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Hallan el ejemplar del Corán más antiguo del mundo en Birmingham

  • Los expertos creen que el pergamino fuera escrito cuando Mahoma vivía
  • Corresponde a una de las primeras compilaciones de la época

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El pergamino del Corán de más de 1.300 años de antigüedad
El pergamino del Corán de más de 1.300 años de antigüedad.

La Universidad inglesa de Birmingham ha hallado el que consideran que puede ser el ejemplar más antiguo del Corán en el mundo.

Así lo han afirmado los investigadores, tras someter el pergamino a un análisis de radiocarbono, cuyos resultados, con un 95,4% de exactitud, han permitido datarlo al período comprendido entre el 568 y el 645.

El análisis se realizó en un laboratorio en la Universidad de Oxford. Los resultados aproximan el texto a la época en la que el Profeta Mahoma vivía, que generalmente se ubica entre el 570 y el 632.

El manuscrito se podrá visitar del 2 al 25 de octubre en el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad de Birmingham.

El autor del texto podría haber coincidido con el profeta Mahoma

Las pruebas indican que el texto pudo ser escrito sobre la piel de una cabra o una oveja, y que tendría más de 1.300 años de antigüedad, por lo que se cree que su autor pudo incluso haber sido testigo de las predicaciones de Mahoma.

Los investigadores han concluido que el manuscrito del Corán es una de las primeras pruebas escritas del libro sagrado del Islam que han sobrevivido hasta la fecha. Este hallazgo otorga al manuscrito de Birmingham una importancia global en la herencia y el estudio de la comunidad musulmana.

La directora de Colecciones Especiales de la Universidad de Birmingham, Susan Worral, explica que "la datación del radiocarbono ha aportado un resultado apasionante, que contribuye significativamente a nuestro entendimiento de las primeras copias escritas del Corán. Estamos entusiasmados con tan importante e histórico descubrimiento aquí en Birmingham, la ciudad con mayor diversidad cultural del Reino Unido".

El ejemplar forma parte de la colección Mingana de manuscritos de Oriente Medio, localizado en la Biblioteca de Investigación Cadbury.

La pieza, compuesta por dos páginas, contiene partes de los suras (capítulos) 18 al 20, escritos con tinta en una escritura arábica temprana conocida como hijazi. Durante muchos años, se creyó que el texto formaba parte de un manuscrito similar datado a finales del siglo XVII.

Las revelaciones del profeta fueron conservadas en piedras y camellos

Al explicar el significado contextual del descubrimiento, el Catedrático de Cristianismo e Islam, David Thomas, y el Catedrático de Relaciones Interreligiosas de la Universidad de Birmingham, Nadir Dinshaw han afirmado que "la datación del radiocarbono ha cedido el paso a un sorprendente resultado que revela uno de los secretos más sorprendentes de la colección de la universidad. De acuerdo con la tradición musulmana, el Profeta Mahoma recibió las revelaciones del Corán entre el 610 y 632, año en que falleció. En esta fecha, el mensaje divino no estaba incluido todavía en el Corán actual. En su lugar, las revelaciones fueron conservadas en la 'memoria de los hombres'. Algunos extractos fueron escritos en pergaminos, piedra, hojas de palmeras y en las escápulas de los camellos. El documento autorizado final fue completado y montado bajo las órdenes del califa Uthman, sobre el 650".

Los expertos sostienen que "los musulmanes creen que el Corán que leen hoy es el mismo texto que fue estandarizado por Uthman y lo conciben como el registro exacto de las revelaciones entregadas a Mahoma. Los exámenes a los que ha sido sometido el pergamino de Birmingham sostienen la probabilidad de que el animal en el que se encontraron estuviera vivo a la vez que el profeta, o quizá brevemente después de su muerte. Esto significa que las partes del Corán escritas en este pergamino pueden, con cierto grado de seguridad, datarse a no más de dos décadas después de su muerte".

Los expertos señalan que el descrubimiento "avivará los corazones de los musulmanes"

El principal conservador de los manuscritos turcos y persas de la Biblioteca Británica, el doctor Muhammad Isa Waley, se refiere a las circunstancias que explican que el hallazgo escapase a la comunidad musulmana, al indicar que "la comunidad musulmana no tenía la riqueza suficiente como para almacenar las pieles de los animales durante décadas, y producir un mushaf (volumen) completo, o incluso copiarlo, requería una gran cantidad de pieles."

Waley concluye que "esto parece abrir la posibilidad de que la redacción del califa Uthman se produjese antes de lo pensado. En cualquier caso, esta noticia avivará los corazones de los musulmanes".