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Informe PISA 2012

El informe PISA recomienda mayor autonomía de los centros educativos y rendición de cuentas

  • La OCDE señala que la equidad en los resultados ha empeorado desde 2003
  • Los alumnos españoles tienen peor rendimiento con más horas de clase
  • Las distancias entre comunidades se deben a causas socioeconómicas

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Datos del informe PISA de los alumos en distintas comunidades autónomas

El informe de evaluación internacional de alumnos de la OCDE, el conocido como informe PISA, vuelve a arrojar un resultado negativo para la educación española. Los alumnos de 15 años de nuestro país, que estudian en institutos y están a punto de terminar la enseñanza obligatoria, no tienen competencias destacadas en disciplinas básicas como las matemáticas, la comprensión lectora y las ciencias, y están por debajo de los estudiantes de países de la Unión Europea o de otros los países desarrollados.

Pero la evaluación de PISA no se limita a fijar posiciones en un ránking, sino que a partir de los resultados acumulados y las comparaciones realiza un diagnóstico y prescribe un tratamiento, que pasa por optimizar el gasto educativo, equilibrar el reparto de cargas lectivas, fomentar la autonomía de los centros y las evaluaciones externas e incidir en la rendición de cuentas [Informe Pisa 2012. Volumen 1: Resultados y contexto | Informe Pisa 2012. Volumen 2: Análisis].

Autonomía de los centros

El examen de PISA compara los resultados de España con los de Portugal y Polonia,    países que considera equiparables por tamaño y situación geográfica,    para decir que estos han experimentado una considerable mejora que, a su juicio, se   debe en parte a políticas orientadas a una mayor autonomía de los  centros educativos y a la introducción de mecanismos de rendición de  cuentas.

El  informe subraya que los centros españoles tienen menos autonomía   que la media de  la OCDE para el desarrollo de contenidos y la   evaluación. En España, el  58% de los alumnos asisten a centros con   cierta autonomía para  determinar su oferta educativa, comparado con el   82% de media en los  países desarrollados.

Si se da mayor autonomía a los centros y se impulsa la rendición de cuentas, mejora el rendimiento académico

A la luz de los resultados globales de PISA 2012, una mayor autonomía  de los centros a la hora de diseñar los currículos y las evaluaciones  podría conducir a mejoras en el rendimiento, siempre que el sistema  escolar ponga en marcha mecanismos de rendición de cuentas y que los  directores y los profesores colaboren en la gestión escolar.

El informe señala que el 44% de los alumnos asisten a centros cuyo  rendimiento se comparaba con referencia regionales o nacionales,  mientras que este porcentaje es del 62% en la media de la OCDE. Solo el  13% de los estudiantes españoles estudian en centros que hacen públicos  los datos sobre los resultados de sus alumnos, frente al 45% de media de  los países desarrollados.

En los centros educativos españoles hay un ambiente positivo para el   aprendizaje en comparación a la situación de otros países, pero la  motivación entre los profesores es baja y la cooperación entre profesores es menos frecuente que en otros países.

Prácticas como que profesores más experimantados asistan como  observadores en la docencia o revisan a sus compañeros y planifiquen con  ellos las lecciones y la evaluación son mucho menos frecuentes en  España que en otros países. Del mismo modo, en España rara vez las  evaluaciones del profesorado conllevan recompensas económicas u  oportunidades de desarrollo profesional.

Más inversión no garantiza mejores resultados

A juicio de las conclusiones del informe de la OCDE, España debería alcanzar mejores resultados educativos teniendo en cuenta el gasto que realiza en educación por estudiante en la enseñanza obligatoria, de 82.178 dólares (60.578 euros) por alumno desde los seis a los 15 años, un incremento similar al observado en otros países.

A partir de una determinada inversión por alumno, más gasto en educación no conlleva mejores resultados

España  ha aumentado el gasto por estudiante en 21.108 dólares (15.558 euros)  entre 2000 y 2012, o si se prefiere un 35% en la última década, pero a pesar del aumento en la inversión y de las distintas reformas educativas sus resultados no han mejorado.

