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Las nuevas bombillas con dirección IP

  • Se pueden controlar y programar de forma individual para ahorrar energía
  • Forman parte de la conocida como "internet de las cosas"
  • Su precio será más o menos el mismo que los modelos actuales

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El sistema consiste en unos pequeños chips que se comportan como ordenadores simplificados en miniatura y que los fabricantes de bombillas pueden incorporar en sus modelos LED o fluorescentes de bajo consumo.
El sistema consiste en unos pequeños chips que se comportan como ordenadores simplificados en miniatura y que los fabricantes de bombillas pueden incorporar en sus modelos LED o fluorescentes de bajo consumo.

Tanto nosotros como los objetos cotidianos que nos rodean estamos cada vez más conectados. Incluso se ha inventado un término: la "internet de las cosas" para definir esos entornos en los que no solo los ordenadores, teléfonos y tablets tienen su conexión a Internet activada; muchos más aparatos eléctricos pronto lo estarán: televisores, neveras, despertadores, sistemas de riego…

Ahora, un fabricante holandés comercializa ya los componentes necesarios para que la iluminación de una casa esté también conectada: son las bombillas conectadas a Internet, que incluso tienen su propia dirección IP y pueden recibir órdenes y comportarse inteligentementede forma individual.

Lo que ha desarrollado NXP es un sistema llamado GreenChip; se trata de unos pequeños chips que se comportan como ordenadores simplificados en miniatura y que los fabricantes de bombillas pueden incorporar en sus modelos LED o fluorescentes de bajo consumo.

Estos chips proporcionan a las bombillas una dirección IP de Internet (una especie de 'número de teléfono único') que se puede controlar en una red local desde sistemas sistemas domóticos o también desde un ordenador o teléfono con conexión a Internet. Gracias a que la red de redes está siendo ampliada de la vieja numeración IPv4 a IPv6 no habrá problema alguno en que esas direcciones se agoten pues hay billones y billones de números o direcciones IP distintas.

Con el software adecuado, se puede controlar la intensidad de la bombilla y programarla

Además de contar con su dirección IP para que la bombilla se pueda controlar, el sistema proporciona a cada punto de luz conectividad inalámbrica, mediante un estándar llamado IEEE 802.15.4 / ZigBee que se utiliza para los aparatos domésticos. De este modo y con el software adecuado es como se puede acceder a los controles avanzados de la bombilla, tales como programarla o variar su intensidad.

Todo esto funciona alimentado por la corriente eléctrica del hogar dentro de la propia bombilla; en el 'modo en espera' solo se consume una cantidad ínfima de electricidad (50 milivátios) que es suficiente para poder recibir una orden de encendido para comenzar a funcionar al instante.

Ahorro energético

Las aplicaciones de estas nuevas 'bombillas inteligentes' conectadas a Internet pueden ser muchas y variadas: además de comportarse como las bombillas de bajo consumo pueden programarse de forma individual; por ejemplo en un salón en el que debido a la instalación haya lámparas con más de dos o tres bombillas cada una de ellas se puede regular específicamente para ahorrar energía o conseguir efectos de iluminación por zonas.

También se pueden controlar las luces, tanto en interior como en exterior, para activarse sólo cuando sea necesario, aprovechando los sensores adecuados: cuando haya gente en la habitación, dependiendo de la hora del día, la luminosidad ambiente, etcétera. M

ediante la conectividad IP a través de la red local o de Internet se pueden además utilizar las funciones domóticas típicas como encenderlas y apagarlas de forma remota, algo habitual en los sistemas de seguridad (por ejemplo cuando uno se va de vacaciones).

Los sistemas como el desarrollado por NXP y otros fabricantes deben además intentar se compatibles unos con otros, especialmente para poder aprovechar los sistemas de medición de energía que permiten controlar y optimizar el gasto energético e informar a las compañías eléctricas del consumo; de ahí la importancia de que sigan estándares propuestos por la industria.

Además todo apunta a que el precio de los chips para las bombillas y otros aparatos de la "internet de las cosas" será razonablemente bajo como para que incorporarlo no suponga un encarecimiento excesivo para los consumidores.

Teniendo en cuenta que las bombillas de bajo consumo pueden conseguirse en diversos modelos por entre 5 y 20 euros, estos chips deberían costarle a los fabricantes tan solo una pequeña fracción de esa cantidad para que sean rentables.