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Obama y Romney: claves de una noche de infarto

  • El primer foco de atención estará a las 01:00 en Virginia y Florida
  • Pronto les sustituirá Ohio, la gran batalla de la noche, a partir de las 01:30
  • El grueso de los estados republicanos y demócratas cerrarán a las 02:00
  • El vencedor se puede proclamar tras el recuento en Iowa y Colorado

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Obama-Romney, la batalla final

Barack Obama y Mitt Romney dependen de un puñado de votos en unos pocos estados para alcanzar la gloria de ser el inquilino de la Casa Blanca en los próximos cuatro años o sufrir el fracaso de su vida, que acabará con su carrera política.

Entre medias, los estadounidenses vivirán una jornada electoral de infarto, en la que a lo largo de seis horas se irán conociendo resultados gota a gota en los 51 estados del país.

El objetivo en cada uno de ellos es sacar un voto más que el contrincante para llevarse todos sus representantes en el colegio electoral, el órgano donde uno de los dos candidatos tiene que llegar a la cifra mágica de 270 votos para ser declarado ganador.

Actualmente, los analistas coinciden en que nueve estados son los que desequilibrarán la carrera, aunque la campaña de Romney ha querido incluir en esta bolsa como posibles sorpresas de última hora tres estados que los sondeos daban por seguros para Obama: Pensilvania, Michigan y Minesota.

La importancia de estos tres enclaves no es baladí: los 46 votos electorales que suman coinciden con la ventaja que el candidato demócrata tiene sobre el republicano en el recuento de estados dados como seguros o probables (237 frente a 191).

En las últimas horas, dos de esos nueve estados claves han sido adjudicados oficiosamente a cada uno de los candidatos: Romney tiene muchas posibilidades de arrebatarle a Obama los trece votos de Carolina del Norte mientras los datos del voto adelantado muestran que Obama está muy bien situado para conseguir los seis votos de Nevada.

Las opciones de Obama

De ser así, las cifras en las que nos moveríamos serían 243 votos para Obama y 206 para Romney, un escenario en el que las opciones del presidente son más variadas que las de Romney (ver mapa electoral).

En su mejor escenario, el presidente Obama estaría bien situado para vencer en los siete estados que decidirían la carrera, incluso Florida, donde los sondeos han mostrado una cierta recuperación en los últimos días. 

De ser así, la ventaja de Obama sería de 332 a 206, solo un poco inferior a la que consiguió sobre McCain en 2008, cuando también logró Indiana y uno de los distritos que el estado de Nebraska reparte de manera proporcional (es el único estado que lo hace además de Maine).

El segundo escenario, al que más se acercan las encuestas a nivel estatal, es el de una victoria por un ligero margen pero suficiente, similar a la de Bush contra Kerry en 2004. 

En él, Obama se haría con el llamado cordón industrial (Ohio, Wisconsin e Iowa) y sumaría en el nordeste Nuevo Hampshire y en el oeste Colorado, dejando a Romney los 'premios gordos' de Florida y Virginia. El resultado sería 290 a 248.

El tercero, más extremo, sería similar al de Bush y Gore en el 2000, cuando una mejor posición en el colegio electoral del líder republicano le dio la victoria pese a tener menos votos que el demócrata. La situación opuesta se daría ahora, con Obama ligeramente por encima de los 270 electorales y Romney rozando los 260.

A esa opción de mínimos es a la que apostó Obama su última jornada electoral, al hacer campaña solo en Iowa, Wisconsin y Ohio, que sumados a Nevada le darían 277 votos frente a 261 de su rival.

Las opciones de Romney

En el otro lado, Romney sabe que sus opciones pasan sí o sí por vencer en Florida y, a partir de ahí, llenar de rojo el sur de Estados Unidos, con Virginia y Carolina del Norte, y trata de arañar Nuevo Hamsphire.

