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La primera dama francesa seguirá ingresada un "tiempo indeterminado" por un shock emocional

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Valérie Trierweiler y François Hollande se han dado varios días de reflexión para aclarar su situación.
Valérie Trierweiler y François Hollande se han dado varios días de reflexión para aclarar su situación.

La primera dama francesa, Valérie Trierweiler, permanecerá hospitalizada durante "un tiempo indeterminado",  según informan los periódicos galos, porque necesita recuperarse del shock emocional que le ha producido la supuesta infidelidad de François Hollande con la actriz Julie Gayet, ampliamente difundida por los medios de comunicación.

"Los médicos piensan que necesita más descanso y, por lo tanto, permanecerá hospitalizada. Los médicos decidirán cuándo va a salir", ha señalado su gabinete en el Palacio del Elíseo. "Ella tiene que recuperarse de la conmoción que sufrió. Necesita tranquilidad", ha añadido su equipo.

Valérie Trierweiler, de 48 años, periodista y madre de tres hijos, fue hospitalizada el pasado viernes, después de la publicación por la revista Closer de un artículo en el que desvelaba la relación sentimental de su pareja, el presidente francés, y una conocida actriz.

Trierweiler fue dada de alta esta mañana inicialmente, pero los médicos han considerado que necesita una "cura de reposo".

El futuro de la primera dama, en el aire

El supuesto romance entre la actriz Julie Gayet y Hollande ha abierto el debate sobre el futuro y el rol de la primera dama.

La primera persona consciente de que la situación requiere una aclaración es la propia Trierweiler, según se desprende de una conversación mantenida con el reportero de Le Parisien Fréderic Gerschel, el único que parece haber hablado con ella desde su hospitalización el pasado viernes.

"Es consciente de que se plantea un problema político, de que no puede seguir teniendo un gabinete y utilizar fondos estatales", ha indicado el periodista en una entrevista en la emisora "RTL", donde ha revelaado que Trierweiler cree que se impone un esfuerzo de transparencia.

La figura de la primera dama en Francia no está regulada por ley, pero goza de ciertos privilegios, como un despacho en el Elíseo y personal a su servicio, que hacen de ella una figura pública, que suele acompañar al presidente en viajes al extranjero y lleva a cabo labores de cariz humanitario.

"¿Es normal que siga en el Elíseo a cargo de los contribuyentes cuando el presidente mantiene otras relaciones?", se pregunta el diputado de la conservadora UMP Daniel Fasquelle, en unas declaraciones recogidas por el vespertino Le Monde.

La pareja se da un tiempo de reflexión

Trierweiler "parece dispuesta a perdonar (...) pero quiere saber rápidamente cuáles son las intenciones de Hollande", ha señalado una persona de su entorno a Le Parisien, según el cual aunque la periodista no ignoraba los rumores que circulaban desde hacía meses, prefirió creer que eran falsos.

El escándalo estalló el viernes, cuando la revista del corazón Closer publicó un reportaje que detallaba los encuentros entre Hollande y la actriz, y reflejaba el escaso dispositivo de seguridad desplegado para proteger la privacidad de esas citas y la seguridad del jefe del Estado.

Hollande, según ha trascendido, le confirmó el romance un día antes, y la pareja se habría dado varios días de reflexión antes de aclarar su situación también a nivel público, después de que este asunto no haya podido restringirse a la esfera privada.

Los consejeros presidenciales están volcados en el intento de centrar la supuesta relación en el ámbito personal y parecen haber descartado la necesidad de dar explicaciones antes de la gran conferencia de prensa anual prevista para este martes en el Elíseo, en la que se desgrana la hoja de ruta para los próximos meses. El estallido del escándalo llega en el peor momento para Hollande, que esperaba poder pasar la página de un desastroso 2013, marcado por su incapacidad para combatir el desempleo.

La infidelidad, una cuestión de Estado

La distinción entre la línea que separa al jefe del Estado del ciudadano con derecho a su intimidad, habitualmente respetada por la prensa gala, no ha impedido que los medios se regodeen con detalles de esos encuentros secretos, como la vinculación del apartamento escogido con la mafia corsa.

Dicho piso, según se ha conocido, pertenecía a la actriz Emmanuelle Hauck, exesposa de Michel Ferracci, condenado en noviembre a 18 meses de prisión por "abuso de confianza" en la investigación abierta por el círculo de juego parisino Wagram, que durante décadas se utilizó para financiar el tren de vida de personajes históricos de la mafia de esa isla gala.

La prensa francesa cuestiona igualmente la seguridad del presidente, que se dirigía al piso acompañado solamente por dos agentes, en un scooter, y aparentemente sin el conocimiento de la jefa de su dispositivo especial de protección (GSPR), Sophie Hatt.

La última vez que Trierweiler acudió a un acto oficial en compañía de Hollande fue el pasado 7 de enero, y su siguiente convocatoria de envergadura está prevista para el 11 de febrero, fecha de un viaje a Estados Unidos para reunirse con el matrimonio Obama.