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Vuelta a empezar para la economía de Japón

  • El terremoto, el tsunami y la crisis nuclear cercenan el inicio de la recuperación
  • La reconstrucción puede durar hasta cinco años y costar unos 130.000 millones
  • La subida del yen perjudica a sus exportaciones y ha alarmado al G-7

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To go with Special Report JAPAN-QUAKE/DEBT
Varios transeúntes se reflejan en uno de los paneles que muestran las cotizaciones bursátiles en Tokio.

La sucesión, en apenas siete días, de un terremoto de magnitud 9, el tsunami que causó el temblor y una crisis nuclear por los daños en una central han interrumpido el inicio de la recuperación económica en Japón, que empezaba a ver la luz al final del túnel tras dos años sumido en la recesión.

Tras conseguir crecer en 2010 un 3,9%, la economía japonesa se enfrenta, a corto plazo, a un suministro deficiente de energía eléctrica, a dificultades de aprovisionamiento y a la interrupción de la actividad en decenas de factorías industriales.

A largo plazo también puede haber consecuencias, como la subida del yen como efecto de la repatriación de capitales y una larga y costosa reconstrucción, especialmente de las infraestructuras y de los edificios en las zonas más afectadas por los desastres.

La reconstrucción llevará al menos cinco años

No parece que haya dudas sobre la capacidad de la economía japonesa para recuperarse, pero si sobre cuánto durará ese proceso. "La reconstrucción del terremoto de Kobe en 1995 llevó algo menos de cinco años, cabría esperar que en este caso requiera al menos cinco años", señala en Reuters Abhas Jha, el analista especializado en catástrofes del sureste asiático del Banco Mundial.

Algunas estimaciones evalúan el coste de la reconstrucción en 180.000 millones de dólares (unos 130.000 millones de euros), lo que equivaldría al 3% de toda la producción anual japonesa, aunque sigue siendo demasiado pronto puesto que no se conoce la magnitud de lo destruido.

"Es un desastre que ocurre una vez cada 100 o 200 años", comenta a la agencia el analista de JP Morgan Hirokazu Anai, recalcando que "habrá que repensar las infraestructuras y la normativa de seguridad, y eso lleva tiempo".

Un despegue interrumpido

Por el momento, los analistas no creen que el producto interior bruto japonés vaya a resultar gravemente afectado, al menos si los cortes de energía eléctrica no se prolongan demasiadas semanas: la economista jefe de mercados emergentes de BBVA Bancomer, Alicia García Herrero, lo cifraba recientemente en unas cuatro décimas, unos 160.000 millones de euros.

Sin embargo, parece evidente que los desastres en cadena han interrumpido una recuperación que parecía encarrilada después de que el producto interior bruto japonés lograra remontar el año pasado, después de dos años de recesión: en 2008 cayó un 1,2% y en 2009 se desplomó, retrocediendo un 6,3%.

Aunque acaba de perder el puesto de segunda economía mundial frente a China (cuya economía movió 4,4 billones de euros, por los cuatro billones nipones), los mercados esperaban un despegue de Japón, especialmente en el segundo trimestre.

Ahora, esas previsiones parecen irrealizables, ya que añade nuevas dificultades a los tradicionales problemas japoneses: para empezar, la mayor deuda pública de los países desarrollados, más de un 200% del PIB.

La reconstrucción, en ese sentido, requiere fondos, lo que probablemente impedirá al Gobierno que lidera Naoto Kan emprender medidas de control del déficit. Desde el lado de la iniciativa privada, ya se están repatriando parte de las cuantiosas inversiones japoneses en el extranjero –su banca es la quinta del mundo es inversión exterior-, aunque también tiene un efecto colateral, al disparar la cotización del yen.

El yen se dispara

Así, mientras la Bolsa de Tokio sufría estos días los vaivenes propios de una catástrofe de estas características, la moneda nipona se disparaba en el mercado hasta niveles inéditos desde la Segunda Guerra Mundial frente al dólar, cambiando cada billete verde por más de 79 yenes.

La apreciación del yen es especialmente perjudicial para una economía basada en la exportación, porque encarece los productos japoneses en el extranjero, especialmente los de los sectores en los que Japón sigue siendo una potencia líder: los componentes electrónicos y los automóviles.

El 25% de los aparatos electrónicos del mundo vienen de Japón

"La subida del yen es muy peligrosa. El 25% de los circuitos integrados y de los aparatos electrónicos del mundo vienen de Japón y la subida del yen puede frenar a la recuperación", señalaba este jueves el analista Shinozuro Okazaki en declaraciones a TVE.

Okazaki se refería a la recuperación de Japón, pero también a la del resto del planeta, que podría resultar afectado si la tercera economía del mundo se estanca. La ausencia de suministros ya está afectando a la industria global, pero ese es un efecto a corto plazo: lo grave sería que Japón volviera a caer en la recesión.

No es casual que la subida del yen haya desencadenado una rápida reacción del G-7 para intervenir en el mercado de divisas y frenar la escalada de la moneda nipona. El mundo entero está pendiente de Japón, no solo por sus centrales nucleares, sino por su relevancia como economía mundial.