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El presidente de Vanuatu teme que lo peor del ciclón esté en las zonas aisladas

  • El país ha decretado el estado de emergencia en el archipiélago
  • El 80% de los edificios de la capital están dañados y hay ocho muertos
  • Las ONG hablan de decenas de muertos en las islas que están incomunicadas

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Vanuatu ha quedado completamente devastado por el ciclón

El presidente de Vanuatu, Baldwin Londsdale, ha dicho este domingo que teme que la devastación que ha dejado el ciclón Pam a su paso por el país sea "mucho peor" en las islas aisladas del exterior, aunque los daños todavía se están evaluando.

Las autoridades de Vanuatu han decretado este domingo el estado de emergencia en el archipiélago tras el paso del temporal, que por el momento ha dejado ocho muertos, aunque se teme que aumente la cifra.

Londsdale, que este sábado pidió ayuda en un emotivo discurso, ha asegurado que Pam ha destruido la mayoría de edificios en Port Vila, incluidas casas, escuelas y hospitales. Es "un monstruo que ha devastado nuestro país y esto supone un duro revés para nuestra nación", ha precisado el presidente a la BBC.

También indicó que las comunicaciones se están restableciendo en la capital y que poco a poco también lo harán en las otras islas del archipiélago.

La alerta puede extenderse

El ministro de Territorio, Ralph Regenvanu, ha informado de que el estado de emergencia ha sido declarado en la provincia de Shefa, que incluye Port Vila, pero que se prevé que se extienda a otras zonas en cuanto se conozca el alcance de los daños.

Mientras tanto, los equipos de rescate intentan acceder a las comunidades remotas afectadas de esta pequeña nación del Pacífico Sur.

La tormenta de categoría 5 ha causado hasta el momento ocho muertos aunque se teme que la cifra supere la cuarentena, miles de damnificados y cuantiosos daños materiales, con el 80% de las casas de la capital Port Vila seriamente dañadas.

"No tenemos comunicaciones con el resto del país. A medida que podamos evaluar la situación en otros lugares lo más probable es que también hagamos la declaración en otras provincias", ha señalado Regenvanu a la cadena australiana ABC.

Unas 10.000 personas se han quedado sin hogar solamente en Port Vila, mientras informes no confirmados indican que se han registrado al menos 44 muertos en las islas del norte, una cifra que organizaciones humanitarias temen que podría ser más elevada.

"No hemos podido desplazarnos más allá de unos pocos kilómetros fuera de Port Vila a algunas zonas rurales y semirurales", ha manifestado la directora de Care International en el país, Inga Mephum.

Llegada de ayuda internacional

"La ayuda está en camino pero estamos en las horas críticas inmediatamente después de la emergencia, cuando la gente puede sobrevivir pero no tiene nada con qué sobrevivir. Y es ahora cuando se necesita estar en el lugar", ha recalcaldo Sune Gudnitz, de la agencia humanitaria de la ONU a ABC.

Se prevé que la ayuda internacional procedente de Australia, Nueva Zelanda y Nueva Caledonia comience a llegar durante la jornada después de que las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Vanuatu, que quedó inundado, fueran reabiertas para recibir a los aviones militares.

Organizaciones como la Cruz Roja de Australia y Save the Children prevén unirse este domingo a otras como Oxfam que ya se encuentra en el terreno, para abordar prioridades inmediatas como alojamiento, agua potable e instalaciones sanitarias para los miles de damnificados.

La jefa de la oficina regional de la Cruz Roja en Suva (Fiyi), Aurelia Balpe, ha informado de que la organización está enviando 12.000 lonas impermeables, 2.400 botiquines de primeros auxilios, 900 contenedores de agua y especialistas en cuestiones de alojamiento a bordo de un avión militar neozelandés.

Balpe ha añadido que tiene en el terreno a expertos sanitarios trabajando en la manera de potabilizar el agua para evitar la trasmisión de enfermedades.

La ministra de Exteriores de Australia, Julie Bishop, ha anunciado este domingo una aportación de 3,8 millones de dólares (3,6 millones de euros) para Vanuatu, que se suma a la ayuda ofrecida el sábado por Nueva Zelanda.