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El papa Francisco ofrece "su casa" a palestinos e israelíes para hacer la paz

  • El pontífice ha oficiado una misa en Belén durante su visita a Tierra Santa
  • Más tarde, se ha dirigido a Tel Aviv y ha pedido por la curación de los heridos

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Francisco, el "papa de la paz", reza ante el muro de separación israelí

El papa Francisco ha exhortado a palestinos e israelíes a iniciar un "éxodo" hacia la paz para poner fin al sufrimiento que castiga la región desde hace décadas. El pontífice ha hecho un llamamiento a los presidentes de Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, y de Israel, Simón Peres, para lograr la paz y ha ofrecido "su casa" en el Vaticano para este proyecto.

Así lo ha avanzado al término de la misa que ha ofrecido ante unas 8.000 personas en la plaza del Pesebre de la ciudad palestina de Belén. Por su parte, Peres y Abás han aceptado con agrado la propuesta y valoran la iniciativa.

"Ambos buscan la paz, y esta puede llegar a través de cosas pequeñas. Puede ser difícil lograrla, pero vivir sin paz es un sufrimiento", ha asegurado el pontífice.

El helicóptero militar jordano que traslada al pontífice desde Ammán ha aterrizado a las 9:30 horas cerca del campo de refugiados palestinos de Dheisheh, desde donde Francisco se trasladó a la sede de la presidencia para reunirse con el presidente Abás.

Tercera etapa de su visita a Tierra Santa

Una vez terminado el encuentro, Bergoglio se ha dirigido a Tel Aviv, para la tercera etapa de su visita a Tierra Santa. En la pista del aeropuerto, ha sido recibido por Peres, y por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, entre otros dirigentes de los tres poderes, del Ejército y de las fuerzas de seguridad, según marca el protocolo local.

Francisco dividirá su estancia de apenas 24 horas en Jerusalén entre el diálogo ecuménico con la Iglesia ortodoxa, el peregrinaje a los lugares santos, y una visita a las autoridades israelíes.

Tras la bienvenida oficial en Tel Aviv, a la que debió desplazarse por motivos políticos a pesar de encontrarse antes en Belén, a solo 8 kilómetros de Jerusalén, el papa se ha reunido con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo, en el Santo Sepulcro.

Ambos han firmado una declaración conjunta en la ciudad vieja de Jerusalén en la que abogan por la unidad de los cristianos ante los retos futuros. El Obispo de Roma y el Patriarca de Constantinopla repitieron así la histórica escena que hace cincuenta años protagonizaron sus antecesores Pablo VI y Atenagoras I, que rompieron una hostilidad que se remontaba al siglo XI.

"Nuestra reunión representa una ocasión providencial para reflexionar sobre la profundidad y la autenticidad de nuestros vínculos, fruto de un camino lleno de gracia por el que el Señor nos ha llevado desde aquel día bendito de hace cincuenta años", han afirmado.