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La FAO lanza una campaña contra el desperdicio de alimentos

  • El desperdicio de comida alcanza los 1.300 millones de toneladas anuales
  • La parte final de la cadena alimentaria tiene mucha culpa del desperdicio
  • “Piensa. Aliméntate. Ahorra. Reduce tu huella alimentaria" es el lema

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Con menos de la mitad de los alimentos que se tiran al año en las regiones industrializadas, se podría alimentar a los cerca de 870 millones de personas con hambre que hay en el mundo. Una reflexión del director general de la FAO, José Graziano da Silva, en la presentación de la campaña “Piensa. Aliméntate. Ahorra. Reduce tu huella alimentaria" que ha puesto en marcha junto al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.  Con el se quiere reducir el desperdicio de comida que alcanza los 1.300 millones  de toneladas anuales.

La mitad de lo que tiramos en los países desarrollados es más que la producción total neta de alimentos del África subsahariana.  En dinero, el valor de este despilfarro anual de comida  roza el billón de dólares.

Pero es que además se tira el coste que conlleva la producción. Gasto en tierra, agua, fertilizantes y  mano de obra necesarios para  el cultivo. Por no hablar de las emisiones de gases de efecto invernadero producidos por la descomposición de los alimentos en los vertederos y el transporte de los alimentos que finalmente se desechan.

Efectos sobre el cambio climático

La parte final de la cadena alimentaria  tiene mucha culpa del desperdicio en el mundo desarrollado. Ahí se desperdician grandes cantidades de alimentos debido a prácticas ineficaces, estándares de calidad que dan excesiva importancia a la apariencia, confusión sobre las fechas en las etiquetas y consumidores que se apresuran a tirar alimentos en buen estado debido a que han comprado en exceso.

La UE  se ha impuesto una meta: reducir a la mitad el desperdicio de alimentos comestibles para 2020.

"Un menor desperdicio de alimentos llevaría a un uso más eficiente de la tierra, mejor gestión de los recursos hídricos, un uso más sostenible de fósforo, y tendría repercusiones positivas sobre el cambio climático", aseguran los promotores de esta iniciativa.