La relación entre inversión y resultados académicos no responde de manera lineal a la máxima "a más dinero, mejores resultados". El informe de la OCDE señala que esto solo se cumple hasta determinado nivel de inversión, que cifra en 50.000 dólares por alumno (36.852 euros). A partir de ese nivel de gasto, desaparece esta relación.

Menos equidad en los resultados desde 2003

Donde sí hay una relación entre nivel económico y resultados académicos es en el seno de las comunidades autónomas. Existen acusadas diferencias entre una 'elite' de regiones, como Castilla-León, Navarra, Madrid, Asturias y otras como Murcia, Extremadura, Andalucía o las Islas Baleares, que equivalen a 16 meses de escolarización y se atribuyen en un 85% a las diferencias socioeconómicas, frente al 47% entre las regiones de Italia, el 16% en Canadá y el 26% en Australia.

La homogeneidad del sistema educativo español es una garantía para que no se observen diferencias en rendimiento entre los centros más favorecidos y los menos favorecidos (26 puntos frente a los 71 de media en los países de la OCDE).

Sin embargo, las diferencias de rendimiento entre los alumnos que asisten al mismo centro sí son significativas, y lo son principalmente entre los alumnos más favorecidos y los menos favorecidos.  Estas diferencias han aumentado de 18 a 27 puntos entre 2003 y 2012, frente a una diferencia media de 19 puntos en la OCDE en 2012.

En España la proporción de alumnos inmigrantes en las aulas aumentó del 3,4% en 2003 al 9,9% en 2012, y la diferencia en el rendimiento en matemáticas entre los extranjeros y los españoles no ha variado en este período, sigue en 36 puntos, mientras que las diferencias entre alumnos inmigrantes y nativos en los países de la OCDE se redujo en 11 puntos en ese período.

Más horas de clase, pero menos de asignaturas básicas

Los  alumnos españoles de la ESO tienen 1.050 horas de clase al año  por las  907 de la OCDE. Sin embargo, dedican menos horas de clase al  año a las  matemáticas (130 por 145), lengua (125 frente a 143) y  ciencias (113  frente a 133) que estos países.

El tiempo dedicado a las clases de matemáticas ha aumentado más de 30 minutos semanales entre 2003 y 2012, y permanece en la media de la OCDE. También los niños y adolescentes españoles dedican más tiempo semanal a los deberes que los de otros países (seis horas y media frente a cinco horas y media) aunque haya disminuido la carga de trabajo académico en casa en casi una hora a la semana.

Los alumnos que faltan a clase o que son impuntuales obtienen peores resultados

Repetir curso continúa siendo muy común y costoso en España, donde uno de cada tres alumnos de 15 años ha repetido al menos una vez y el coste anual por alumno repetidor se estima en más de 20.000 euros, el tercer coste más alto de los observados, tras los Países Bajos y Bélgica. De nuevo, los alumnos más desfavorecidos socioeconómicamente son más propensos a repetir curso.

El compromiso de los alumnos con el centro y su disposición para hacer lo que sea necesario para alcanzar sus objetivos académicos son atributos valiosos para el éxito educativo. El 87% de los chicos y chicas de 15 años se declaraban contentos con su centro educativo, y eso es una satisfacción mayor que en otros países (80% de media) y tienen un fuerte sentido de pertenencia a él.

Sin embargo, el absentismo y la falta de puntualidad son elevados y eso repercute negativamente en los resultados. Uno de cada tres alumnos declaraba que había llegado tarde a clase en las dos últimas semanas y reconocía también haberse saltado al menos una clase.

Los que llegaban tarde obtuvieron de media 27 puntos menos en el examen de PISA en matemáticas y los que se saltaban clases o días de escuela obtuvieron de media 35 puntos menos, que equivale a un año entero de escolarización.