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Jacquard, el tejedor informático

  • Joseph-Marie Jacquard inventó un telar con tarjetas perforadas
  • Su invento sirvió de influencia en las primeras computadoras
  • El telar fue instalado en todos los centros textiles de Eurpa y América

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A hombros de gigantes Programa de divulgación científica. Es un espacio pegado a la actualidad con los hallazgos más recientes, las últimas noticias publicadas en las principales revistas científicas, y las voces de sus protagonistas. Pero también es un tiempo de radio dedicado a nuestros centros de investigación, al trabajo que llevan a cabo y su repercusión en nuestra esperanza y calidad de vida. Los sábados de 01:00 a 02:00 horas

El mecánico e inventor francés Joseph-Marie Jacquard nació en Lyon el 7 de julio de 1752. Hijo de un tejedor, trabajó desde niño en el telar familiar y no recibió educación alguna hasta los 13 años, cuando su cuñado le empezó a dar clases y despertó su curiosidad y sus ganas de aprender.

A la muerte de sus padres, tuvo que vender casi todas las propiedades familiares para hacer frente a una deuda.  En 1778 se convirtió en maestro tejedor y en mercader de seda. Ese mismo año contrajo matrimonio con Claudine Boichon, con quien tuvo un hijo.

Su interés por mejorar su negocio le llevó a intentar resolver uno de los principales problemas que tenían los telares de esa época: empalmar los hilos rotos.

Inventó máquinas cada vez más sofisticadas y su fama fue creciendo cada vez más, hasta que en 1799 Napoleón le dio trabajo en el Conservatorio de Artes y Oficios como maestro inventor.  En 1805 presentó el telar de los Jacquar.

Un telar con tarjetas perforadas

La máquina permitía fabricar telas con hilos de distintos colores y complicados dibujos mediante el uso de tarjetas perforadas, y podía ser manejada por un solo operario.

Gracias a las innovaciones de Jacquard, los hilos de urdimbre se movían de forma independiente para conseguir el dibujo deseado. También automatizó las 'arcadas' para poder tejer piezas de dibujo complicado.

El telar usaba tarjetas perforadas para conseguir los dibujos

Este dispositivo se gobierna mediante un paquete de tarjetas de cartón perforadas que se cambian accionando un pedal, y que activan un complejo mecanismo de cuerdas y plantas que elevan de forma alternativa un número diferente de hilos de urdimbre para la colocación de los hilos de la trama.

Hasta ese momento el mecanismo se tenía que regular a mano cada vez que se cambiaba el dibujo del tejido. El nuevo modelo desplazó a todos los telares antiguos.

La nueva máquina fue acogida con gran hostilidad por los tejedores que quemaron muchas y atacaron al inventor, pues temían que el ahorro de mano de obra les privaría de su medio de subsistencia.

Una influencia para los primeros informáticos

Pero finalmente fue aceptado y en 1812 ya había 11.000 telares trabajando a pleno rendimiento en Francia.

En 1819, el gobierno francés concedió a Jacquard una medalla de oro, la Legión de Honor y el pago de 50 francos por cada telar que se comercializara. El inventor no llegó a imaginarse nunca las consecuencias de su invento.

Su idea de las tarjetas perforadas fue adoptada por Charles Babbage para su máquina analítica, y por Herman Hollerith en las tabuladoras, origen de las computadoras digitales modernas.

Antes de su muerte tuvo la satisfacción de ver su telar en todos los centros  de producción textil de Europa y América.

Jacquard murió en Oullins el 7 de agosto de 1834. En 1840, se erigió en Lyon una estatua en su honor, en el mismo lugar donde su telar fue quemado.