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Los militares egipcios dan 48 horas a Morsi para que calme la situación antes de intervenir

  • Harán pública una "hoja de ruta" propia
  • Dicen que las protestas no tienen "precedentes"
  • La Hermandad advierte que un golpe es imposible

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La oposición egipcia da la bienvenida al ultimátum de los militares a Morsi

El presidente egipcio, Mohamed Morsi, se encuentra bajo una intensa presión para llegar a algún tipo de acuerdo con la oposición que calme los ánimos de la calle, después de cuatro días de protestas que han dejado al menos 16 muertos.

Este lunes, el Ejército, que dirigió el país entre la caída de Hosni Mubarak y las elecciones que encumbraron a los islamistas, ha dado 48 horas a los dirigentes políticos para buscar una solución antes de ofrecer "su propia hoja de ruta para el futuro".

La presión militar se suma al ultimátum que los grupos de la oposición laica habían dado a Morsi, al que exigen que dimita si no quiere una campaña de desobediencia civil en contra.

En un comunicado leído en la televisión estatal, el jefe del Estado Mayor, general Abdel Fattah al-Sisim, ha calificado la protesta de expresión popular "sin precedentes" y ha pedido que las peticiones de los manifestantes sean satisfechas.

"Si las demandas de la gente no se realizan en el periodo definido, entonces corresponderá [a las Fuerzas Armadas] anunciar una hoja de ruta para el futuro", ha dicho Al Sisim.

El Ejército, ha añadido, no se implicará directamente en política o en el Gobierno, pero supervisará la puesta en práctica de dicha hoja "con la participación de todas las facciones y los partidos nacionales, incluyendo a los jóvenes".

En un segundo comunicado, emitido en la noche del lunes, los militares dicen responder "al pulso de la calle", aseguran que no preparan ningún golpe y dicen que solo pretenden empujar a los políticos a alcanzar un consenso. 

La oposición lo saluda; la Hermandad advierte contra un golpe

Los manifestantes anti-Morsi concentrados frente al Palacio Presidencial en El Cairo han saludado con gritos el comunicado militar, mientras que el Frente de Salvación Nacional (FSN), una de las formaciones opositoras, también lo ha aplaudido.

Mahmoud Badr, de la coalición opositora Tamarud (Rebelde), el grupo que convocó inicialmente las manifestaciones, ha declarado que "el manifiesto de las Fuerzas Armadas tiene una sola idea: apoyar la voluntad del pueblo egipcio en este momento, lo que significa elecciones presidenciales anticipadas".

Por su parte, un alto cargo político del Partido de la Libertad y la Justicia, asociado a los Hermanos Musulmanes, ha advertido contra la posibilidad de un golpe contra Morsi y ha pedido que el comunicado militar no se mal interprete.

"Que una institución del Estdo llegue y dé un golpe de Estado contra el presidente, eso no ocurrirá" - ha dicho Yasir Hamza - "Que cualquier fuerza vaya contra la Constitución es una llamada al sabotaje y a la anarquía".

El Partido Nour, el primer partido salafista (islamistas radicales) ha mostrado sus temores por que el Ejército vuelta a la política.

Durante la noche del domingo la sede de los Hermanos Musulmanes en El Cairo fue atacada y su interior asaltado.  La sede del partido islamista moderado Wasat,  aliado del Gobierno, también ha sido asaltada.

Euforia en la Plaza Tahrir

Poco tiempo después del comunicado, varios helicópteros militares han  sobrevolado el centro de la capital ondeando banderas nacionales, un una ola de euforia se ha desatado en la Plaza Tahrir, abarrotada de una multitud contraria a Morsi.

"Estoy muy feliz con el Ejército. Está claro que Mursi tiene que irse", ha declarado a Efe Sabrine Mahmud, empleada de una organización civil, que el domingo se quedó en su casa por temor a un nuevo brote de violencia.

El jubilado Mustafa Ahmed, un confeso seguidor del expresidente Hosni Mubarak, considera que el comunicado de los militares es una señal para que Morsi se vaya. "Morsi no es capaz de hacer política. Eso solo lo pueden hacer los militares", señala Ahmed, que confia en que unas elecciones anticipadas den la victoria a Ahmed Shafiq, el ex primer ministro de Mubarak que cayó derrotado el año pasado por el islamista y que actualmente se encuentra en Emiratos Árabes Unidos.

Las tarjetas rojas con la palabra "Erhal" (Vete, en árabe) han vuelto a inundar la plaza y otros puntos de la capital egipcia, que desde la revolución no habían vivido protestas tan multitudinarias.

El estudiante de diseño Said Abdel Halim recuerda que el Ejército es una institución que históricamente ha tenido un peso fundamental en los cambios políticos de Egipto. "Las Fuerzas Armadas y el pueblo siempre han sido una sola mano", dice el joven.