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La luna solo dejará ver los meteoros más brillantes de las Perseidas

  • La lluvia de estrellas coincide con la reciente superluna
  • Al ser un 30% más brillante será complicado ver los meteoros
  • Las Perseidas son partículas procedentes del cometa Swift-Tuttle

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Mosaico elaborado con imágenes tomadas del cielo cercano a Weikersheim, Alemania, de la lluvia de las Perseidas de 2012.
Mosaico elaborado con imágenes tomadas del cielo cercano a Weikersheim, Alemania, de la lluvia de las Perseidas de 2012.

La lluvia de meteoros más conocida, las Perseidas o 'lágrimas de San Lorenzo', será complicada de ver la noche del 12 al 13 de agosto debido a la reciente superluna, cuya luminosidad solo permitirá observar los meteoros más brillantes.

Durante la madrugada del miércoles, entre las 2.00 y las 5.00 hora peninsular española se espera el máximo de actividad de la 'lluvia de estrellas', aunque la luna, que acaba de pasar por su fase de luna llena, será un obstáculo para la observación, según ha informado el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Además, esta luna llena es un 30% más brillante por coincidir con su perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra y solo podrán observarse los meteoros más brillantes, como ya ocurriera en las Perseidas de 2011.

Por qué ocurre la 'lluvia de estrellas'

Cada 'lluvia de estrellas' está asociada a un cometa, es decir, son pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños aunque habitualmente más pequeñas que granos de arena.

En el caso de las Perseidas, es el cometa Swift-Tuttle, descubierto en 1862, el que va dejando partículas a lo largo de su órbita.

Cuando los cometas se acercan a las regiones interiores del Sistema Solar, su núcleo, formado por hielo y rocas, se sublima debido a la acción de la radiación solar, genera las características colas de polvo y gas y la corriente de partículas que resulta se dispersa por la órbita del cometa.

Las partículas se desintegran al contacto con la atmósfera terrestre

Cada año, en agosto, la Tierra se encuentra con los restos del cometa Swift-Tuttle, que tiene un período de 133 años y pasó cerca del Sol por última vez en 1992.

Estas partículas de polvo, al contacto con la atmósfera terrestre, se desintegran a gran velocidad, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de 'meteoros'. Aunque hay una noche de máxima actividad, el fenómeno es apreciable con menor intensidad desde la segunda mitad de julio hasta finales de agosto.

Radiante en Perseo

Si se sumaran todos los meteoros de una lluvia en una sola imagen, se tendría la impresión de que provienen de una misma zona del cielo, la cual recibe el nombre de radiante.

Por ello, se nombra a estas lluvias en función de la constelación de la aparente procedencia: el nombre de Perseidas se debe a que su radiante se encuentra en la constelación de Perseo, Acuáridas en la de Acuario, etc.

Las distintas lluvias tienen distintas intensidades máximas, distintas velocidades de entrada en la atmósfera y distinto brillo de los meteoros.

Más de 30 lluvias al año

También tienen un máximo más o menos pronunciado y se distribuyen a lo largo de más o menos días en función de la dispersión de los restos, su tamaño y localización en la órbita terrestre, entre otros factores. Existen más de 30 lluvias al año, aunque muchas son meramente anecdóticas.

La Organización Internacional de Meteoros (IMO) reúne en su página las lluvias con un número superior a 12 meteoros a la hora (lo que significaría uno cada 5 minutos de media).

Así, otras lluvias destacadas son las Cuadrántidas (3 enero) y las Gemínidas (14 de diciembre). De estas tres lluvias, las Perseidas son las únicas que ocurren en verano, cuando el tiempo es más agradable y se tiene más tiempo libre, de ahí que sean las más conocidas.

Las Cuadrántidas y las Gemínidas, más espectaculares según el IAC, ocurren en pleno invierno y sus posibilidades de observación dependen de la luna y de la distancia respecto a los núcleos de contaminación lumínica.