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El nuevo satélite europeo Proba-V envía su primera imagen, de la costa oeste de Francia

  • El satélite comprueba cómo crece la vegetación del planeta
  • Una semana después de su lanzamiento vigilan su correcto funcionamiento
  • Suministra datos a la comunidad internacional de usuarios del instrumento

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La primera imagen del satélite Proba-V.
La primera imagen del satélite Proba-V.

La cámara llamada 'Vegetation' del nuevo satélite de observación de la Tierra de la ESA, Proba-V, ha comenzado a funcionar y ha tomado su primera imagen sobre la costa oeste de Francia. Hace tan solo una semana que se lanzó con éxito desde el puerto espacial de Kourou, en la Guayana Francesa.

Este satélite en miniatura está diseñado para monitorizar cada dos días el crecimiento de la vegetación y los cambios en la cubierta del terreno en todo el planeta. Sus datos permitirán alertar a las autoridades cuando exista el riesgo de perder una cosecha y monitorizar el avance de la desertificación y de la deforestación, según informa la Agencia Espacial Europea en un comunicado.

La cámara ‘Vegetation’ se encendió por primera vez el jueves 16 de mayo, justo a tiempo para fotografiar la costa francesa en el golfo de Vizcaya y el frondoso interior del país. Sus datos fueron descargados a través del centro de la ESA en Redu, Bélgica.

Satélites lanzados con éxito

Proba-V fue puesto en órbita junto a otros dos satélites en la madrugada del 7 de mayo, a bordo de un lanzador Vega. Apenas 55 minutos después del despegue, Proba-V fue el primero de los tres pasajeros en ser liberado en una órbita polar heliosíncrona a 820 kilómetros de altitud.

Las tareas para poner en marcha el satélite, parte de la Fase de Lanzamiento y de Operaciones Iniciales (LEOP), comenzaron inmediatamente, controladas desde Redu.

“El primer hito de la fase LEOP fue comprobar el estado del satélite mientras sobrevolaba la estación de seguimiento de la ESA en Kourou, 40 minutos después de la separación del lanzador”, ha explicado el responsable del Proyecto Proba-V, Karim Mellab.

“Poco más tarde, la telemetría confirmó que la actitud del satélite, su dirección de apuntamiento, se había estabilizado. El ordenador de a bordo utiliza ‘magnetopares’ -son una serie de imanes que interaccionan con el campo magnético de la Tierra- para controlar la orientación del satélite y amortiguar las oscilaciones provocadas por la separación del lanzador”.

“Desde ese momento, hemos estado comprobando el estado de cada uno de los subsistemas del satélite para confirmar que se encuentran en buen estado tras las duras condiciones del lanzamiento”, ha subrayado Mellab.

Los siguientes pasos son empezar la fase de puesta en servicio de cada uno de los componentes de la plataforma del satélite, de su instrumento principal y de sus cargas útiles de demostración tecnológica. "Tareas que llevarán varios meses”, ha apostillado.

Primera fase

En la fase actual se calibrará el instrumento principal de Proba-V junto al instrumento ‘Vegetation’ de primera generación embarcado en el satélite francés SPOT-5, con el fin de garantizar la compatibilidad de sus datos.

A pesar de su reducido volumen, de menos de un metro cúbico, Proba-V llevará a cabo una misión de gran envergadura: monitorizar cada dos días el crecimiento de la vegetación y los cambios en la cubierta del terreno en todo el planeta.

Proba-V transporta una versión más ligera pero plenamente funcional del instrumento ‘Vegetation’ embarcado en los satélites franceses SPOT-4 y SPOT-5, que están observando la Tierra desde el año 1998.

Este satélite en miniatura seguirá suministrando datos a la comunidad internacional de usuarios del instrumento, compuesta tanto por científicos como por proveedores de servicios. En cuanto termine la fase de puesta en servicio en órbita, durante la que se calibrará su instrumento principal con el de SPOT-5, la misión será transferida desde el Directorado de Gestión Técnica y de Calidad de la ESA al Programa de Observación de la Tierra de la Agencia.