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Knox se declara inocente entre lágrimas: "Yo no he asesinado, yo no he violado a nadie"

  • Amanda Knox está acusada del asesinato de su compañera de piso
  • Meredith Kercher fue violada y apuñalada en Perugia
  • La Fiscalía pide cadena perpetua para los dos acusados

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Última jornada del juicio del caso Knox, por el asesinato de una estudiante británica en 2007

La joven estadounidense Amanda Knox, acusada junto con el italiano Raffaele Sollecito del asesinato en 2007 de la británica Meredith Kercher, ha declarado este lunes su inocencia, en un discurso interrumpido por las lágrimas, antes de que el Tribunal de Perugia se retirase a deliberar.

En la audiencia de hoy, el abogado de Knox, Luciano Ghirga, ha hecho su último alegato y después los acusados han pronunciado una declaración espontánea para corroborar su inocencia.

La sentencia no llegará antes de las 20.00 horas, según el tribunal de Perugia, en el centro de Italia.

Lágrimas en su defensa

La joven de Seattle, de 24 años, muy emocionada, ha descrito en perfecto italiano su "sufrimiento" durante estos cuatro años en los que ha estado encarcelada y ha recordado que también ha perdido a una amiga.

"Yo he perdido a una amiga, de la manera más brutal e inexplicable posible. He tenido que afrontar acusaciones injustas, sin fundamento y estoy pagando con mi vida", ha declarado Amanda con la voz rota por la emoción.

No quiero que me priven de mi vida, de mi futuro, porque soy inocente

La joven estadounidense ha reiteradi que en el momento del crimen, ella no estaba en casa, pues se encontraba con su entonces novio Raffaele Sollecito y describió la buena relación que tenía con Meredith, con quien compartía el apartamento.

"Yo no he asesinado, yo no he violado a nadie. Yo no estaba allí", subrayó emocionada.

"Quiero volver a casa, no quiero que me priven de mi vida, de mi futuro, porque soy inocente. Merecemos la libertad porque no hemos hecho nada para que nos la quiten", dijo Amanda.

El otro imputado del caso, Raffaele Sollecito, de 27 años, con más entereza, ha declarado que en su vida no ha hecho daño a nadie y que la acusación que pesa sobre él es "absurda".

"He tenido que soportarlo día tras días como si viviese en una pesadilla (...) Cada día en la cárcel es como una muerte", ha declarado el italiano.

Sollecito también ha querido aclarar que en ningún momento acusó a Amanda del asesinato de Meredith, y afirmó que no conocía al otro imputado del caso el marfileño Rudy Guede, quien ha sido condenado en sentencia en firme a 16 años de cárcel.

No hay perdón

Por su parte, la familia de la joven estudiante asesinada también se ha manifestado en un día de tanta importancia como este. El mensaje que han lanzado ha sido claro: para ellos todavía es difícil perdonar su asesinato. Así lo han declarado el hermano y la madre de la fallecida.

"Es difícil hablar de perdón en estos momentos. Cuatro años en mucho tiempo pero, por otro lado, no lo es tanto y es todavía muy, muy doloroso", ha declarado Lyle Kercher durante una rueda de prensa.

Estas declaraciones cobran especial importancia teniendo en cuenta el papel secundario que la familia ha mantenido durante el proceso y más aún al margen del juicio paralelo que han desarrollado los medios.

"Mez (Meredith) ha sido casi olvidada en todo esto", en todo esto, ha declarado hermana, Stephanie Kercher, haciendo una clara alusión a la mediática campaña llevada a cabo por la familia de la principal acusada, Amanda.

Lyle ha querido dejar claro también que el objetivo de su familia ha sido el de tratar de mantener su dignidad y que han puesto su fe en la capacidad del tribunal para mantener su objetividad frente a lo que se había convertido en "una gran maquinaria de relaciones públicas".

"El perdón no entra entre nuestros pensamientos en este momento. Sin un final definitivo para esto, será difícil perdonar cualquier cosa ahora mismo", ha explicado Stephanie.

"Lo que todos deben recordar, es la brutalidad de lo que realmente sucedió esa noche y todo lo que Meredith debe haber sentido esa noche. Todo lo que pasó, el ¿¿miedo, el terror y no saber por qué. Ella no se merecía eso, no se merece eso", ha sentenciado su hermana.

Final del caso

Cerca de 400 personas entre periodistas, cámaras de televisión y fotógrafos, llegados sobre todo desde Estados Unidos y el Reino Unido, se han acreditado para asistir a la última fase de este juicio.

La semana pasada, la Fiscalía solicitó cadena perpetua tanto para la joven estadounidense como para el que era su novio en el momento de los hechos. Los fiscales ratificaron así la misma solicitud de condena que la Fiscalía de Perugia había formulado en primera instancia, en la que Knox y Sollecito fueron condenados en diciembre de 2009 a 26 y 25 años de prisión, respectivamente.

La diferencia entre las penas de ambos jóvenes se debe a que sobre Knox pesa además la acusación de calumnias a Patrick Lumumba, un músico congoleño a quien la estadounidense implicó en los hechos y que fue investigado, pero que finalmente quedó libre de cargos.

También por este caso, el Tribunal Supremo condenó el pasado diciembre a 16 años de cárcel con una sentencia en firme al marfileño Rudy Guede. Guede fue el primero en ser condenado por la muerte de la británica, estudiante del programa de intercambio universitario "Erasmus", tras solicitar un juicio por la vía rápida, decisión que supone un atenuante de la pena y que motivó que su caso se separara del juicio general a Knox y Sollecito, que se celebró de enero a diciembre de 2009.

La Justicia italiana estableció que Knox, Sollecito y Guede son los responsables del asesinato de Meredith Kercher, hallada muerta medio desnuda y apuñalada en el cuello en noviembre de 2007 en la casa de Perugia que compartía con la estadounidense.

La reconstrucción de los hechos realizada por los fiscales y declarada como válida por los jueces que llevaron el proceso en primera instancia establece que la joven británica no quería participar en un "juego sexual", por lo que Guede violó a Meredith, mientras que Knox la apuñaló, al tiempo que Sollecito la sujetaba.

La defensa tanto de Knox como de Sollecito piden la total absolución al considerar que no hay móvil, ni pruebas de la presencia de los jóvenes en la escena del crimen, y tampoco arma del delito, pues una última prueba confirmó que no había restos de ADN en el cuchillo del italiano con el que se creía que se había asesinado a Meredith.