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'Fjorden', las aventuras noruegas del dibujante Álvaro Ortiz

  • Álvaro Ortiz regala el cómic a traves de su blog
  • Inspirado en los mitos noruegos, narra las aventuras de un gato oficinista

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Viñeta de 'Fjorden', de Álvaro Ortiz
Viñeta de 'Fjorden', de Álvaro Ortiz

¿Qué pasaría si un gato oficinista se marchara de vacaciones a los fiordos noruegos? El dibujante Álvaro Ortiz tiene la respuesta y la plasma con mucho humor en su nuevo cómic, "Fjorden", una obra que vio la luz gracias a un programa de televisión.

"Estaba viendo la tele con dos amigos y, de repente, apareció una chica española que vivía en Alvik y trabajaba en la residencia de artistas Messen. Parecía un sitio estupendo, así que solicité una beca, me la concedieron, hice la maleta y... ¡para allá que me fui!", explica Ortiz (Zaragoza, 1983).

Alvik es un pueblo diminuto a la orilla de Hardanger, el segundo fiordo más espectacular de Noruega. Hasta allí viaja el protagonista del cómic, un felino harto de su trabajo. "Llevaba tiempo con la idea de dibujar una historieta con un animal antropomórfico, por eso lo del gato", recuerda el autor.

Un gato oficinista

"Le puse a trabajar de oficinista porque necesitaba que fuese la antítesis del típico aventurero. No quiero decir que los oficinistas sean tipos aburridos y sin ganas de aventuras, pero bueno, a la historia le iba bien", confiesa Ortiz, que en su obra juega con todos los grandes referentes de la mitología nórdica, caso de Odín, Thor o la serpiente Jordmundgander.

"Es una temática que siempre me había interesado por lo potente de sus personajes y su estética, pero nunca había leído mucho al respecto. Antes de ir a Noruega saqué varios libros de la biblioteca, como los escritos del poeta islandés Snorri Sturluson, que son la base actual de todos estos mitos", recuerda el dibujante.

Las aventuras de Ortiz no se detienen en los libros de historia, sino que también incluyen referencias de la sociedad noruega contemporánea, como los seguidores de "black metal" que quemaban iglesias en la década de los noventa, o los submarinos que los nazis escondieron en la profundidad de los fiordos.

Los mitos nórdicos

"Al principio no sabía muy bien lo que iba a hacer. Los mitos nórdicos son muy épicos y serios, pero me apetecía incluir otras cosas que estaba descubriendo en Noruega. La única opción coherente para mezclar todos esos elementos era de esta forma, dándole un toque de aventuras alocadas y sin mucho sentido", asegura.

"En realidad es un planteamiento muy tonto, como si un noruego viniese a España e hiciese un cómic en el que un personaje se diese de palos con el Quijote, corriese los encierros de San Fermín y, finalmente, se peleara con una procesión de cofrades. O algo así", apostilla.

Carente de palabras, el cómic se apoya únicamente en la narrativa visual. "Tienes que aumentar el número de detalles, de planos... Pero fue divertido y, además, acabó generando una historieta mucho más dinámica y con más acción. Como los personajes no podían dialogar, no les quedaba más remedio que atizarse", señala Ortiz.

Un tebeo a cambio de "la voluntad"

El tebeo ha sido editado por el propio autor, que lo ofrece de manera gratuita en su blog personal (veranomuerto.blogspot.com) o a través de la página web de la editorial Apa Apa, que recientemente abrió una sección para cómics online.

"Las editoriales son necesarias, pero está bien que haya otro mercado, paralelo,  en el que los autores tengan más libertad para hacer lo que ellos quieran y cuando quieran. En eso internet está más avanzado", opina Ortiz, que en estos momentos cursa una beca en la prestigiosa Maison des Auteurs de Angoulême (Francia).

"Estoy trabajando en un nuevo proyecto titulado Cenizas. La historia, a grandes rasgos, va sobre tres amigos que se reencuentran después de unos años para hacer un viaje peculiar. Es una cosa muy distinta de Fjorden... O quizás no tanto", advierte.