que intentó acabar con la vida de la víctima de forma premeditada.

El juez del Tribunal Central de Seúl ha destacado que "Kim tuvo la firme voluntad de atacar a la víctima, por lo que decidió usar un cuchillo para apuñalarle repetidamente en una parte del cuerpo con una conexión directa con la vida".

El juez declaró al agresor, de 55 años de edad, culpable de intento de asesinato, violencia contra enviado extranjero y obstrucción de actividad empresarial.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 5 de marzo, cuando Kim Ki-jong apuñaló en la cara al embajador Mark Lippert con un cuchillo de cocina de 25 centímetros durante un evento en pleno centro de Seúl, produciéndole profundas heridas en la cara y la mano izquierda.

El diplomático de 42 años recibió más de 80 puntos de sutura, aunque se recuperó y regresó al trabajo pocas semanas después.

Absuelto por apoyar el régimen de Corea del Norte

Los fiscales también habían acusado a Kim de violar la Ley de Seguridad Nacional que prohíbe apoyar al régimen comunista de Corea del Norte, pero el juez le ha absuelto de ese cargo.

El magistrado ha reconocido que "algunos de los argumentos de la parte demandada coinciden con los de Corea del Norte", como la oposición a los ejercicios militares conjuntos de Seúl y Washington, pero también son "ideas habituales entre algunos círculos académicos y civiles" surcoreanos, según la sentencia.

Tras conocer el fallo, los fiscales surcoreanos anunciaron que presentarán una apelación al considerar que el condenado sí violó la Ley de Seguridad Nacional.

En las sesiones previas del juicio el agresor reconoció que atacó a Lippert para detener esas maniobras, aunque aseguró no tener conexión alguna con Corea del Norte.

Asimismo, declaró estar orgulloso de su acción, aunque aseguró que su intención no era acabar con la vida del embajador