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Tiendas en la web que pueden permitirse la transparencia máxima

  • Algunas tiendas incluyen información muy detallada sobre el origen de sus productos
  • La idea es que los clientes sepan lo que compran y lo que cuesta cada fase
  • La información se calcula al preparar los catálogos con información de los proveedores

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Web de honest by
Web de honest by

En estos tiempos en el que el concepto de transparencia es uno de los valores añadidos a cualquier proyecto, empresa y organización que se precie, algunas empresas que operan en Internet están aprovechando las ventajas del comercio electrónico para llevar esa filosofía al extremo.

Es precisamente lo que hacen por ejemplo marcas como Honest by, que aprovechándose de que la cantidad de información que se puede añadir a un producto es prácticamente infinita –y a la vez gratuita– es tremendamente abierta en cuando a explicar qué es lo que van a comprar los clientes, de dónde proviene, cómo ha sido fabricado y de qué forma se transportó.

La marca cuenta con seis diseñadores y los precios podrían ser quizá considerados un tanto estratosféricos para lo que se suele ver en las tiendas promedio, pero como sucede con los 'alimentos ecológicos', las tiendas de comercio justo o los talleres de artesanía a veces tienen que pagar en algunos sitios lo que en otros lugares es más barato por detalles que a veces los distribuidores pasan por alto sin importarles las consecuencias.

Productos detallados

Cuando un visitante examina los catálogos online de este tipo de tiendas puede ver, para empezar, los materiales en que están fabricados los productos. Eso incluye un sinfín de detalles sobre su composición (algodón orgánico, metal, poliestireno...) con sus códigos de fabricación, empresa de origen, país, etcétera.

Examinar una de estas fichas informativas es prácticamente darse una vuelta al mundo, con lugares tan habituales como China, Italia o Alemania junto a otros más exóticos de los que proceden ciertos materiales, incluso de los más pequeños detalles: cremalleras, hebillas, botones... En algunas ocasiones los suministradores no quieren facilitar la información por razones de confidencialidad y así lo hacen notar.

Los filtros (equivalentes a 'certificados') que emplea esta web clasifican los productos en orgánicos, veganos, atópicos, reciclados, europeos y respetuosos con los animales. Los clientes que sean veganos prefieren productos sin relación con los animales; si éstos participan en el proceso se puede consultar de dónde proviene su piel, lana, etcétera, así como si fueron alterados mediante ingeniería genética o no. Suena un poco a ciencia-ficción, y en muchos casos sitúa la raya un poco más allá de las razones puramente racionales para elegir unos u otros productos, pero tal es el grado de detalle que ofrece.

El coste de fabricar el producto

No menos interesante es la información sobre el coste de fabricar el producto. Por poner un ejemplo: una falda cualquiera del catálogo web indica que requirió 16,8 horas de diseño, parte de la justificación de lo que se paga por ella. Luego está la parte industrial: se indica la empresa dónde se fabricó, cuánta gente trabaja allí, quién es el propietario, su antigüedad, entre otros. Y en detalle cuántas horas se tarda en cortar, coser y planchar la prenda hasta que está terminada.

Para quienes estén intrigados por conocer el precio por hora de trabajo que se está pagando exactamente qué mejor forma que consultar la lista detallada: figura desde el precio de la tela al hilo, los botones o pines.

El resumen suele ser algo así: de un vestido de unos 300 euros la mitad se lo queda la tienda web. La mitad de la otra mitad se la lleva el estudio del diseñador y de lo restante (un 25% del total) se emplea el 50% en el coste de fabricación, el 20% en transporte y branding y el resto en las materias primas y otros conceptos. La tela, hilo y complementos de ese vestido de 300 euros suponen al coste en realidad 15 euros.

Contaminación de la fabricación

El análisis de la huella de carbono de los productos es el último detalle: todo proceso de fabricación genera contaminación y el CO2 que se emiten para fabricar las materias primas, operar las fábricas y transportar los productos permite hacerse una idea del "impacto" que tiene sobre nuestro planeta. Tradicionalmente ese problema se ha externalizado (ignorado dejando que sean otros quienes lo resuelvan) pero hoy en día es común resolverlo en base a los cálculos.

Un primer acercamiento al problema es realizar los cálculos precisos de esa huella, para descubrir por ejemplo que si el ciclo completo de unos pantalones son 2.500 kg de CO2 se necesitaría un árbol durante 190 días para compensar ese CO2.

La solución más obvia es 'plantar un árbol' en algún bosque, o los que correspondan en función de dichos cálculos, algo que ya hacen algunas empresas especializadas. De ese modo quienes generan la contaminación solo tienen que pagar unos pocos euros por tonelada de CO2 y ese problema planetario se compensará en algún lugar del globo.

El proyecto detrás de Honest By comenzó casi como un experimento, para ver hasta qué punto se podría llegar a la transparencia más radical en el mundo empresarial. Es algo que las tiendas físicas tienen un poco más complicado, si acaso porque acompañar cada producto del escaparate con la misma información supondría regalar prácticamente un tomo del tamaño de una novela con ellos.

Casi todos los cálculos de esta tienda electrónica son automáticos y tanto la propia empresa como los clientes pueden ver lo que suponen los productos a nivel de coste, distribución e impacto medioambiental. Si el proyecto sigue bien -se abrió hace algo más de un año- donarán una parte a proyectos de ONG. Mientras tanto quienes compren podrán saber, con tanto detalle como deseen, de dónde viene lo que compran y cómo llegó hasta sus manos.