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Burkina Faso, una corta pero convulsa historia como país independiente

  • Desde 1960 el país ha sufrido constantes crisis y golpes de Estado
  • Produce algodón y oro pero es uno de los países más pobres del mundo

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Un hombre celebra sobre un tanque la caída del presidente Blaise Compaoré.
Un hombre celebra sobre un tanque la caída del presidente Blaise Compaoré.
Datos básicos

- Situación geográfica: 274.200 km2.

- Población: 16,9 millones de habitantes en 2013 (Banco Mundial)

- Capital: Uagadugú:

- Lengua: francés (oficial) y locales

- Religión: Animistas (65%), musulmanes (25%), cristianos (10%)

- PIB: 12.042 millones de dólares / PIB per capita: 767 dólares (datos de 2013 del FMI)

- Fuerzas Armadas: 11.200 hombres (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, 2014)

La República de Burkina Faso, antes conocida como Alto Volta, tiene una corta historia como país independiente -estuvo ligada a Francia hasta 1960- pero intensa en lo político, plagada de crisis, revueltas y golpes de estado.

Burkina Faso, que significa en la lengua local "tierra de los hombres incorruptibles", se encuentra entre los diez países con el desarrollo humano más bajo según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) pese producir algodón y oro, lo que puede explicar en parte su convulso recorrido histórico.

Fueron, en el siglo XI, los integrantes de la tribu conocida como los "mossi" los que sentaron las bases de lo que se denominó Imperio de Moro de Naba, en la zona donde nacen los ríos Volta (Volta Negro, Volta Blanco y Volta Rojo) y que incluyen a la actual Burkina Faso.

Toda la región fue conquistada por los franceses, que en 1919 crearon el Alto Volta, una colonia subdivida en otras menores en 1932 de la que saldrían Sudán (Mali), Níger y Costa de Marfil y que englobaban, desde 1947, los territorios del África Occidental Francesa en los que se incluía a Burkina.

Independencia en 1960

El 5 de agosto de 1960 el país consigue su independencia pasando a llamarse República Independiente del Alto Volta. Maurice Yameogo fue el primer presidente del país. En julio de 1984 el país cambia su nombre por el de Burkina Faso.

Desde su independencia de la metrópoli, los golpes de estado, las revueltas y las crisis políticas han dominado un país que tiene como vecinos a los también inestables Malí, Costa de Marfil y Níger, además de Benin, Togo y Ghana. Su posición geográfica le ha valido también un importante papel como mediador en crisis regionales.

Después de la primera presidencia de Maurice Yameogo (1960-1966), se sucedieron numerosos gobiernos militares encabezados por Sangoulé Lamizana (1966-1980), Saye Zerbo (1980-1982) y Jean Baptiste Ouedraogo (1982-1983).

Y en mayo de 1983 se produjo un golpe de estado liderado por el capitán Thomas Sankara, que estableció un Consejo Nacional Revolucionario y nombró a Blaise Compaoré ministro de Estado de la Presidencia.

El 15 de octubre de 1987 un nuevo golpe de Estado destituyó a Sankara, que fue ejecutado, y Compaoré se hizo con el poder, que no había abandonado hasta ahora.

Último golpe de Estado

El nuevo hombre fuerte de Burkina aprobó en 1991 en referéndum una nueva Constitución, que establecía la división de poderes entre ejecutivo, legislativo y judicial e inició la Cuarta República.

Compaoré fue reelegido presidente para un segundo mandato en las elecciones del 15 de noviembre de 1998 con el 88% de los votos, algo que repitió, para una tercera legislatura, en los comicios de 2005.

Tras las elecciones presidenciales de 2010, ganadas de nuevo con mayoría por Compaoré, la oposición, que denunció fraude electoral, pidió un cambio en el sistema de votación.

Desde entonces y en protesta por los planes del presidente de cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder se han producido protestas de forma cíclica que han generado graves episodios de violencia.  La última y definitiva, comenzó el pasado 28 de octubre, con el incendio del Parlamento y el asalto al palacio presidencial. Esta vez Compaoré no tuvo más remedio que oir el clamor popular y, forzado por los militares, renunciar al cargo, abriendo una nueva etapa, quien sabe si esta vez, más democrática en este convulso país.