La clave estaría, sin duda, en Ohio. Si da la sorpresa y se lo arrebata a Obama, solo necesitaría vencer en el vecino Iowa (que en principio parece más factible) para proclamarse ganador por 276 votos a 262.

Más aún, una victoria completa en el norte industrial, unido a un posible triunfo en Colorado, le colocaría con una ventaja muy considerable: 295 frente a 243. Esta opción, con todo, es difícil, ya que tendría que ganar en todos los estados clave.

Sin embargo, desde la campaña republicana manejan un último escenario sorpresa: perder todo el norte industrial e incluso Colorado y hacerse con Pensilvania,  cuyos 20 votos junto a los cuatro de Nuevo Hamsphire le darían una ventaja mínima de 272 frente a 266, suficiente para llegar a la Casa Blanca.

Primero, atentos a Virginia, Florida y Ohio...

Para saber cuál de estos escenarios se hará realidad hay que esperar a un recuento que empezará a las 00:00 horas, cuando Indiana y Kentucky, estados claramente republicanos, cierren sus urnas.

El primer foco de atención estará a las 01:00 horas en la indecisa Virginia, antiguo enclave sureño que se ha convertido en un espejo de los cambios demográficos en Estados Unidos.

Obama hizo allí historia en 2008 al ser el primer demócrata en ganar en cuatro décadas. Ahora necesita recuperar la confianza del norte,  donde funcionarios procedentes de Washington han invadido la otra orilla del Potomac. Romney confía en que el sur del estado, dependiente del carbón, cimente su victoria.

Por sus complejidades geográficas, el recuento en Florida se dilatará más que el de Virginia, aunque los dos cierran los colegios a la misma hora.

Romney celebró su convención en Tampa, un singular laboratorio que reproduce las tendencias a nivel nacional. Obama necesita que la población puertorriqueña, agrupada en torno a Orlando, se movilice y que los jóvenes cubanoamericanos compensen la inclinación republicana de sus padres en Miami.

Ohio es este 2012 el estado clave por excelencia. Dividido al 50%, se reparte así: en el norte, voto demócrata con importante población afroamericana. En el sur, voto republicano, eminentemente rural.

La clave puede estar en el condado de Hamilton, alrededor de Cincinnati, un lugar tradicionalmente republicano pero que ha cambiado a demócrata en los últimos tiempos

Cuando el reloj sobrepase las dos de la madrugada, Obama y Romney recibirán los votos del grueso de sus feudos electorales: el demócrata se anotará las victorias del nordeste y de su 'casa' de Illinois mientras que el republicano tendrá los votos de los estados del sur, incluyendo su ‘joya’, los 38 electores de Texas.

...Y luego a los pequeños para rematar la victoria

El foco estará, sin embargo, en un minúsculo estado con solo cuatro votos: Nuevo Hampshire, la residencia de verano de Romney y la excepción del nordeste demócrata, que puede tener un peso clave si la contienda está muy reñida.

Una hora después todos los ojos estarán mirando a Wisconsin, la tierra de Paul Ryan. Si los republicanos se hacen con él, será una muy mala señal para Obama, que necesita asegurarse los votos en torno a Madison y Green Bay, los principales centros demográfico del país.

A las tres también cierra sus urnas Colorado, que abre la lucha por el oeste. Por el influjo de la población latina, este estado ‘rojo’ pasó a ser azul en 2008. Ahora, la crisis económica pone las cosas difíciles a Obama, que necesita el apoyo de los suburbios de Denver para llevarse sus nueve votos.

Mientras caen los estados del medio oeste en manos de Romney, los ojos de los asesores estarán clavados en el último campo de batalla a las cuatro de la mañana: Iowa.

De gran valor sentimental para Obama, puede cerrar su victoria si antes se hubiera anotado los estados vecinos de Ohio y Wisconsin.

En un sentido u otro, todo podría estar decidido cuando le toque el recuento a California, uno de los estados con más votos electorales a recibir, 55, que caerán sin opción a dudas en la saca azul.