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Las fiestas de San Fermín ponen a prueba el "rechazo social" a la violencia sexista

  • Un dispositivo policial vigila los comportamientos sexistas en la fiesta desde 2014
  • Colectivos de mujeres consideran que hay una concienciación de la ciudadanía

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Manos en alto para decir 'no' a las agresiones sexistas en San Fermín

“Si algún hombre se atreve a meterse con una mujer que va sola por la calle va a encontrarse un rechazo social que antes no existía”, explica Teresa Sáez, de la asociación Andrea, orgullosa de la lucha que hace 25 años emprendieron colectivos de mujeres de Pamplona que ahora trabajan codo a codo junto al ayuntamiento contra las agresiones sexistas en San Fermín. "Esta violencia se da todo el año y se acrecienta en sanfermines porque se ha ido divulgando la idea de que todo vale", denuncia Teresa Zabalegui, de la Plataforma de Mujeres contra la violencia sexista.

La campaña del Ayuntamiento de Pamplona “Por unas fiestas libres de agresiones sexistas” busca movilizar la respuesta ciudadana para que las mujeres puedan disfrutar de un espacio seguro para divertirse, dos años después de que se difundieran las imágenes de abusos a mujeres en el chupinazo y dejaran en evidencia el problema. "Es algo que hace 10 años solo preocupaba a colectivos de igualdad y ha pasado a ser considerado social e institucionalmente", asegura Teresa Sáez.

A la vigilancia social activa que busca la campaña contra la violencia sexista en San Fermín se suma a la atención especial que por segundo año va a prestar el dispositivo policial de 3.350 agentes de la Policía Nacional, Foral y Municipal sobre los comportamientos sexistas y una mejor iluminación en zonas "conflictivas" de la ciudad para evitar las agresiones.

Una de las novedades en esta nueva edición de la campaña es que los ciudadanos podrán advertir de agresiones de baja intensidad, las menos graves, en una caseta ubicada en la plaza del Castillo atendida por profesionales con formación en igualdad. Esas incidencias que se recojan tendrán solo carácter informativo, pero servirán para tener conocimiento de la situación y permitirán a las mujeres que sufran una agresión, sea del nivel que sea, dejar constancia de ello.

También el bando municipal de las fiestas de San Fermín llama este año a la ciudadanía a adoptar una actitud activa ante cualquier agresión contra las mujeres y recuerda que el ayuntamiento está comprometido por segundo año con la campaña.

El número de denuncias por agresiones sexuales en los sanfermines no ha sufrido grandes variaciones en los últimos años: cinco en 2014, diez en 2013 y seis el año anterior, según datos del Instituto Navarro para la Familia y la Igualdad (INAFI). Sin embargo, el cómputo global de las denuncias presentadas en municipios navarros en el periodo de fiestas, de junio a septiembre, casi se dobló con 55 denuncias 2014, frente a las 38 de 2012 y 2013.

La "cercanía social" contra la violencia

La directora gerente del INAFI, Teresa Nagore, interpreta este aumento de las denuncias como algo positivo, una señal de la concienciación ciudadana y de que cualquier tocamiento a una mujer en contra de su voluntad "es una agresión sexual y no existe el derecho de nadie" a hacerlo. "Cuando una mujer dice no es no y el hecho de que un hombre esté eufórico porque ha bebido no le impide ser consciente de que tiene que respetar la decisión de la mujer", añade Zabalegui.

La responsable del INAFI también atribuye el incremento de las denuncias al fruto de la adhesión de 82 ayuntamientos navarros, entre ellos el de Pamplona, a la iniciativa contra la violencia de género en las fiestas impulsada por el instituto en 2005.

Sin embargo, el cambio más profundo en la sociedad pamplonesa se había empezado a fraguar muchos años antes. "Antes era difícil hablar de agresiones, la fiesta era prácticamente de hombres", dice Teresa Sáez. Hace 25 años, explica, las mujeres empezaron a participar en las fiestas y se encontraron con "una resistencia a estar en las calles, en las peñas y para que todas las personas puedan disfrutar por igual es necesario respetarlas, respetar siempre los deseos de la otra parte cuando alguien dice que no".

Uno de los puntos de inflexión en la ciudad fue el caso de Nagore Laffage, la joven irunesa de años que murió estrangulada en un piso de Pamplona el 7 de julio de 2008, tras resistirse a tener relaciones con un hombre que después fue condenado a 12 años y medio de prisión por homicidio. Desde entonces, "cada año hemos incorporado una cosa nueva a las campañas contra la violencia", explica Teresa Sáez, "a partir de ahí hay una cercanía social" a la lucha contra la violencia de género.

Un ejemplo de esa concienciación ciudadana lo dio la propia Federación de Peñas de Pamplona hace dos meses, cuando denunció ante el Ayuntamiento el eslogan utilizado por un operador turístico de Almería que publicitaba los sanfermines con un sujetador y la fotografía de una multitud intentando tocar los pechos a una joven.

La denuncia hace posible el cambio

La delegada del Gobierno en Navarra, Carmen Alba, señala la "especial importancia de denunciar tras sufrir una agresión sexual para que la policía pueda actuar al respecto" y recuerda que la detención de dos agresores el año pasado fue posible gracias a las denuncias presentadas.

Pese a todos los logros alcanzados, las asociaciones de mujeres de Pamplona son conscientes de que la violencia no se erradica por poner en marcha una serie de medidas en las fiestas porque se trata de "un problema de educación", que debería tratarse en conjunto, desde los centros escolares y las universidades.

La Delegación del Gobierno en Navarra recuerda que existe un número especializado en violencia de género, el 016, que atiende en 51 idiomas y que cuenta con aplicación especial para personas con discapacidad auditiva o del habla. Además, los colectivos sociales de Pamplona disponen de un teléfono de iniciativa ciudadana de denuncia social de agresiones sexistas, el 699 687 687.