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"Sin libertad de prensa no hay democracia"

  • Este jueves, 3 de mayo, se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa
  • RTVE.es entrevista a los periodistas Enrique Meneses y Rosa María Calaf
  • Pakistán, México y Honduras, los lugares más peligrosos para la profesión
  • 17 informadores han muerto en lo que va de año, según el CPJ

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Un periodista muere cada cinco días según Reporteros Sin Fronteras

Informar con veracidad constituye uno de los principales objetivos del periodismo. También el de vigilar a los poderes y denunciar los abusos, siempre con independencia, rigor, pluralidad y honestidad. Decía la periodista estadounidense Amy Goodman que “el deber del informador es ir donde está el silencio”. Por éste y por otros motivos, muchos profesionales arriesgan sus vidas y cada 3 de mayo se reivindica el derecho a la libertad de prensa.

Ejercer este derecho  ha provocado la muerte a más de 60 periodistas en 2011, según denuncia la ONG Reporteros Sin Fronteras(RsF), que constata además una intensificación del acoso y la presión de muchos gobiernos hacia los profesionales de la información, “con más de 1.000 detenciones en todo el mundo”.

El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, cifra ya en 17 los informadores muertos en lo que va de año, seis de ellos en Siria.

“Sin libertad de prensa no hay democracia. Democracia es votar con el conocimiento cabal de hechos y realidades, y si éste no existe, es muy difícil que el ciudadano pueda saber realmente lo que sucede y, por tanto, no dispondrá de los elementos necesarios para ejercer sus derechos democráticos”, explica la veterana corresponsal de TVE Rosa María Calaf.

En la misma línea se sitúa el reconocido fotoperiodista Enrique Meneses: “La libertad de prensa es un poco el guardián de todos… permite desacelerar los antagonismos. No sólo consiste en contar lo que está ocurriendo, sino también se debe eliminar el oscurantismo y no contaminar a la gente”.

Pakistán, México y Honduras, entre los países más peligrosos

Pakistán y México, seguidos por Honduras, son los lugares más peligrosos para desempeñar la profesión periodística, según Reporteros Sin Fronteras. Su último informe anual cita también a China, Irán, Eritrea, Somalia o Afganistán como otros de los países donde la libertad de prensa se encuentra más amenazada.

Una información con la que coincide Amnistía Internacional, que en un comunicado emitido este jueves con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, alerta de los continuos ataques que sufren los periodistas por el simple hecho de llevar a cabo la tarea de informar.

Así, denuncia la inseguridad que viven los informadores en México, principalmente en el norte, y también en algunas naciones africanas como Gambia y Somalia, “la situación es tan peligrosa que muchos tienen que exiliarse”. Esta ONG afirma que desde 2007, al menos 27 periodistas han muerto en Somalia, tres de ellos en el último medio año.

Irak, completa impunidad

El Índice de Impunidad que elabora el Comité para la Protección de Periodistas revela los países donde los profesionales de la información son asesinados y sus responsables no rinden cuentas. A la cabeza, y por quinto año consecutivo, Irak, con más de “90 crímenes no resueltos, un nivel que eclipsa al de cualquier otro país”.

Además, matiza que “aunque la mayoría de muertes ocurrieron durante la guerra de 2003, en la actualidad ha fracasado la impartición de justicia y no se ha resuelto ni uno solo de los casos”.

Eritrea, Corea del Norte y Siria, los que sufren mayor censura

Esta misma ONG de defensa de los derechos de los periodistas publica esta semana un listado con los diez países con más censura del mundo, que es liderado por Eritrea, donde “todos los medios son controlados por el Gobierno y el último corresponsal extranjero fue expulsado en 2007”.

Corea del Norte, que ha descendido al segundo puesto de la lista respecto al pasado año, continúa siendo “un lugar extraordinariamente hermético donde todo el contenido informativo local es provisto por la Agencia Central de Noticias”. El aspecto positivo es que se abrió en su capital, Pyongyang, una oficina de Associated Press.

En Siria, al menos nueve periodistas han sido asesinados desde el pasado mes de noviembre, colocando a este país en el tercero con mayor censura según el CPJ. “El régimen ha impuesto un bloqueo informativo, impidiendo la entrada y la capacidad de informar libremente a reporteros extranjeros”, asegura el informe.

En la enumeración de los diez países donde existe más censura, difundida por el CPJ, también se incluye a Irán, Guinea Ecuatorial, Uzbekistán, Birmania, Arabia Saudí, Cuba y Bielorrusia.

El control de la información en los países árabes

Aunque durante la denominada ‘primavera árabe’ la lucha por los derechos se libró principalmente en las calles, también se desarrolló otra, de gran importancia, por el control de la información por parte de los gobiernos.

La noche del 28 de enero de 2011, Egipto se quedó sin internet y sin conexión teléfonica en lo que constituyó una estrategia del gobierno de Hosni Mubarak para frenar la magnitud que estaban tomando las manifestaciones pacíficas de protesta contra el régimen. Incluso, como denuncia el CPJ, “se orquestaron ataques contra corresponsales extranjeros”.

Curiosamente, Internet y la telefonía móvil jugaron un papel fundamental a la hora de convocar movilizaciones y concentraciones en las diferentes ciudades egipcias. Los días anteriores las redes sociales Facebook y Twitter sufrieron un apagón.

Y más recientemente, en Túnez, el pasado mes de enero comenzó un juicio contra el director de un canal privado de televisión, Nabil Karwi, acusado de “atentar contra los valores sagrados y la moral y por perturbar el orden público”, al emitir la película ‘Persépolis’, crítica con el régimen teocrático iraní.

Amnistía Internacional ha denunciado este hecho ante las autoridades tunecinas al considerarlo un claro ataque a la libertad de expresión que “recuerda las violaciones cometidas por el gobierno depuesto de Ben Alí”.

"Siempre hay huecos"

A pesar de estar recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el derecho a la libertad de expresión continúa siendo vapuleado por autoridades y regímenes, principalmente totalitarios, que tratan de tomar el control de la información como herramienta de poder.

No es algo que dependa sólo de los periodistas, sino también de la sociedad

A pesar de ello, Rosa María Calaf ofrece un aporte optimista: “Ahora, con las nuevas tecnologías, cada vez hay más vías para sortear las restricciones que el poder pone en marcha para frenar todo aquello que le representa una amenaza”, y añade: “los ciudadanos debemos ser muy activos en la defensa de la libertad de expresión y de información. No es algo que dependa sólo de los periodistas, sino también de la sociedad.”

Meneses, con una larga trayectoria a sus espaldas, concluye: “Aunque haya censura, siempre hay huecos.  La democracia no puede existir sin libertad de prensa, y le toca a los periodistas seguir denunciando y denunciando”.