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Condenado a 30 años el exjefe del Ejército ruandés por el genocidio de 1994

  • Entre y abril y junio murieron unas 800.000 personas entre tutsis y hutus
  • Otros tres altos cargos militares también han sido declarados culpables

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El exjefe del Ejército ruandés, Augustin Bizimungu, escucha su sentencia en la sede del Tribunal Penal Internacional para Ruanda en Arusha, Tanzania.
El exjefe del Ejército ruandés, Augustin Bizimungu, escucha su sentencia en la sede del Tribunal Penal Internacional para Ruanda en Arusha, Tanzania.

El Tribunal Penal Internacional para Ruanda ha condenado al exjefe del Ejército ruandés a 30 años de cárcel por su papel en el genocidio de 1994.

El tribunal en Arusha, al norte de Tanzania, ha declarado a Augustin Bizimungu culpable de genocidio y crímenes de lesa humanidad por la matanza de unos 800.000 tutsis y hutus entre abril y junio de 1994.

El exjefe de la policía militar, Augustin Ndindiliyimana, también ha sido declarado culpable de los crímenes aunque el tribunal ha ordenado su liberación, dado que su mando sobre la policía era limitado y porque  siempre apoyó la reconciliación antes de 1994 y se opuso a las masacres.

Mucha gente podría pensar que merecía una pena más alta

"Es una buena decisión por parte del tribunal. Es una pena grande, aunque mucha gente podría pensar que la merecía la más alta", ha señalado Martin Ngoga, fiscal jefe de Ruanda, a la agencia Reuters.

Ocho cascos azules asesinados

Las milicias de la etnia hutu masacraron a 800.000 personas entre abril y junio de 1994 en un genocidio provocado por la muerte del expresidente Juvenal Habyarimana, que murió cuando su avión fue derribado cerca de la capital, Kigali, el 6 de abril de 1994.

Otros dos oficiales superiores del Ejército también han sido encontrados culpables de crímenes contra la Humanidad, en parte por su papel en un ataque que causó la muerte de hasta ocho cascos azules belgas.

Los cuatro han sido declarados no culpables de conspiración para cometer genocidio después de que el tribunal desestimara las alegaciones de la acusación por basarse exclusivamente en pruebas circunstanciales.